La política económica que dirige Felipe Calderón es incapaz de controlar el aumento de la inflación, el desempleo, la elevación en los precios de los alimentos, la disminución de la inversión extranjera directa y la caída de remesas. Éstos son algunos de los factores que provocan inestabilidad en el sistema financiero del país.
Pese a que las expectativas del Banco de México (Banxico) –registradas en el documento Política económica. Informe sobre el primer semestre de 2007– anticipaban los “riesgos” económicos del país, el gobierno federal reaccionó hasta inicios de este año. Además, las políticas implantadas (la apertura total a las importaciones y la fijación de precios en 150 productos de alimentos) no otorgan ningún tipo de certidumbre a la sociedad, consideran investigadores y legisladores.
De acuerdo con el documento del banco central, desde septiembre pasado el crecimiento económico en México registró un incremento “moderado” anual del producto interno bruto (PIB) de apenas 2.7 por ciento, cifra inferior en más de dos puntos porcentuales a la registrada en 2006: 4.8 por ciento.
El “menor” dinamismo de la actividad económica en ese periodo “fue influido de manera desfavorable por varios aspectos del entorno externo”, indica el informe: la expansión de los dos componentes de la demanda –el interno y el proveniente del exterior– fue moderada; la desaceleración del gasto de consumo, iniciada en el cuarto trimestre de 2006, persistió en la primera mitad de 2007; el incremento anual de la inversión resultó menor que el año anterior, y la tasa de crecimiento anual de las exportaciones de bienes y servicios (particularmente de las correspondientes a bienes manufacturados) fue “modesta”.
Dependiente de la economía estadunidense, México resiente los efectos de la crisis hipotecaria que prevalece hasta ahora en el país vecino, pues tuvo un impacto “adverso” en el gasto interno y la producción nacional.
Banxico destaca que se “mantuvo una desaceleración de la demanda proveniente de Estados Unidos, que es el principal mercado para las exportaciones mexicanas. La variación de las exportaciones del sector automotriz resultó negativa; el ingreso de recursos por concepto de remesas familiares apenas subió el 0.6 por ciento, mientras que en años previos dicho rubro había presentado un importante dinamismo que, consecuentemente, había coadyuvado a la expansión del gasto de consumo privado, y disminuyó el saldo superficiario de la balanza comercial de productos petroleros”.
Tales resultados, dice Patricia Rodríguez López, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), son consecuencia de que en el país no hay ningún sector productivo que esté protegido por el Estado; la industria manufacturera y el sector agropecuario, otrora fuentes de producción para el consumo interno, quedaron totalmente liberalizados desde hace más de 25 años. Además falta regular el sistema bancario, el cobro de comisiones a los usuarios y el otorgamiento de créditos para fortalecer el mercado nacional.
La especialista explica que con la aplicación de políticas neoliberales puestas en marcha en 1982, durante la administración de Miguel de la Madrid, el país se ha basado en un modelo exportador que ha fracasado: “Se pretendía que este sector encadenara toda su producción y eslabonara toda la economía, pero no ha ocurrido así; por el contrario, se rompieron los lazos que había entre los sectores productivos y no se ha generado la riqueza necesaria para un mayor crecimiento del país”.
Eduardo Loria Francisco, fundador y coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos, de la Facultad de Economía de la UNAM, explica que en México se implantó una “liberalización a ultranza, sin haber compensado con medidas microeconómicas: un país siempre debe tener sectores protegidos o apoyados con políticas industriales, subsidios o estímulos fiscales para generar empleos y divisas. En nuestro caso se desgravó todo sin políticas compensatorias”.
Aumento de precios en alimentos
El estudio El impacto en los hogares del país por el incremento en los precios de los productos alimenticios, diciembre de 2005 a mayo de 2008 –elaborado por los investigadores parlamentarios Reyes Témpach y Román Martín Aguilar, del Servicio de Investigación y Análisis de la Cámara de Diputados– indica que: “La crisis mundial de los precios de las materias primas agrícolas ha encarecido los productos alimenticios en México”.
