Geo es una publicación mensual del grupo Bertelsmann que aparece en alemán, español, francés y ruso y ofrece reportajes de viajes muy bien ilustrados.
Abandonando los caminos trillados, la edición en francés del mes de septiembre propone un dossier cuyo titular tiene más que ver con la teología que con los folletos turísticos: «La paz en la que creemos».
Entre dos fotos del Dalai Lama, la publicación ofrece un «Palmarés 2005 de la paz en el mundo». En asociación con un instituto belga de ciencias políticas, el GRIP, se conceden puntos a cada Estado. Islandia ocupa el primer lugar, Alemania el decimosegundo y Estados Unidos se sitúa en la posición 33, mucho antes que China (lugar 95), Israel (114) y Rusia (130).
El método de puntuación consiste en sumar el monto de las contribuciones a las operaciones de la ONU, el de la ayuda para el desarrollo, la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño, la libertad de prensa y la falta de corrupción, así como la constitución de reservas naturales, todo inteligentemente ponderado por medio de coeficientes. En una palabra, se suman zanahorias y puerros pensando que vamos a obtener un pisto.
La forma de seleccionar los criterios, que no se explica al lector, pero cuyos detalles están disponibles en el sitio Internet del GRIP, lleva al resultado. Por ejemplo, en la esfera de la seguridad, se da puntos a la firma del Tratado de No Proliferación y se olvida que las grandes potencias nucleares no lo aplican; en la de los derechos humanos se premia la firma de varias convenciones pero no la de los pactos de la ONU sobre los derechos humanos que Estados Unidos se niega a ratificar; se evalúa la libertad de prensa remitiéndose a los trabajos de Reporteros sin fronteras y se toma como índice de corrupción el establecido por Transparency International, dos asociaciones apoyadas por el Departamento de Estado, etc. No se habla ni una palabra de las violaciones del derecho internacional, de las guerras, del colonialismo, de la justicia social, del acceso a la educación, de la represión, de la tortura. Ninguno de estos criterios es tomado en consideración.
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