Desde la Tierra de la lluvia, Ñuu Savi, se iniciaron las persecuciones e intimidaciones en su contra. Raúl Gatica, el indígena mixteco quien desde 1997 levantó su voz para reclamar justicia social en Oaxaca, ahora se refugia bajo el invierno canadiense y advierte que ante las demandas de la APPO no habrá otra respuesta del gobierno federal que la represión.
Las amenazas de muerte en su contra le hicieron buscar resguardo y protección en el norte del continente americano. Raúl Javier Gatica Bautista es un indígena ñuu savi o mixteco, de San Miguelito en Tlaxiaco, Oaxaca, quien, mientras permaneció en su tierra, protestó tenazmente en contra de la injusticia social que padecen las comunidades, en conflicto desde hace más de siete meses.
Es el único consejero de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en el exilio. Desde Vancouver, Canadá, Raúl Gatica hace un balance de los hechos de “violencia y represión” a los que han sido sometidos sus compañeros.
El hombre de 43 años, que inició su activismo social en 1997 en el Consejo Indígena Popular de Oaxaca (CIPO) Ricardo Flores Magón, advierte que los gobiernos de Felipe Calderón y Ulises Ruiz no dudarán en continuar con la aplicación de “mano dura” contra aquellos que pongan en riesgo los intereses del poder que representan.
Detenido y torturado en distintas ocasiones -durante los gobiernos de Diódoro Carrasco, José Murat y Ulises Ruiz- Gatica Bautista dice que los encarcelamientos y vejaciones ocurridas los pasados 2 y 25 de noviembre (con las acciones de la Policía Federal Preventiva [PFP] en la capital oaxaqueña en contra de la APPO) y a lo largo de todo el conflicto, se basan en la “lógica de la imposición” que maneja la administración panista.
“Lo que están viviendo ellos (los integrantes de la APPO) ahora, yo lo puedo entender porque lo viví por un año. Desde esa perspectiva: primero, no se ven posibilidades de cambio alguno de la política de represión, no sólo hacia Oaxaca sino al movimiento en general. En el gobierno de Felipe Calderón sólo tienen cabida los que están de su lado: los ricos, los que no protestan y los que no dicen nada.
“A todo aquel que sea pobre y se oponga a un modelo dictatorial de gobernar le quedan las cárceles, el panteón o la desaparición. Ese es el mensaje de Ramírez Acuña desde la Secretaría de Gobernación y de Calderón desde la Presidencia”.
Para el activista social, quien en 2006 recibió un reconocimiento de la organización canadiense Horizontes de Amistad -la cual apoya proyectos de desarrollo comunitario en México y Centroamérica contra la desigualdad social-, los mensajes de reconciliación y diálogo que ha manejado la Presidencia, son mentiras.
“El discurso que maneja es un engaño en el que va a caer el que quiera. Quien pretenda concertar o negociar con él va a tener que aceptar las reglas que va a imponer Felipe Calderón. No hay ni una pizca de respeto, la lógica en la que se mueve es: ‘primero me impongo, luego me impongo y al final me impongo. O me respetan o se van al bote y se mueren’.
“En este momento, si el movimiento de Oaxaca le apuesta sólo a la negociación va por un camino errado. Por eso, nosotros pensamos que lo que hay que fortalecer son los procesos comunitarios, reconstruir la organización regional, en cada uno de los municipios y de las comunidades. Convocar las acciones de paros cívicos y de resistencia pacífica.
“Calderón ha manifestado siempre su voluntad de dialogar pero no se puede con una pistola en la cabeza, que es lo que está buscando el gobierno federal para sostener a Ulises Ruiz”, agrega.
Medidas cautelares
El documento Z009094142 de la oficina de inmigración canadiense, certifica a Raúl Gatica como “persona protegida”. Mientras tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó desde el 27 de septiembre de 2004 medidas cautelares a los gobiernos estatal y federal para proteger la integridad física y seguridad jurídica del luchador social.
