Un iconoclasta en el sentido más estricto es Juan Ramón Jiménez, quien en estos dos artículos-ensayo que han salido de su pluma demuestra la naturaleza instrumental y privada, lejana de la mirada pública, del general Lázaro Cárdenas y sus descendientes. El mito del cardenismo debe derrumbarse antes de que se convierta en el puñal que ataque por la espalda a Andrés Manuel López Obrador, regente de la ciudad de México y sucesor seguro del nefasto Vicente Fox.
Este artículo es la continuación de :
– 1. « El mito de Lázaro Cárdenas »
Estas investigaciones históricas no desmeritan la enorme figura del general Lázaro Cárdenas (último militar mexicano que llegó al cargo de presidente nación), quien tuvo la hombría de nacionalizar nuestro petróleo, y que cuando la OPEP se fundó en Bagdad (Irak) en 1958, el grito nacional fue: «todos somos cardenistas».
Asimismo, se engrandece la figura con la decisión del general al ponerse al frente de la lucha contra la Invasión de Cochinos, en Cuba. Sin embargo, en aras de la objetividad y no del subjetivismo patriotero, hay que analizar con detenimiento los hechos históricos que han forjado nuestra problemática presente, incluido el cardenismo.
Decíamos en nuestra entrega anterior que el ídolo nacional Lázaro Cárdenas estuvo involucrado en la conspiración para asesinar a Carranza; también mostrábamos otro error del general al haber negociado con los nazis el trueque de petróleo por bienes de capital y ahora mencionaremos otro gran error de Cárdenas: haber impulsado desde el poder, con una visión de empresa paraestatal, la narco-economía de México, que actualmente está valuada en más de 100 mil millones de dólares.
¿Cómo se inició la narco-economía en México? De acuerdo al libro clásico sobre este tema La Historia Secreta del Narco: Desde Navolato Vengo de José Alfredo Andrade Bojorges, de editorial Océano, 1999 (la narración en tercera persona del desaparecido narcotraficante Amado Carrillo Fuentes (a) El Señor de los Cielos). En sus páginas se lee: «La Segunda Guerra Mundial provocó el incremento en el consumo legal e ilegal de las drogas».
Antes de la guerra, una libra de heroína costaba unos 300 francos en París, durante el conflicto bélico subió a 3,000 francos. Un cigarro de marihuana en San Francisco subió de 20 centavos de dólar a 1 dólar. Las drogas no eran necesidades de civiles sino del ejército estadounidense, francés y alemán , que comenzaron a consumir grandes cantidades de marihuana y heroína. La región estratégica para el cultivo de la amapola y la canabis era el noroeste mexicano.
En este marco geográfico- el triángulo del oro formado por Sinaloa-Chihuahua-Durango-existía otro de orden político, donde tenían intereses dos grandes grupos que querían impulsar la economía de la región: los cardenistas, con intereses en Michoacán y Badiraguato (la zona serrana de Sinaloa) y los obregonistas, con influencia en Guasave (cercana a Los Mochis) y el sur de Sinaloa...en 1941 se creó la Zona Militar del Pacifico, que fue una decisión inteligente para que los estadounidenses no se adueñaran del noroeste mexicano, ya que querían instalar bases militares en la región con pretexto de la guerra con Japón.
Para ello, el presidente Manuel Ávila Camacho nombró al general Cárdenas comandante de la región Pacifico Norte...en la pagina 36 dice el texto que el general Cárdenas no veía con simpatía las exigencias locales de Sinaloa pues era como si los campesinos pidieran porcentaje de las ganancias petroleras por el hecho de ser dueños de la superficie de donde se extrae el petróleo, esa riqueza debería ser del Estado, por su parte los obregonistas veían con recelo que Cárdenas estuviera rodeado de cristeros.
Los colaboradores más cercanos al general eran del Partido Verde de Guanajuato, como Luis Ignacio Rodríguez, José Suirob, Agustín Arroyo, Antonio Madrazo, José Aguilar, Ignacio García Téllez, Enrique Fernández Martínez y Enrique Colunga. El obregonista Basilio Vadillo escribió: «La Revolución hizo a las conciencias libres de cadenas dogmáticas, arrancó los vientres femeninos a la prostituida esterilidad de los conventos y amartilló la tenaza de la ley sobre el pecho de la corrupción clerical» (p.37)...para los obregonistas, los cardenistas del Partido Verde del Bajío habían sido los culpables del magnicidio de Obregón (p.39)...La Revolución creó nuevos cacicazgos en Sinaloa, los cardenistas con el general Gabriel Leyva y los obregonistas con Pablo Macias Valenzuela (p.57).
