La evacuación de los White Helmets o «Cascos Blancos» [1], solicitada por el Reino Unido, se mencionó en la Cumbre de Jefes de Estado y de gobierno de la OTAN, realizada el 11 de julio de 2018.
Y en definitiva ha sido ese bloque militar quien se encargó de coordinar la salida de Siria de 422 de esos elementos y sus familias, con ayuda de Israel y Jordania, dos países que tienen cada uno su oficina de enlace en el cuartel general de la OTAN, en Bruselas.
Aunque la alianza atlántica supervisó a los yihadistas durante 7 años desde la base del LandCom en la ciudad turca de Izmir (Esmirna), esta parece ser la primera vez que la OTAN reconoce haber desempeñado un papel en Siria.
La evacuación de los Cascos Blancos incluyó, por supuesto, una estrecha supervisión a cargo de fuerzas especiales occidentales, principalmente del SAS británico.
Rusia hizo posible la realización de esa operación de exfiltración al abstenerse de intervenir contra el convoy que sacó de Siria a esos elementos.
El presidente estadounidense Donald Trump dio al parecer luz verde a la OTAN para la evacuación de todo el personal occidental implicado en la guerra secreta contra Siria.
[1] «Londres saca de Siria a los “Cascos Blancos”», Red Voltaire, 20 de julio de 2018.
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