El expediente OEA/Ser.L/V/II.122 indica que Gatica Bautista había sido objeto de amenazas y actos de hostigamiento relacionados con su trabajo en defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas de Oaxaca, el cual habría afectado intereses a nivel oficial, político y de los grupos paramilitares.
“En vista de la situación de riesgo para el beneficiario, la Comisión solicitó al Estado mexicano la adopción de medidas para proteger la vida, integridad personal y el libre ejercicio de la actividad como defensor de derechos humanos de Raúl Javier Gatica Bautista. El Estado y los beneficiarios han informado sobre los acuerdos alcanzados en materia de medidas de protección. La Comisión continúa dando seguimiento a la situación de la persona protegida”, apunta el texto de la Organización de Estados Americanos.
Estado de sitio
Lejos de su tierra y del conflicto político, social y económico -desatado el 22 de mayo de 2006 y agudizado el 14 de junio cuando los maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación fueron desalojados del centro de la capital oaxaqueña por policías estatales- Gatica Bautista añade que las acciones más extremas que se pueden esperar de un gobierno ya se ejecutan en la entidad.
“Las medidas más radicales ya se iniciaron. Están en esta etapa de los desaparecidos, que es muy dura, y de los asesinatos. Es decir, este estado de sitio, de terror y de guerra psicológica, es la parte más terrible que se puede encontrar”, agrega.
No obstante, el colaborador del Foro Mundial para la Paz en 2006 no descarta que se acentúen los hechos violentos. “El crimen desatado sólo puede alcanzar otros límites en la medida en que empiece a tocar a otros sectores, por ejemplo, a los mismos priístas que en algún momento se atrevan a cuestionar un poco al PAN o a la propia ala terrorista del PRI, incluso puede afectar a algunos sectores del PAN, es decir, a los que ya no puedan soportar tantas muertes”.
Autodefensa
Desde su exilio, el indígena ñuu savi lleva a cabo actividades de limpieza para mantener su estancia en Canadá. No deja de hacer poesía, actividad que en 1997 le hizo merecedor de la beca otorgada por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Oaxaca, y en 2000 la del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, cuyos recursos fueron destinados para liberar presos indígenas y sostener a las organizaciones en las que participa.
“Nosotros somos indígenas y como tal orgullosamente he defendido mi identidad. Eso ha molestado a los dueños de poder que no quieren a los indios, si no más bien los quieren como muertos, callados, en silencio”, reprocha.
En una abierta crítica a la situación social por la que atraviesa su estado natal, Raúl Gatica señala que “el movimiento en contra del mal gobierno no nació el 14 de junio, ese día se agudizó la crisis.
Explica que la resistencia en Oaxaca “tiene raíces muy antiguas de nuestros pueblos, de negarse a aceptar una Ley indígena en contra de nosotros, del derecho a exigir que no se aplique el Procede (Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares) del gobierno federal que privatiza y nos quita la propiedad y el disfrute colectivo de nuestra tierra.
“Viene el hecho de oponerse a los proyectos estructurados por el gobierno del estado, como megaproyecto turístico de Huatulco, Zipolite, Chacahua. Además al corredor biológico que abarca todo Puebla, Tehuacán, Teotitlán, Oaxaca, y Chiapas.
“Oponernos a que sean privatizadas nuestras áreas, que el gobierno llama zonas de reservas ecológicas, pero que sólo lo hacen para apoderarse de nuestra biodiversidad. Queremos seguir nuestras formas de organización y de nombrar a nuestras autoridades, hacer justicia en la sierra Norte y en la Mixteca, en todas esas zonas que tenemos trabajo.
“Toda esa resistencia viene de ahí, y el 14 de junio es el parteaguas de todo lo que significa está acción violenta en contra del movimiento social en Oaxaca. Ahora vemos en la APPO una síntesis de la inconformidad social, que continuará en pie de lucha”, concluye.
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