Al término de una gira por cuatro países de América Latina como enviado especial del presidente de Siria, el viceministro Faysal Mekdad responde a las preguntas del periodista cubano Ernesto Gómez Abascal sobre la situación y perspectivas de su país.
Usted acaba de visitar varios países latinoamericanos miembros del ALBA ¿Qué mensaje les ha traído de su gobierno, cuál ha sido la posición que ha encontrado sobre lo que sucede en Siria?
Faysal Mekdad, viceministro sirio de Relaciones Exteriores: He hecho un recorrido que, comenzando por La Habana, me ha llevado a Nicaragua, Venezuela y Ecuador. El año pasado, una delegación de países del ALBA [1], a nivel de cancilleres, nos visitó en Damasco en gesto solidario. Sostuvimos entonces importantes conversaciones a las que ahora hemos dado continuidad con nuestra visita. He explicado la situación actual y las perspectivas y hemos coordinado posiciones, pues coincidimos en muchos puntos de vista sobre la situación internacional: estamos contra la injerencia extranjera, por la solución negociada de los conflictos, contra el hegemonismo, contra la agresión imperialista y por la creación de un mundo multipolar.
Los países visitados han sufrido también la intervención en sus asuntos internos, los intentos de cambios de régimen, el fomento de guerras sucias, han sido bloqueados de una u otra forma. Por ello entienden bien lo que sucede actualmente en Siria, que independientemente de los problemas internos, está sometida a una agresión desde el exterior, dirigida por Estados Unidos y con el apoyo de sus aliados de la OTAN, Turquía en primer lugar, y las petromonarquías del Golfo.
El objetivo es liquidar lo que Siria representa como Estado secular, laico, donde durante muchos años ha existido un sistema basado en la convivencia de diferentes comunidades religiosas y el respeto a la libertad de cultos. Están tratando de liquidar un gobierno que ha defendido, en difíciles condiciones, la independencia nacional; un sistema de justicia social; la resistencia a los planes de dominación de la región por el imperialismo y el sionismo. Están tratando de liquidar un país que ha ofrecido refugio a las organizaciones patrióticas de muchos países, que ha prestado su apoyo a las organizaciones palestinas y que ha enfrentado a Israel. Esto es lo que pretenden liquidar en Siria, pero no lo van a lograr.
El gobierno sirio respondió a las protestas que se iniciaron en marzo de 2011 y ha reconocido que se cometieron errores. Propuso un plan de reformas que ha venido instrumentando, pero que no se ha podido ejecutar completamente debido a la agresión externa. La gran mayoría del pueblo sirio apoya al gobierno y el plan de reformas y está en contra de que se le imponga desde el exterior un gobierno extremista y lacayo de Occidente, de Turquía y de las monarquías retrógradas del Golfo, donde no existe ni democracia ni libertad.
Recientemente hubo una reunión en Qatar, celebrada según la orientación de la secretaria de Estado Hillary Clinton con el objetivo de tratar de unir a las distintas facciones de la oposición política y armada, de dentro y fuera del país ¿Qué nos puede decir de los resultados de esa reunión?
Esa reunión da una clara idea de quiénes son los que están dirigiendo esta guerra contra mi país y quiénes son los que pagan y facilitan todo tipo de recursos a los mercenarios, a los terroristas y a la oposición armada.
El gobierno sirio ha dicho que está dispuesto al diálogo, a negociar sin poner condiciones, pero para eso es necesario detener primero la introducción en Siria de terroristas, mercenarios y combatientes de otros países. La coalición imperialista-reaccionaria que nos hace la guerra no quiere diálogo. Así lo dicen y actúan en consecuencia. Sólo quieren un cambio de régimen, derrocar el actual gobierno e imponer uno sometido a sus intereses y dividir el país sobre bases sectarias.
El pueblo sirio rechaza eso y resistirá y luchará para erradicar ese proyecto, no importa los sacrificios que tenga que hacer. Nuestras fuerzas armadas están unidas y responden a los intereses del pueblo y de las autoridades del gobierno.
El enemigo pensaba que podría derrocar el gobierno en poco tiempo, tal como sucedió en Túnez y Egipto, pero se ha equivocado. Siria es diferente, nuestro gobierno cuenta con el apoyo de la mayoría del pueblo, es evidente que si no fuera así, no podríamos resistir ni mantenernos frente a una coalición enemiga tan poderosa como la que enfrentamos, que dispone de inmensos recursos, incluido el poder de la prensa internacional, que desde el principio ha dado una imagen falsa de lo que sucede en mi país.