Agrega que este incremento de los precios se está trasladando a nuestro país a través de las importaciones de cereales y granos básicos, que se están adquiriendo en el mercado mundial con precios altos. Esto se debe, dice, a que la producción interna es incapaz de cubrir la demanda local.
Los investigadores, adscritos a la dirección de economía del centro de investigación, precisan que “el encarecimiento de los artículos alimenticios fue superior al resto de los bienes y servicios que componen el consumo de los hogares en México”. Esto perjudicó a las familias con menores ingresos, pues el aumento se dio en más del 25 por ciento.
Las cifras de los analistas, basadas en los datos oficiales del Banxico, señalan que de mayo de 2007 a mayo de 2008, los precios de los alimentos se incrementaron 8.80 por ciento, que se suma al aumento del 16.46 por ciento, registrado a partir de diciembre de 2005 a mayo de este año.
El impacto se registró mayormente entre las familias que perciben hasta un salario mínimo general, es decir 52.59 pesos, pues fue de 18.27 por ciento; entre los que obtienen entre uno y tres salarios, la repercusión fue de 17.23 por ciento; los que ingresan de tres a seis salarios mínimos tuvieron una afectación del 16.51; y en aquellos que ingresan más de seis salarios mínimos fue del 15.60 por ciento, indican los cálculos de diciembre de 2006 a mayo de este año.
Entre los productos que sufrieron mayor incremento, de diciembre de 2005 a mayo de 2008, se encuentran los aceites, grasas y combustibles en 60.57 por ciento. Le siguen: pan, tortillas y cereales con el 26.65 por ciento; lácteos y huevos, 21.61 por ciento; pescados y mariscos, 11.44 por ciento; frutas y hortalizas, 11.28 por ciento; azúcares, café y refrescos envasados, 10.84, y carnes, en 10.58 por ciento.
Pablo Trejo Pérez, integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, acepta que México está ante una situación “muy complicada”, porque no se han tomado medidas preventivas en la producción de alimentos para sustituir importaciones, realizar inversiones que nos lleven a un encadenamiento productivo.
De acuerdo con el Informe de la revisión y fiscalización de la cuenta pública 2006, elaborado por la Auditoría Superior de la Federación, el país tiene una dependencia alimentaria del 42.5 por ciento y dejó de ser autosuficiente en la producción de sus granos básicos: pese a la suficiencia de maíz, principal producto en la canasta básica de los mexicanos, en el sexenio foxista las importaciones de éste se incrementaron en 157 por ciento (Contralínea 104).
El legislador por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) dice que México no puede combatir el alza de los precios: “Es urgente dotar de recursos efectivos al campo, porque las políticas que tenemos aplicadas en el país son asistenciales; necesitamos, además, fortalecer la comercialización, colocar sistemas de riego, dotar de semillas mejoradas, fertilizantes, incluso, sistemas de cultivo más provechosos que nos permitan tener una mayor producción alimentaria”.
Desempleo acelerado
El desempleo, expone la investigadora Patricia Rodríguez López, es una de las principales afectaciones que sufre la sociedad mexicana. Para los 45 millones 621 mil 687 trabajadores que conforman la población económicamente activa (PEA), sólo se ofrecen trabajos mal pagados. Anualmente, 550 mil personas emigran al extranjero, principalmente a Estados Unidos, y apenas 16 millones de trabajadores cuentan con salario y prestaciones que marca la ley (Contralínea 101).
Datos de la Encuesta nacional de ocupación y empleo, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, indican que de enero a mayo de 2008 la tasa de desempleo se ubicó de 4.06 a 3.23 por ciento de la PEA.
Esta situación, prevé la especialista universitaria, podría ir en aumento, pues con un crecimiento del 2.7 del PIB no se pueden generar nuevas fuentes de empleo formal. “En esta política económica han prevalecido las negociaciones económicas, no se tienen visiones a mediano y largo plazo, como el derecho al empleo”.
El legislador del PRD, Pablo Trejo, critica que los recursos que está manejando el gobierno, con la intención de generar nuevos proyectos productivos a través de las micro, pequeñas y medianas empresas, queden en manos de asociaciones civiles, fundaciones y fideicomisos, incluso de empresas trasnacionales. “No hay ninguna política en donde el micro y pequeño empresario pueda acceder a créditos blandos para hacer más productivo su negocio. En la medida en que no tenemos empresas, no tenemos producción ni empleos ni valor agregado; sólo dependemos del recurso que genera el petróleo”.
