Serguei Krichevski se preocupaba mucho el año pasado, exactamente el 23 de marzo del 2001, cuando el mundo entero retuvo su aliento para observar la destrucción programada de la otrora famosa estación MIR, que fue precipitada al océano Pacífico.
Serguei Krichevski se preocupaba mucho el año pasado, exactamente el 23 de marzo del 2001, cuando el mundo entero retuvo su aliento para observar la destrucción programada de la otrora famosa estación MIR, que fue precipitada al océano Pacífico.
La estación conserva hasta hoy muchos records logrados durante sus 15 años de órbita terrestre llenas de hazañas científicas.
Sin embargo, Krichevsky lamentó y lamenta aún hoy esa decisión de las autoridades de su país por muchas razones. La primera, según él, «se trataba de un objeto del patrimonio cultural de la Humanidad»,objeto tecnológico construido por el Hombre del siglo veinte, así como lo son los cuadros de la Edad Media.
Las generaciones futuras nunca podrán apreciar la primera estación espacial de la Humanidad, nos explica. Afirma además que habían las condiciones técnicas para traerla a la Tierra, gradualmente en bloques, pero no la voluntad política. Tampoco la ciencia conocerá con exactitud cuales fueron las deformaciones de los materiales debidos a una prolongada permanencia en el espacio y muchas otras interrogantes.
Krichevsky responde a las preguntas de la Agencia IPI.
ENTREVISTA
¿Cuáles fueron los principales peligros ecológicos a consecuencia de la destrucción de MIR?
Son de varios aspectos. En realidad sólo se quemaron en la atmósfera alrededor de 100 toneladas, esto quiere decir que veinte a treinta toneladas cayeron al océano. Es cierto que se trata de un fenómeno nuevo, pero debemos impedir que la Tierra siga siendo un basurero de la actividad espacial mundial.
Felizmente, recién se ha empezado a discutir para elaborar un tratado jurídico internacional para prohibir el arrojo de despojos cósmicos artificiales tanto en la atmósfera como en la superficie terrestre.
También hay un gran paradoja, la industria espacial emplea una tecnología avanzada y de punta pero nada ha sido previsto para evitar la contaminación con sus desperdicios. Seguir quemando satélites artificiales en la atmósfera es una óptica bárbara.
La existencia de bacterias en la estación MIR y su previa desinfección tampoco fue tomada en consideración, a pesar que yo tenía un proyecto para eso y de haberlo expuesto ante la Duma (parlamento ruso), pero sin lograr persuadir a los funcionarios. En consecuencia no hubo ningún tratamiento en MIR antes de su liquidación.
¿Qué peligro presentaban esas bacterias?
Las bacterias que se encontraban en la estación MIR desde que entró en funcionamiento en 1986 y que compartieron su existencia con las tripulaciones humanas sucesivas, hasta el 2001, nunca fueron destruidas. Estas bacterias recibieron una prolongada radiación cósmica y de este hecho su material genético (ADN) ha sido modificado.
Aunque no representa un peligro para la salud del Hombre, estos micro-organismos representan un peligro del punto de vista tecnológico-corrosivo [1].
Esto significa que tales bacterias no sólo atacan los metales -fenómeno de corrosión conocido en la Tierra- sino que también los materiales sintéticos, -fenómeno desconocido en nuestro planeta-. Estos hechos fueron observados cuando MIR estaba en órbita y son hechos que se producen actualmente en la nueva estación internacional espacial ISS, algo conocido por las tripulaciones espaciales.
Tanto mis colegas como yo mismo, pensamos que estas bacterias han alcanzado sin duda la Tierra, sobreviviendo a la combustión en la atmósfera y que están esparcidas en el océano e ignoramos las consecuencias. Esperamos que no haya ninguna reacción de este tipo en la Tierra.
¿Hubo posibilidad de salvar MIR?
Indudablemente, cambiando los módulos usados por nuevos. Pero se prefirió la alianza con los norteamericanos de la Estación Espacial Internacional (ISS) y esto representaba un gran interés, especialmente, para las personas que lo firmaron. Nuestra valiosa, pionera e inédita experiencia, todo esto ha sido rematado a los EEUU significando una asfixia para el programa espacial ruso.
[1] Fenómeno por el cual la superficie de los materiales metálicos se degrada bajo el efecto de diversos agentes físico-químicos o bacteriológicos (eventualmente contaminantes) contenidos en el aire o en las aguas. Las bacterias de la estación MIR con su ADN modificado atacan y corroen los materiales sintéticos (plásticos), fenómeno desconocido hasta hoy en día en la Tierra.
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