«Hay una importante actividad de penetración de las iglesias evangélicas en el mundo árabe a fin de apoyar las políticas estadounidenses en la región», explicó Charles Saint-Prot durante la conferencia internacional Axis For Peace, organizada por la Red Voltaire los días 17 y 18 de noviembre de 2005 en Bruselas. Director del Observatorio de Estudios Geopolíticos y especialista del mundo árabe, Charles Saint-Prot mostró su preocupación por la acción de estas iglesias en Irak al empujar al país a volverse exclusivamente musulmán. «Las iglesias evangélicas se vuelven hacia las comunidades cristianas del mundo árabe, las convierten y les aconsejan el exilio, especialmente en el caso de Irak. Brindan ayuda para la partida a poblaciones que, como todas las demás comunidades de Irak, sufren la invasión y la inseguridad que genera. El objetivo: construir, en lugar de las sociedades polirreligiosas, un mundo exclusivamente musulmán más fácil de denunciar en el marco de la retórica del “choque de civilizaciones”.» Volviendo sobre los vínculos entre las iglesias evangélicas y los servicios de inteligencia norteamericanos, Saint-Prot expresó: «En el aparato de Estado norteamericano existe una relación ambivalente con las iglesias evangélicas. Por un lado, hay personas como George W. Bush que están sinceramente convencidas por los pastores de estas iglesias y que tienen fe en sus preceptos; por otro, están los servicios secretos y los neoconservadores que utilizan a las iglesias evangélicas como instrumentos para lograr sus fines geoestratégicos.» «Los Estados Unidos tienen un comportamiento y un enfoque parecidos al de una potencia europea en los años 30», continuó Saint-Prot. Un enfoque totalitario impuesto por un círculo reducido de neoconservadores y fundamentalistas cristianos que acaban de constituir una especie de «Estado dentro del Estado». Las presiones ejercidas sobre Siria son parte de una voluntad global de «poner a los árabes de rodillas para obligarlos a negociar acuerdos de paz con Israel». Los Estados Unidos han utilizado la misma retórica que para Irak al acusar a Siria de estimular el terrorismo, tratar de adquirir armas de destrucción masiva y ser la puerta de entrada de los combatientes extranjeros a Irak. Ahora bien, como lo subraya Saint-Prot, «los combatientes extranjeros en Irak son los soldados británicos y estadounidenses y sus mercenarios». Francia, en un viraje espectacular e inexplicable de su política exterior, se ha aliado en esta ocasión a Estados Unidos.
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