En febrero de este año, la revista Fortuna, Negocios y Finanzas documentó que la Secretaría de Economía entregó a la trasnacional Ford Motor Company más de 1 mil millones de pesos del Fondo para las Pequeñas y Medianas Empresas, durante los ejercicios fiscales 2005 y 2006. Mientras, el 80 por ciento de pequeños comercios fracasan cada año por falta de apoyos económicos. Además de la polarización de las fuentes de empleo.
Inflación al alza, IED y remesas a la baja
Otros dos factores que han afectado la economía mexicana, consideran los especialistas, es el incontrolable aumento de la inflación y la baja en la inversión extranjera directa (IED). De la primera, el Banxico muestra un incremento de 0.31 puntos de mayo a junio de este año.
En mayo la inflación general anual aumentó a 5.26 por ciento, en contraste con los 4.95 de un mes anterior. El incremento se debió, explica Banxico, a que los precios de los alimentos han mantenido su trayectoria alcista, sobre todo en las cotizaciones de los aceites, grasas vegetales comestibles, arroz, tortilla de maíz y los productos derivados del trigo. El segundo factor fueron los incrementos registrados en los precios de vivienda propia, transporte aéreo, restaurantes y consulta médica.
Además, la IED total reportada el primer trimestre de este año, indican datos de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, dependiente de la Secretaría de Economía, asciende a 4 mil 194 millones de dólares, cifra 36 por ciento menor a la reportada durante el mismo periodo de 2007: 6 mil 553 millones de pesos.
De los más de 4 mil millones de dólares, apenas el 26.4 por ciento fue de nuevas inversiones, es decir, 1 mil 106 millones de dólares; el 48.1 por ciento (2 mil 19 millones de dólares) fueron de reinversión de utilidades; y 1 mil 69, 25.5 por ciento, de cuentas entre compañías, reporta la comisión.
La baja del 36 por ciento en la IED, que significó una caída de 2 mil 358 millones de dólares, se desglosa de la siguiente manera: 811.7 millones de dólares en nuevas inversiones; 402 millones de dólares en reinversiones; y 1 mil 145 millones de dólares en cuentas entre compañías.
Según la información de la Secretaría de Economía, la mayor inversión fue realizada por Estados Unidos, con el 69.7 por ciento; Alemania, 8.2 por ciento; Canadá, 6.3 por ciento; España, 5.8 por ciento; Luxemburgo, 4.4 por ciento; Holanda, 2.7 por ciento; Japón, 0.7 por ciento; y otros países, 2.2 por ciento.
Mientras, las remesas que dejan los migrantes mexicanos en Estados Unidos pasaron de 7 mil 513 millones de dólares a 7 mil 335 millones de dólares, según cálculos del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos de la UNAM, basados en información del primer cuatrimestre de 2007 y 2008.
Enrique Serrano Escobar, secretario de la Comisión de Economía en la Cámara de Diputados, asegura que el gobierno federal no ha hecho su papel de ir a las raíces del sistema económico del país “sino que ha dado sólo aspirinas a los problemas que estamos viviendo. No ha acabado de consolidar su toma de posesión, quizá la inseguridad le agobie y bloqueé la capacidad de pensar en el crecimiento económico que necesitamos en el país”.
Serrano Escobar advierte que el panorama que afectará a México “se está complicando, principalmente, por la baja en la disponibilidad de alimentos. Los escenarios no son halagüeños: países que están en completo estado de hambruna no ven salida y eso también va a provocar problemas en el entorno político mundial.
“El gobierno tiene que abrir espacios de actuación, darle facilidades al inversionista, analizar toda la serie de trabas burocráticas de simplificación administrativa en todos los niveles de gobierno, e invertir en el campo, tenemos que ser más agresivos para enfrentar esta inestabilidad”, dice el diputado.
Revista Contralínea / México
Fecha de publicación: 15 de julio de 2008
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