Algunos profesores de Ciencias Políticas deberían dejar sus cátedras para ir a aprender Ciencias Políticas”, declaró Gustavo Larrea, Ministro de Gobierno de Rafael Correa, en el diario El Comercio. ¿A quién se refería? Nada más ni nada menos que al candidato perdedor a la Constituyente y su movimiento Concertación Democrática, el Dr. César Montúfar, profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito, ex candidato a la diputación por Pachakutik-Nuevo País, Presidente de Participación Ciudadana financiada por la USAID, ex forajido y columnista del citado diario, en donde persuadía a los ecuatorianos a hacer una Asamblea Nacional Constituyente.
Recordé una de sus frases al empezar a estudiar la Maestría en Estudios Culturales Latinoamericanos: “Suponiendo que la mejor democracia conocida es la de los EEUU.”, y la referida a Samuel Hangtinton, autor del libro “ El Choque de las Civilizaciones”, uno de sus autores favoritos de su admirada escuela norteamericana.
En nuestro país no existen pensadores contemporáneos de Ciencias Sociales (constátese en Libri Mundi, Abyayala o la Librería Española), peor aún de Ciencias Políticas, pues no logran salir de las cuatro paredes de su cubículo, la comodidad de su escritorio y de la sapiencia del amansaburros (el computador y el internet) y presentarse de cara a la realidad del pueblo para el cual hoy intentan hacer una Constitución.
De todos modos, ya tendrán Ayalitas y Flacsoboys, los cientistas sociales y políticos de coyuntura, la oportunidad de explayarse en “sesudos” análisis de lo que ha pasado, aun si no tienen en claro lo que es el llamado Socialismo del Siglo XXI y el pensamiento de Heinz Dietrich, pues (tal el caso del Dr. Montúfar) en su verborragia se inventarán algún ingenioso término que servirá como anzuelo para sustentar su cátedra.
En su egocentrismo (similar a la Teoría del desencanto de la novela del socialdemócrata Raúl Pérez Torres, en la que presenta a su generación como bien dotada intelectual y sexualmente), no aceptarán nunca que han sido rebasados por un pueblo en constante movilización y lucha de liberación, que no tiene acceso ni a sus cátedras, ni a sus postgrados, ni a su mendaces columnas de opinión, que está más allán de sus conferencias, seminarios y talleres.
Aquellos pseudoacadémicos, aún no quieren darse cuenta de que nunca fueron verdaderos maestros, a lo más, repetidores de teorías políticas postmodernas, ventrílocuos forjadores de opinión pública que hacían caso sumiso de los dictámenes de una academia gringa, de los condueños de la banca y los grandes medios de comunicación, es decir, académicos funcionales al sistema capitalista, y a su camarilla académica.
Lamentablemente, en la llamada revolución ciudadana “no son todos los que están, ni están todos los que son”. En el régimen de Patria Altiva y Soberana (PAIS), a la cola de Ayalitas y Flacsoboys, están infiltrados rezagos de la partidocracia: socialdemócratas, democratacristianos y del Partido Sociedad Patriótica.
Es contundente la derrota de los partidos políticos de derecha en las elecciones de Septiembre 30, pero lo ha sido también la de los Ayalitas y Flacsoboys, aunque estos últimos, más oportunistas que los Ayalitas sociolistos, se han encaramado en el staff de gabinete de Rafael Correa.
Es de desear que la Constituyente, a más de hacer los cambios profundos que deseamos todos los ecuatorianos, sea un escenario de debate en donde se sustenten tesis, sólo así se desenmascararán ciertos académicos politólogos que provienen de Universidades Made in Usa.
Por otro lado, es de desear que se democratice el acceso a la educción de tercer nivel, que Univesidades como la UASB y la FLACSO preparen profesionales acordes con las profesiones de los nuevos tiempos y no académicos de cubículo y maletín, quienes devenirán en profesores de dos y tres universidades, en presidentes de fundaciones, representantes de ONGS y de Organismos de Cooperación Técnica, en columnistas de diarios de la gran prensa o simplemente en políticos élite de la nueva partidocracia.
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