Como prueba de que la preocupación de Occidente por Siria no tiene nada que ver con los nobles motivos proclamados, como la democracia y la protección de los civiles, la Conferencia de Amigos (sic) del pueblo sirio prepara un plan de saqueo económico aplicable en cuanto logren ocupar el país. Conforme a la mejor tradición colonialista, un Grupo de Trabajo –copresidido por Alemania y los Emiratos Árabes Unidos– estudia cómo repartir los despojos de Siria cuando logren vencerla. La OTAN y el Consejo de Cooperación del Golfo están vendiendo la piel del oso… antes de haberlo cazado.
Un grupo autoproclamado
Un «Grupo de Trabajo» internacional se reunió por primera vez en Abu Dabi la semana pasada bajo la copresidencia de Alemania. Su trabajo consiste en poner en marcha una serie de medidas económicas urgentes después de la caída del régimen de Assad.
Este «Grupo de Trabajo» («Working Group on Economic Recovery and Development of the Friends of the Syrian People») fue creado el 1º de abril, en Estambul, por el «Grupo de Amigos del Pueblo Sirio». Se trata de una alianza de Estados occidentales y pro-occidentales que han luchado junto a la oposición en la guerra civil siria y que cooperan fundamentalmente con el Consejo Nacional Sirio (CNS), una organización en el exilio. Este «Grupo de Amigos del Pueblo Sirio» no ha sido legitimado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Lo mismo sucede con su «Grupo de Trabajo», que se ha autoproclamado «Foro Central» para las medidas económicas necesarias [1].
Alemania es el principal responsable
Como explica el diplomático alemán Clemens von Goetze, quien dirigió la reunión realizada al final de la semana pasada junto a su homólogo de los Emiratos Árabes Unidos, el «Grupo de Trabajo» no fue creado solamente para aportar ayuda urgente después de la caída del régimen: «El momento es favorable para abrir al país perspectivas a largo plazo» [2]. Para Clemens von Goetze el modelo a seguir es el del Plan Marshall, mediante el cual Estados Unidos aportó ayuda para la reconstrucción a los aliados occidentales.
El «Grupo de Trabajo» ha creado varios subgrupos que deben dedicarse a temas precisos. En la repartición internacional del trabajo sobre la que los Estados miembros se pusieron oficialmente de acuerdo, Alemania es responsable del aspecto «Política económica y reforma». En ese tema se habla explícitamente de «estrategias a largo plazo» [3] que deberían favorecer el paso «de una economía centralista a una economía de mercado», según se puede leer en los informes.
Para ello, el «Grupo de Trabajo» instituye una «Secretaría» a cuya disposición Alemania y los Emiratos Árabes Unidos tienen la intención de poner respectivamente 600 000 euros. El probable director de esa «Secretaría» es el alemán Gunnar Walzholz, quien fue el último jefe del Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW) en Afganistán [4].
El bastón y la zanahoria
Conforme a lo confirmado por un participante en la reunión de la semana pasada, las medidas que se aplicarán bajo la responsabilidad de Alemania responden a una serie de objetivos a corto plazo. Por ejemplo, los programas económicos deben atraer a las fuerzas que, dentro de Siria, «todavía no participan totalmente en la insurrección o aún dudan en apoyarla» [5]. Esos programas constituyen un antídoto a las sanciones que –no mediante estímulos sino a través de presiones– apuntan a incitar también a empresarios leales a pasarse al otro bando. Sobre ese tema, el «Grupo de Trabajo» ha declarado que las sanciones podrían levantarse «en cuanto alcancen sus objetivos, o sea después de la caída de Assad, que se vería favorecida por un cambio de bando de los medios económicos interesados» [6].
Consecuencias de la liberalización
Berlín, que durante mucho tiempo colaboró con el régimen de Assad, estimuló desde hace años la privatización de la economía siria, que ahora aparece como objetivo del «Grupo de Trabajo». En 2006, la organización alemana de cooperación GTZ (la actual GIZ) puso en marcha, especialmente con ese objetivo, un programa llamado «Apoyo a la reforma económica siria». Según se explicó, «el gobierno sirio había decidido en 2000 pasar a la economía social de mercado», pero «las instituciones implicadas carecían de conocimientos». De ahí el apoyo de la GTZ [7] a la reforma. Se afirmaba que, «gracias a los efectos esperados sobre los ingresos y el empleo», la reforma «mejoraría las condiciones de vida de la población siria».
Pero nada sucedió después de ese anuncio. Por el contrario, el International Crisis Group confirmó el año pasado que la apertura del mercado sirio tuvo efectos «extremadamente negativos» para la artesanía local. Eso fue particularmente válido para la ciudad de Duma, cerca de Damasco, donde vivían numerosos artesanos. La liberalización los puso al borde de la ruina y el resultado fue que rompieron con el régimen [8]. En este momento, Duma parece ser un bastión de la oposición y momentáneamente, en enero pasado, llegó a estar totalmente bajo control de los rebeldes.
