En cuatro meses, el número de policías asesinados por las bandas de narcotraficantes superó al registrado a lo largo del año pasado. Desde que el gobierno de Felipe Calderón anunció la “guerra contra el crimen organizado”, al menos un policía muere diariamente a manos de delincuentes mejor capacitados, con mejor armamentoy “sueldos” superiores.
A ocho meses de que Felipe Calderón Hinojosa asumiera la Presidencia de la República y declarara la “guerra” al narcotráfico, ningún capo ha sido apresado, tampoco se han detenido el tráfico y la venta de estupefacientes, ni se ha desentrañado una sola de las redes financieras que sirven a los cárteles de la droga. Sin embargo, más de 2 mil 500 personas han perdido la vida. Alrededor de 200 de ellas eran policías que fueron ultimadas por pistoleros de narcotraficantes.
De acuerdo con datos de la Procuraduría General de la República (PGR), sólo en cuatro meses fueron “ejecutados” 152 policías. Según el registro de agentes asesinados, elaborado por la Dirección General de Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad, dependiente de la propia PGR, 27 elementos de distintas corporaciones policiacas fueron asesinados en febrero; 43 en marzo; 28 en abril, y 54 en mayo.
De la información –obtenida por Contralínea a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública– se desprende que, hasta mayo de este año, el estado en el que se había cometido el mayor número de crímenes contra integrantes de algún cuerpo policiaco era Sonora, con 21. Nuevo León acumulaba 20, y Michoacán y Durango sumaban 16 asesinatos en cada entidad.
Aunque las bajas policiacas se recrudecieron desde que Felipe Calderón asumió la Presidencia, durante el último año de gobierno de Vicente Fox el número de agentes “ejecutados” llegó a la centena y media. La respuesta de la Unidad de Enlace de la PGR a la solicitud de información 0001700106607 detalla que 150 policías fueron asesinados durante 2006 a lo largo del territorio nacional: 39 en Michoacán; 33 en Guerrero; 32 en Baja California; 23 en Sinaloa; 13 en Tamaulipas, y 10 en Nuevo León.
En la relación se muestra que los elementos policiacos más vulnerables son los municipales, pues durante el año pasado 61 de ellos murieron a manos de sicarios. Los ministeriales muertos sumaron 44; los estatales, 24 y los federales 21.
“Corruptos y sin conocimientos”
Armando Barreiro, secretario de la Comisión de Seguridad Pública (CSP) de la Cámara de Diputados, señala que el número de policías muertos “es reflejo del fracaso de la lucha contra el crimen organizado”.
El legislador por el Partido de la Revolución Democrática considera que las policías mexicanas nunca han sido integradas por cuerpos profesionales y especializados, que “realmente sirvan a la ciudadanía en un asunto tan importante y delicado como la seguridad”.
Por el contrario, lamenta, tanto las federales como estatales y municipales “han estado conformadas por personas sin criterio, sin conocimiento, y muchas veces infiltradas por la misma delincuencia; además padecen todos los vicios de la corrupción que caracterizan a las administraciones públicas.
“Así, con esas características y con esa herencia, los cuerpos policiales no respondieron ni van a responder a las expectativas de servicio que tiene la ciudadanía en materia de seguridad.”
Octavio Vargas Landeros, legislador por el Partido Revolucionario Institucional y también secretario de la CSP, reconoce que “ni la policía federal, ni la estatal, ni la municipal son las adecuadas para enfrentar el crimen organizado. Deberían tener unos perfiles más rigurosos. Hay que someterlos a estudios con mayor detenimiento para ver si tienen las aptitudes y actitudes para ser policías”.
El diputado señala que más del 85 por ciento de los policías preventivos municipales no tienen el perfil ni la vocación para desempeñarse como servidores públicos.
“El 95 por ciento de los policías de este país son municipales y estatales. El 4. 9 por ciento de los policías son federales. En total, tenemos casi 500 mil elementos policiacos en los tres órdenes de gobierno. Sólo alrededor de 25 mil son federales y el resto los tienen los estados y municipios. El problema no es que falten policías sino que reciban la capacitación adecuada”, considera.
Por su parte, el diputado por el Partido Acción Nacional y secretario de la CSP, Gerardo Serrato Castell, acepta que “la seguridad pública es un tema pendiente y que ha estado rezagado”. Sin embargo, arguye que “quienes más atrasados están son los policías municipales, después los estatales y luego los federales. A nivel federal se han hecho esfuerzos por tratar de capacitar más a los cuerpos policiales, pero sin duda todavía es un tema donde hay mucho por hacer”.
Acerca del número de policías asesinados por narcotraficantes, dice que no se debe perder de vista que “estamos en medio de una lucha en donde algunos policías no están en el bando del gobierno”. Considera que, además de profesionalizar a los elementos policiacos, se les debe asegurar una mejor remuneración económica y dotarlos de mejor armamento y equipo para que “no se pasen al lado de los criminales”.
“El policía generalmente está trabajando desde una trinchera muy difícil y sin capacitación ni armamento. No se compensa el riesgo que implica estar trabajando en esa trinchera. Se debe seleccionar mejor a los policías, pero también capacitarlos, pagarles más y equiparlos mejor. Y no es algo que se va a resolver en lo inmediato, sino gradualmente.”
Ejecutadas, 2 mil 500 personas
Armando Barreiro considera que todos los programas de seguridad pública desarrollados por el panismo desde que detenta el Poder Ejecutivo Federal han fracasado.
“El fracaso es tan estrepitoso que la percepción que la gente sigue teniendo de los policías es que son delincuentes, nada más que con placa para poder asaltar, robar. Para la opinión pública un policía es una persona sin preparación, sin criterio y que está sujeta de manera muy fácil y sencilla a cualquier acto de corrupción que se presente.”
El legislador rechaza que la solución al problema de la inseguridad pública sea un “asunto de policías y ladrones”. Mientras argumenta que “no ha servido de nada militarizar al país ni implantar un estado policiaco”, esgrime una “relación de personas asesinadas por el crimen organizado desde diciembre de 2006”. De acuerdo con la lista elaborada por los asesores del legislador y actualizada diariamente, hasta el 31 de julio 2 mil 516 personas habían perdido la vida en hechos vinculados con el crimen organizado.
“Esto demuestra que no se está combatiendo correctamente el problema. La seguridad sólo se garantiza cuando los niveles de inequidad se reduzcan y se combata la corrupción en todos sus niveles.”
Para el priista Vargas Landeros, los sueldos de los policías no deberían de ser inferiores a 9 mil pesos. “Una familia mexicana requiere, cuando menos, de 9 mil pesos para resolver todas sus necesidades mínimas. El policía arriesga su vida y puede abandonar en cualquier momento a su familia. También se deben cubrir las garantías para cuando él no esté: becas para sus hijos, seguro para su esposa, seguro de vida, buena indemnización. Eso no lo tienen.
“Además, un policía municipal debería de tener cierto nivel de estudios. Mínimo, preparatoria. Deben ser personas con vocación, que tengan la intención de aceptar la capacitación que se requiere para enfrentar a los delincuentes.”
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