Para esas fechas ya había tres operadores en la zona, Ernesto Fonseca Carrillo en Sinaloa, Jaime Herrera Nevares en Durango y Miguel Urías Uriarte en Sonora...la distribución de las drogas (oficiales) estaba controlado por el Secretario de Salubridad de Lázaro Cárdenas, José Siroub del Partido Verde de Guanajuato (p.58)...los cardenistas de la CNC (Confederación Nacional Campesina), ofrecían amistad, ayuda y consejo a cambio de un porcentaje de las cosechas de la droga (p.59)...el jefe cardenista del General Leyva Velásquez (que luego fue Gobernador de Sinaloa) era Federico Amaya Rodríguez, Jefe del Estado Mayor Presidencial de Lázaro Cárdenas.
Allí nació en 1979 el cartel de Guadalajara , formado entre otros por Miguel Ángel Félix Gallardo, Juan Ramón Matta Ballesteros, Ernesto Fonseca Carrillo, Manuel Salcido Uzeta, Javier Barba Hernández, Rafael y Juan José Quintero Payán, Pablo Acosta Villarreal, Juan José Esparragoza (a) El Azul (mezclado en el escándalo de Morelos y el gobernador panista Estrada Cagigal, Amado Carillo Fuentes y Rafael Caro Quintero (p.64)...para finalizar el negocio de las drogas, eran ingresos que entraban a las arcas del Gobierno Federal en la época revolucionaria, es decir era una paraestatal, pero luego el Estado perdió el control y se privatizó y criminalizó totalmente e inclusive se ideologizó ya que el sucesor de Leyva en Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis se incrustó en la izquierda del movimiento estudiantil de 1968.
Su hijo Leopoldo fue el autor de la caída del rector Ignacio Chávez en 1966...
El canto de los billetes verdes sedujo a los Livas de Nuevo León y a los Morales de Jalisco y Veracruz (p.65). Como tema de las conspiraciones actuales recordemos que Ignacio Morales Lechuga es el personaje que junto al subsecretario de Gobernación Jesús Dávila Narro, mediante los oficios de Oscar Pimentel, luego alcalde de Saltillo, y por instrucciones del entonces presidente Miguel de la Madrid, introducen en 1984 al topo de la CIA Carlos Ahumada; al secretario de Gobierno de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez le corresponde la función de otorgarle un pasaporte falso de acuerdo a Juan García Abrégo, jefe del cartel del Golfo asentado en la Aurora, la zona de fraccionamientos de lujo de Saltillo.
Esto demuestra la actual confluencia de los narcos con los políticos y la CIA en el caso Ahumada quien no sólo deseaba detener a AMLO y al PRD, sino destruir las relaciones de toda la izquierda mexicana y especialmente las relaciones México-Cuba, sabotear la posible candidatura de Madrazo en el PRI mediante la posibilidad muy real de fracturar al PRI, al PRD y al PAN mediante la unión de los gobernadores salinistas como Natividad González Paras, de Nuevo León; Enrique Martínez y Martínez, de Coahuila; Tomas Yarrington, de Tamaulipas; Eduardo Bours, de Sonora; Miguel Alemán, de Veracruz; Arturo Montiel de Edomex; y Miguel Ángel Núñez de Hidalgo; quienes dirigidos por el duende de Dublín y de Agualeguas, conspiran junto a Elba Esther Gordillo y la facción foxista del PAN en la Presidencia por crear un Frente Único de Oposición hacia el panismo tradicional que está empujando a Felipe Calderón Hinojosa; hacia el perredismo radical que empuja a AMLO y hacia el priismo dinosaurico que empuja a Roberto Madrazo, y en menor nivel a Eduardo Bours, (ligado a su imperio Bachoco) y a sus relaciones oscuras en el caso Del Monte de Carlos Cabal Peniche- NAFINSA- Khalid Bin Mafhouz- Marvin Bush.
Como se ve, en todos lados aparece el salinismo y el bushismo, incluso en la Isla de Cuba, cuyo Canciller Pérez Roque hace una alabanza desmedida de Carlos Salinas de Gortari. Hay que seguir con la línea de la revista Proceso que destapó en la Conferencia de Prensa del 5 de Mayo en La Habana la situación de que Ahumada había llegado a la Habana en uno de los jets de Carlos Salinas; asimismo, prestar atención también a la pregunta ¿por qué mientras estuvo radicado Salinas de Gortari en Cuba fueron todos - Ahumada-Arcipreste-Ocampo y hasta Cuauhtemoc y Rosario Robles a La Habana? Por todos lados desde el origen en Coahuila hasta el final en Cuba, aparecen Salinas de Gortari y la CIA.
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