Robert S. Ford, el embajador de Estados Unidos en Siria actualmente instalado en Turquía, acaba de ser designado por el presidente Barack Obama como nuevo embajador en Egipto, donde sustituirá a Ann Peterson, quien pasaría al puesto de subsecretaria de Estado para el Medio Oriente.
Robert S. Ford, quien fue asistente del embajador John Negroponte en Bagdad, organizó en 2011 las primeras manifestaciones contra el presidente Assad en Siria. También trató, a menudo con éxito, de movilizar a los demás embajadores occidentales para que respaldaran a los «revolucionarios». Cuando los dobles vetos chinos y rusos en el Consejo de Seguridad de la ONU hicieron imposible concretar el proyecto de que la OTAN bombardeara Siria, Robert S. Ford implementó con el general David Petraeus la «solución nicaragüense», o sea la movilización de cientos de miles de Contras provenientes del mundo entero que emprendieron una guerra destinada a derrocar el régimen.
De ser confirmada por el Senado, la nominación Ford como nuevo embajador en El Cairo marcaría probablemente el principio del fin de la guerra contra Siria y el inicio de la guerra civil en Egipto. Los tres grandes ejércitos árabes (Irak, Siria y Egipto) serían así destruidos, lo cual dejaría el Medio Oriente y el norte de África bajo la dominación militar israelí.
Según lo previsto, una delegación de la Hermandad Musulmana debería ser recibida en los próximos días en la Casa Blanca, en presencia de diplomáticos turcos.
Egipto se halla en situación de fragilidad ante una posible operación de desestabilización, tanto por su situación económica y política como por la actual debilidad de su ejército que cuenta con 500 000 efectivos para 85 millones de habitantes mientras que la policía dispone de un millón y medio de hombres.
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