El bombardeo israelí contra la embajada de Irán en Damasco fue una clara violación de las Convenciones de Viena, que establecen la inviolabilidad de los locales con estatus diplomático. Nadie se ha atrevido a cuestionar ese hecho. El argumento de Israel, de que allí se reunían militares o personas vinculadas a actividades militares, no justifica la violación de las Convenciones de Viena.

La respuesta militar de Irán al bombardeo israelí contra su embajada es, por consiguiente –nos guste o no el régimen iraní–, totalmente legítima a la luz del artículo 51 de la Carta de la ONU, así que nadie debería cuestionarla. Los argumentos de quienes afirman que Irán no tenía derecho a lanzar drones y misiles a través del espacio aéreo de terceros no modifica la entera legitimidad de la respuesta de Irán a Israel.

Pero los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no pudieron ponerse de acuerdo para condenar el bombardeo israelí contra la embajada de Irán en Siria. Y, por supuesto, tampoco han podido ponerse de acuerdo sobre la respuesta militar iraní.

El problema reside en que los discursos de Occidente se apartan del aspecto jurídico y se limitan a la parte política del asunto.

Por ejemplo, fuera del Consejo de Seguridad de la ONU, el gobierno del presidente argentino Javier Milei expresó «su solidaridad y compromiso inclaudicable con el Estado de Israel frente a los ataques iniciados por la República Islámica de Irán (…) y respalda enfáticamente al Estado de Israel en la defensa de su soberanía, en especial contra regímenes que promocionan el terror y buscan la destrucción de la civilización occidental.»

El premio a la confusión de géneros se lo lleva sin dudas la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien escribió en la red social X (ex Twitter): «Condeno firmemente el ataque flagrante e injustificable de Irán contra Israel. Y llamo a Irán y sus agentes a cesar inmediatamente esos ataques. Todos los actores deben en adelante abstenerse de toda nueva escalada y trabajar en el restablecimiento de la estabilidad en la región.»

El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, agregó: «La Unión Europea condena firmemente la inaceptable agresión iraní contra el Estado hebreo. Se trata de una escalada sin precedente y de una grave amenaza para la seguridad regional.»

Por su parte, el vice representante permanente de Rusia en el Consejo de Seguridad, Dimitri Polianski, escribió en Telegram: «Una vez más nos convecemos de que el cinismo de nuestros colegas occidentales y su ceguera selectiva no tienen límites. Hoy ya ni siquiera se acuerdan de que se negaron a impedir una escalada cuando negaron su apoyo a nuestro proyecto de declaración del Consejo de Seguridad a la prensa, [proyecto] que condenaba el bombardeo israelí contra el consulado iraní. Como era de esperar, los israelíes intensifican su acción a su manera: Israel es la víctima, todos los demás tienen la culpa (…) Y ahora esta pandilla franco-anglosajona-netanyahista empezará a agitar la región, acusando a Irán de todos los pecados. Ya hemos visto eso antes. ¿no les parece?»

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