La movilización nacional del magisterio se realiza a día seguido de las protestas de iguales características que trabajadores de la salud y estudiantes universitarios protagonizaron en la capital de la república.
El estadio de la Universidad Central del Ecuador fue el sitio de concentración de casi 10 000 personas, entre estudiantes, padres de familia, maestros, organizaciones sociales y los dirigentes de la UNE de las 22 provincias de país, que demandan un presupuesto más digno para la educación.
Bajo la consigna de “presupuesto para la educación y no para la corrupción” caminaron por las calles céntricas de Quito, con el objetivo de llegar al Palacio de Carondelet, a una audiencia con el vicepresidente de la república, Alejandro Serrano, y el ministro de Gobierno, Oswaldo Molestina.
La masiva marcha avanzaba por la calle Chile, cuando a su encuentro salió la fuerza pública, quién arremetió contra los manifestantes que trataban de llegar pacíficamente a las inmediaciones del parque, lanzándoles bombas lacrimógenas a diestra y siniestra, con la finalidad de dispersarlos. Esta agresión lo único que logró es que los manifestantes tomen las calles aledañas para finalmente ingresar a la Plaza de la Independencia y desde ahí apoyar con consignas a sus dirigentes, que ingresaron a la audiencia con las principales autoridades del Gobierno.
Jorge Escala, dirigente de la UNE a nivel nacional, manifestó que “no se atiende las peticiones básicas de la educación: pago de los servicios básicos en la instituciones educativas, no se cancela a los 12 600 educadores populares y sus bonificaciones, no se cancela a los directivos de los planteles, no se transfieren los 12 millones de dólares presupuestados en el 2005, entre otros requerimientos urgentes. El Gobierno esperó que se dé esta marcha nacional para conformar una Comisión de alto nivel que trabaje contra reloj para asignar los recursos necesarios para cubrir las necesidades de este año y para resolver sobre las nuevas asignaciones para el próximo año”.
Finalmente, los manifestantes se dirigieron al Congreso Nacional para advertirles a los diputados que ahora gobiernan con Palacio, que de aprobarse una Proforma en los términos que ha planteado el Ejecutivo, y de no asignar la deuda que mantiene el Estado con la educación la UNE, convocarán a un paro nacional con carácter de indefinido. El Gobierno tiene plazo hasta el 3 de octubre para atender las demandas de la educación.
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