Un atentado perpetrado en El Cairo, el domingo 11 de diciembre de 2016, dentro de la iglesia de San Pedro y San Pablo, provocó la muerte de 23 personas y otras 50 resultaron gravemente heridas. El gobierno de Egipto decretó 3 días de duelo nacional en honor a las víctimas.
Bajo la presidencia de Mohamed Morsi, miembro de la Hermandad Musulmana, esta cofradía saqueó numerosas iglesias y obispados coptos, además de cometer varios linchamientos. Pero, después del derrocamiento de Morsi, el nuevo presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sissi, se comprometió a defender a los cristianos al igual que a los demás egipcios.
Según el ministro del Interior, el atentado fue perpetrado por miembros de la Hermandad Musulmana que planearon el crimen en Qatar. El Emirato Islámico [Daesh] reclamó de inmediato la autoría del atentado.
Los principales líderes del Emirato Islámico son miembros de la Hermandad Musulmana mientras que los dirigentes de esta cofradía residen principalmente en Turquía, Qatar y el Reino Unido.
El 15 de diciembre, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) deploró las acusaciones de Egipto contra Qatar, emirato miembro de ese organismo regional bajo control de Arabia Saudita.
En 2014, el presidente egipcio al-Sissi entregó a Arabia Saudita una serie de documentos hallados en los archivos de su predecesor, Mohamed Morsi. Esos documentos demuestran que Qatar estaba preparando un golpe de Estado contra la familia Saud. En aquel momento, Riad aportó una importante ayuda financiera a Egipto y amenazó con invadir Qatar.
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