La oposición armada parece mantener un nivel importante de iniciativa. ¿Cómo aprecia la situación en el plano militar?
Siria tiene fronteras muy extensas con cinco países, además de costas en el Mediterráneo. No es fácil controlarlas de forma permanente. Cuando logramos controlar una zona, se infiltran por otra. El enemigo cuenta además con importantes recursos, está orientado y dirigido por especialistas y servicios de tropas especiales de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Turquía, países que han instalado bases de operaciones fundamentalmente en Turquía. Utilizan técnicas muy modernas, sofisticadas, información obtenida por satélites y equipos de comunicación de última generación. No solo les suministran armamento de todo tipo, sino que los orientan en sus operaciones. Los mercenarios que han introducido en Siria no son combatientes inexpertos, han reclutado y pagado a extremistas de al-Qaeda, gente con experiencia de combate, formados por la CIA para luchar contra las tropas soviéticas en Afganistán, que después han actuado en otros países, que participaron en la guerra organizada por la OTAN en Libia.
A pesar de ello, no están logrando sus objetivos. Primero desde Líbano, aprovechando áreas que controlan allí los enemigos de Siria, trataron de establecer en Homs y en Hama, que están cerca de la frontera, una zona controlada por ellos, donde establecer sus bases y hacer lo mismo que hicieron en Libia a partir de Bengazi. Pero fracasaron y últimamente han estado tratando de crear su centro de operaciones en la región de Alepo, actuando desde la frontera turca, que ha pasado a ser el frente principal en la guerra. Han creado allí una situación muy peligrosa, a pesar de que el pueblo turco está en contra de la agresión contra Siria.
Pero el Partido [turco] de la Justicia y el Desarrollo, que es la Hermandad Musulmana de Turquía, quiere establecer un nuevo Imperio Otomano e imponer su predominio en la región. Nosotros manteníamos buenas relaciones en la última década con el gobierno turco. Esas relaciones se desarrollaban sobre la base de vínculos históricos entre nuestros pueblos. Pero el primer ministro Erdogán le planteó a nuestro gobierno que permitiera la existencia del Partido de la Hermandad Musulmana y que le diera participación en el poder. Esto fue rechazado ya que en Siria tenemos un sistema secular donde no se permiten los partidos religiosos. A partir de aquel momento, el gobierno turco comenzó su guerra sucia contra Siria.
El último intento de ofensiva militar, que demuestra su desesperación, lo lanzaron contra la capital. Concentraron fuerzas importantes para tratar de penetrar en Damasco y de atacar centros del gobierno para sembrar el caos y la muerte. Llegaron a disponer incluso de armamento pesado. Pero en los últimos días nuestras fuerzas los han golpeado duramente y les han propinado una importante derrota, han tenido grandes pérdidas y los que quedan están cercados o en desbandada.
A veces aparecen en la prensa artículos y análisis que, desde posiciones de izquierda, son favorables a la oposición que está en el exterior y a la lucha contra el gobierno sirio, incluida la lucha armada para derrocarlo, argumentando que es posible que exista una alternativa revolucionaria para llegar al poder si se derrota el gobierno actual. ¿Qué piensa usted sobre esto?
Estoy convencido de que el pueblo sirio, que se mantiene apoyando mayoritariamente el actual gobierno y su sistema, es el único capaz de solucionar el conflicto. Los problemas internos de Siria los puede resolver perfectamente el pueblo sirio y el gobierno actual está dispuesto a llevar a cabo los cambios y reformas que sean necesarios.
Los que hacen ese tipo de análisis que usted me informa deberían sentir preocupación al ver que coinciden y que de hecho apoyan con sus opiniones al imperialismo estadounidense, la OTAN y las petromonarquías reaccionarias del Golfo.
El gobierno sirio está siendo atacado porque no se ha sometido a los objetivos e intereses de aquellos, incluido el sionismo, que pretenden dividir la región para controlarla, explotar sus recursos y mantener su propia hegemonía.
No puedo especular sobre quién llegaría al poder en Siria si cayera el gobierno actual porque estoy convencido de que el pueblo sirio resistirá y saldrá triunfante. Los enemigos de Siria serán derrotados.
Fuente: Revista Tricontinental
[1] El ALBA, siglas de Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América o Tratado de Comercio de los Pueblos, es un proyecto de integración regional promovido inicialmente por Cuba y Venezuela como respuesta al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) promovido por Estados Unidos. Se compone actualmente de Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vincente y las Granadinas y Venezuela. Nota de la Redacción de Red Voltaire.
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