"A lo largo de la historia, jamás ha habido una etapa de cooperación auténtica entre Rusia y Occidente", piensa Ivashov.

Occidente, según él, quisiera desestabilizar a Rusia, reducir su población, rodearla de estructuras de control militar e impedir que restablezca su industria de defensa y altas tecnologías.

En otoño próximo, habrá intentos de aprovechar la campaña electoral para incrementar esta injerencia y sacar a los ciudadanos rusos, sobre todo, los jóvenes, a la calle, afirmó Ivashov en una mesa redonda dedicada al futuro de las relaciones entre Occidente y Moscú.

"Es un guión pesimista pero también el más probable, e irá acompañado de la desestabilización en el Cáucaso, los atentados terroristas y los conflictos en las fronteras", dijo él.

Ivashov piensa que el Gobierno ruso debería oponer a esta evolución dramática su propio "proyecto geopolítico y nacional" y hacer un intento por agrupar en torno a Rusia a numerosos Estados que ven en ella al líder espiritual del mundo.

Fuente: Ria Novosti, 30 de mayo de 2007.