Proyectos
También puede leerse en la «National Economic Vision» que el jefe del Buró Económico del CNS, Osama al-Kadi, presentó la semana pasada al «Grupo de Trabajo», reunido en Adu Dabi bajo la dirección de Alemania, que la liberalización mejorará el nivel de vida «sólo a largo plazo». Hay que crear primero condiciones de confiabilidad para las inversiones extranjeras, aumentar la «productividad» de los trabajadores sirios, acelerar el establecimiento de empresas industriales, reformar el sector bancario y buscar mercados, sobre todo en el extranjero. El «Marshall Syrian Recovery Plan», que debería comenzar lo más pronto posible, podrá atraer una cantidad bastante grande de inversiones directas occidentales. En el futuro, la «Secretaría» del «Grupo de Trabajo» bajo la dirección de Alemania ayudará a aplicar ese plan en cuanto Assad sea derrocado y tan pronto exista un nuevo régimen en Damasco.
Como hace algunos años en Kosovo
El CNS, que colabora estrechamente con Occidente en el marco del «Grupo de Trabajo» y cuyo personal se propone para asumir después funciones de dirección, encuentra una seria oposición entre los propios opositores sirios. Esa estructura está bajo control de la Hermandad Musulmana, cuya posición en el seno del CNS suscita la fuerte hostilidad de numerosos opositores de tendencia laica. Por otro lado, el hecho que los líderes del CNS apuestan públicamente por una intervención militar occidental suscita el descontento de importantes sectores de la oposición siria.
Por el contrario, el Comité Nacional de Coordinación (CNC), una agrupación de organizaciones opositoras dentro de Siria, al que Occidente no toma en consideración, se ha pronunciado resueltamente en contra de las operaciones militares occidentales.
Radwan Ziadeh, «director de Relaciones Exteriores» del CNS, quien –al igual que Osama al-Kadi– trabaja para el Syrian Center for Political and Strategic Studies, ya se pronunció en varias ocasiones a favor de operaciones similares a las de Kosovo afirmando que «Kosovo muestra como Occidente puede intervenir en Siria». Ya en julio de 2011, Radwan Ziadeh era invitado del ministerio alemán de Relaciones Exteriores, y en febrero pasado lo invitaba el Financial Times [9]. Poco después afirmó que las milicias del Ejército Sirio Libre tenían que desempeñar el mismo papel que la UCK en Kosovo [10].
Según german-foreign-policy.com, opositores sirios han viajado recientemente a Kosovo para informarse sobre la acción de la UCK en 1999 [11]. La «masacre de Hula» podría tener la misma significación que la «masacre de Racak», perpetrada [en Kosovo] a principios de 1999.
Pero ya en aquel momento [en 1999], existían sospechas de que [la «masacre de Racak»] era una manipulación destinada a justificar la guerra, algo que nunca fue seriamente desmentido. En todo caso, ya nada se oponía a una intervención de la OTAN.
[1] Chairman’s Conclusions. Second Conference of The Group of Friends of the Syrian People, Istanbul, 1/4/2012
[2] “Donors Mull Marshall Plan for Post-Conflict Syria”, www.naharnet.com, 25/5/2012
[3] “Assad verbreitet Zuversicht”, www.faz.net, 24/5/2012
[4] El KfW (Banco para la Reconstrucción) fue creado por la autoridad ocupante anglo-estadounidense en Alemania, en 1948. Se le confió el paso de la economía nacional-socialista a la economía de mercado y la aplicación del Plan Marshal. Hoy en día, el KfW tienen como presidentes de pleno derecho a los ministros alemanes de Economía y de Finanzas, Philipp Rosler y Wolfgang Schauble.
[5] “Donors Mull Marshall Plan for Post-Conflict Syria”, www.naharnet.com, 25/5/2012
[6] Chairmen’s Conclusions of the International Meeting of the Working Group on Economic Recovery and Development of the Group of Friends of the Syrian People, Abu Dhabi, 24/5/2012
[7] Unterstützung der syrischen Wirtschaftsreform, www.gtz.de
[8] Popular Protest in North Africa and the Middle East (VI): The Syrian People’s Slow Motion Revolution, International Crisis Group Middle East/North Africa Report No 108, 6/7/2011
[9] “Kosovo shows how the West can intervene in Syria”; www.ft.com 14/2/2012
[10] “Radwan Ziadeh: Have We Learned Nothing From the Nineties? Syria is the Balkans All Over Again”, www.tnr.com, 22/3/2012
[11] «La Russie proteste contre l’entrainement de factieux syriens au Kosovo» [En español, Rusia protesta el entrenamiento de facciosos sirios en Kosovo], Réseau Voltaire, 25 de mayo de 2012.
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