El personaje del año 2004, a mi juicio, debería ser el presidente de China Popular, Hu Jintao como símbolo del fenómeno de recuperación más importante de la globalidad.
Hu, un tecnócrata cincuentón -el gobernante más joven para esa potencia comunista que desde la desaparición del "gran timonel” Mao Zedong en 1976, había sido gobernada por una gerontocracia no siempre coherente, ha hecho una carrera político administrativa, desde la base, en la remota provincia de Gensu hasta los altos estratos del Comité Central del PC chino en Beijing. El anterior presidente, Jiang Zemin, en realidad el verdadero artífice de esta transición de sociedad de economía centralizada comunista a potencia industrializada en rápida modernización, eligió a Hu como sucesor en la presidencia.
China es una de las potencias de la globalidad y está demostrando que para bien del mundo en paz, la multipolaridad es saludable, puesto que el liderazgo único de la superpotencia actual, por la incapacidad de sus actuales conductores, sólo ha conducido a guerras y enfrentamientos. Cuando Mao emprendió penosamente la gran marcha de Yenán, con su ejército harapiento, no imaginó nunca -algunos ahora dirán fácilmente que lo tenía muy claro-, que su revolución llevaría a China comunista a colocarse de
socio principal de la superpotencia capitalista. Y ese fenómeno es, hoy por hoy, al comenzar el 2005, el principal factor de estabilidad en este planeta.
Tal favorable statu quo se produce entre el gobierno de Beijing y el gobierno de Washington porque está en el interés de ellos y de sus países el entenderse.
Curiosamente, en materia de seguridad, el gobierno de Bush necesita de la influencia china para apaciguar a Corea del Norte, el beligerante pequeño Estado comunista que, según expertos norteamericanos, ya dispone de proyectiles intercontinentales que, disparados desde la península coreana, alcanzarían a Alaska y hasta Los Angeles u otra ciudad de la costa del Pacifico, como Seattle o San Francisco.
En los ultimos meses del 2004, han circulado versiones de que el gobierno de Pyongyang sigue empeñado en producir bombas atómicas. Al mismo tiempo, se ha dado poca difusión al hecho de que la cohetería interceptora defensiva de EE.UU. ha tenido un par de fracasos que hacen pensar en que el escudo misilístico defensivo de USA no es por ahora confiable, ante el supuesto magnificado por ciertos medios manipulados para despertar la histeria en el pueblo norteamericano atormentado por el miedo catastrofista del presidente Bush y su entorno. Es por el factor Norcorea que Washington necesita mucho de la influencia de China Popular, como quedó patéticamente claro en la cumbre Asia-Pacífico realizada recientemente en Santiago de Chile.
Desde que a la revista Time se le ocurrió en 1929, elegir al personaje más noticioso del año, esa seleccion se ha convertido en uno de los recursos periodísticos más repetidos cada fin de año, en innumerables publicaciones de todo el mundo. Los análisis y balances de cada año que termina, son matizados con la elección de este personaje. Por supuesto las selecciones pueden ser muy discutibles. Time se apoya en el hecho de que el personaje hizo mucha noticia durante el año, "ya sea para bien..o para mal". Por ello, no debe sorprender que Hitler fuera una vez el retrato de la tapa de la revista, como lo fue Stalin dos veces y el Ayatola Jomeini, el 73. Bush ya fue una vez vez, para la revista nortemericana, personaje del año. El 29, cuando comenzó esta costumbre, Time eligió al aviador norteamericano Charles Lindbergh, que hizo el primer vuelo solitario uniendo Norteamérica con Europa.
El año pasado, Time eligió simbólicamente al soldado norteamericano. Y este 2004 tenían pensado al jefe de la insurgencia iraquí, Al Zarkawi. Otros candidatos eran el director de cine Mel Gibson por el impacto y polémica que produjo su film "La pasión de Cristo" y el documentalista, muy critico de Bush, Michael Moore. Pero los editores de Time cambiaron de idea a último momento. Y eligieron otra vez a Bush, "por la forma cómo logró reconstruir o modificar la realidad de acuerdo a sus designios y ganar las elecciones para otro período presidencial hasta el 2008, explicaron los editores de Time.
Sin embargo, desde mi Columna Global en Internet, yo considero que más allá de las fronteras de Norteamérica, el ingeniero Hu Jintao, que suele alternar sus trajes de ejecutivo de camisa y corbata, con los sacones abotonados hasta el cuello, estilo Mao, al convertirse en el timonel de una China que tiene una gran influencia en la economía y geopolítica global, para bien o, quién sabe, también para mal de algunos./ BIP
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