La economía de Venezuela, golpeada duramente en el 2002 y el 2003 con contracciones históricas, pareció comenzar a respirar en el primer trimestre del 2004 impulsada dramáticamente por el crecimiento del estratégico sector petrolero que motoriza, sin duda, al quinto exportador mundial de crudo.
El Banco Central de Venezuela (BCV) informó que el Producto Interno Bruto (PIB) global registró un crecimiento de 29,8% de la mano de un impresionante 72,5% de la actividad petrolera y 18,9% de la no petrolera.
Las cifras resultan astronómicas porque son comparadas con el primer trimestre del 2003, cuando a causa de un desgarrador paro opositor que devastó la vital industria petrolera y por ende las exportaciones de crudo la economía se desplomó 27,8% arrastrada por una contracción de 47% del sector petrolero.
El BCV explicó que «el significativo incremento de la actividad petrolera obedece a una importante recuperación de la producción del sector público, cuyo valor agregado aumentó en 65,4%, luego de los inconvenientes presentados a finales de 2002 y a comienzos de 2003».
El drástico crecimiento del sector petrolero ya había sido anticipado por parte del gobierno así como de firmas privadas de análisis. Y es que una producción de crudo por debajo de los 100.000 barriles por día (bpd) durante el paro frente 3,1 millones de bpd actualmente dan la considerable diferencia.
Además, el país está disfrutando de unos elevadísimos ingresos petroleros a causa de los altos precios del crudo, que parecen seguir una carrera ascendente debido principalmente a la situación bélica en Irak y sus ramificaciones en el Medio Oriente.
Mientras la situación siga caldeada, como parece, en ese lado del mundo el petróleo continuará por las nubes y beneficiará las grandes cuentas nacionales de Venezuela. Pero ojo, cuidado con los espejismos.
La actividad petrolera venezolana resultó favorecida principalmente por una mayor demanda externa de crudo y refinados, así como por el continuo aumento de la producción por parte de las empresas petroleras privadas que participan en las asociaciones estratégicas, segun las explicaciones del ente emisor.
La economía no petrolera igualmente se recuperó de los efectos del paro, al crecer 18,9% entre enero y marzo del 2004, casi el mismo nivel de la contracción de 19,2% que registró en el primer trimestre del año pasado.
En este sector hay que destacar los crecimientos importantes de algunos rubros que lo conforman. Por ejemplo, el sector de manufactura registró un crecimiento de 48% seguido de comercio con 27,9%; instituciones financieras y seguros con 27,2% y transporte y almacenamiento con 25,4%. Algunos analistas no se cansan de repetir de que el trimestre de comparación es el que permite que las cifras sean tan elevadas. Pero hay algo que no se puede cambiar: la realidad.
¿Pero será posible que se mantenga un crecimiento sostenido en el tiempo? De nada vale alegrarse de estas cifras si el gobierno no toma medidas para que eso sea así. Por ejemplo, una disciplina fiscal en un año electoral parecen no ser una práctica a seguir tradicionalmente en Venezuela, así como tampoco tomar previsiones para cuando los precios del petróleo, como es también normal en los ciclos económicios, vuelvan a caer.
Un directivo del BCV dijo recientemente que el país podría tener este año ingresos petroleros extraordinarios por entre 5.000 y 7.000 millones de dólares y que sería de extrema utilidad ahorrar esos fondos para invertirlos en sectores productivos. Eso choca de entrada con el uso que le estaría dando el gobierno a través de las «misiones», que si bien es cierto que buscan aliviar las necesidades de salud, aducación y alimentación se sectores pobres amenaza la viabilidad de inversión real de otros rubros que sí generan riqueza.
Para este año, el gobierno prevé un crecimiento de entre 9 y 10% del PIB, según cifras adelantadas por algunos voceros. Si es así estará por encima de la previsión oficial inicial de alrededor de 6,5%.
El presidente Hugo Chávez ha dicho en varias ocasiones que las cifras no dicen nada por sí solas si no se reflejan en la cotidianidad de la gente, que está sufriendo los flagelos de una alta inflación y desempleo.
También hay que ver cómo se desarrolla el caldeado clima político en el país de cara a la eventualidad del referendo revocatorio presidencial. El hecho de que se haga o no seguro incidirá en el resto de la vida económica del país.
Las próximas semanas, cuando deben efectuarse los reparos de las firmas para la solicitud del referendo serán determinantes porque quedarán despejadas las dudas sobre el panorama político. Saber si Chávez se queda o no es algo que muchos esperan para actuar.
El BCV también informó que la cuenta corriente de la balanza de pagos fue superavitaria en 3.457 millones de dólares en el primer trimestre, muy por encima de los 787 millones del mismo lapso del 2003.
Ello se debió al desempeño favorable de la balanza comercial de bienes, por efecto del incremento en un 90,7% del valor de las exportaciones totales frente a un incremento en las importaciones de bienes de un 50,2%.
El mencionado crecimiento de las exportaciones obedece fundamentalmente al aumento de los volúmenes exportados del sector petrolero (92,1%), y al valor de las ventas externas del sector no petrolero (40,3)%, en especial las productoras de metales básicos, químicos y material de transporte. El incremento de las importaciones de bienes, por su parte, está asociado al crecimiento de la actividad económica real en el trimestre.
Por su parte, la cuenta de capital y financiera cerró el período con un déficit estimado de 1.796 millones de dólares, frente al saldo positivo de 1 millón en ese lapso del 2003.
Estos resultados derivaron el saldo global superavitario de la balanza de pagos de 1.678 millones de dólares, ubicándose el nivel de las reservas internacionales netas del país en 23.125 millones, de los cuales 702 millones corresponden al Fondo de Estabilización Macroeconómica.
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