La inteligencia militar estadunidense prevé un posible fracaso del sistema político mexicano en los próximos años. En sus dos últimos informes, el centro de estudios prospectivos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ha dejado fuera a México de la lista de países latinoamericanos con posibilidades de crecer sostenidamente y de contar con recursos energéticos para las próximas décadas. Brasil, Perú, Argentina y Colombia, entre los Estados que se convertirán en potencias regionales. México, al apartado de “Estados débiles y fallidos”
Los dos últimos informes Joint Operating Environment. Challenges and implications for the future Joint Force (JOE) –título cuya traducción sería Contexto de la Operación Conjunta. Desafíos e implicaciones para el futuro de las operaciones de las Fuerzas Conjuntas– advierten que el Estado mexicano podría ser incapaz de mantener la estabilidad en los próximos años.
El último de los informes (JOE 2008), aprobado para su publicación el 25 de noviembre de 2008 por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y dado a conocer al público a principios de 2009, “recuerda” que “un México inestable podría representar un problema de seguridad de enormes proporciones para Estados Unidos”.
—El hecho de que México ocupe el papel de un Estado en riesgo de fallar es muy grave, porque implica que toda la doctrina militar de Estados Unidos va a estar condicionada a esta situación y podría comenzar a generar toda una estrategia donde una de las últimas medidas sería la intervención militar –advierte Jorge Luis Sierra, especialista en fuerzas armadas y seguridad nacional, egresado del Centro de Estudios Hemisféricos de la Defensa de la Universidad de la Defensa Nacional en Washington.
El JOE 2008 dedica apenas una veintena de renglones al “caso mexicano”, en tres menciones: la primera, para señalar el incremento de la población de origen mexicano en Estados Unidos y el crecimiento demográfico exponencial en México para 2030; la segunda, para referirse a los obstáculos que impiden el crecimiento y el desarrollo en todo el continente: “El poder de las bandas y cárteles de la droga”, el cual cuenta con “una capacidad muy importante para corromper, distorsionar y dañar”.
Agrega que el hecho de que las organizaciones delictivas y los cárteles sean capaces de construir decenas de submarinos en la selva, para luego utilizarlos en el contrabando de cocaína, indica la “enorme magnitud” económica de esta actividad. “Esto plantea una verdadera amenaza a la seguridad nacional y a los intereses del hemisferio occidental. En particular, los crecientes asaltos entre los sicarios de los cárteles de la droga y el gobierno mexicano, en los últimos años, recuerda que un México inestable podría representar un problema de enormes proporciones para Estados Unidos”.
México es mencionado de nueva cuenta en el apartado “Weak and failing states” (“Estados débiles y fallidos”), a los que describe como aquellos países que en los próximos 25 años tendrán “graves problemas con sufrimiento humano en una escala muy grande”. Señala que las causas por las que determinadas naciones llegan a esta situación son diversas y varían de país a país.
En algunos casos, el Estado fallido o debilitado es resultado de “desastrosos liderazgos políticos que destruyen la estabilidad económica”. En otros, las causas se encuentra en “las guerras entre grupos tribales o étnicos”. El JOE 2008 señala que la mayoría de los Estados con estas características se encuentran en África y Medio Oriente. Advierte que los Estados fallidos no suelen presentar largos periodos de crisis, sino que son objeto de un fenómeno conocido como “hundimiento rápido”. El caos en el que de pronto se ven envueltos puede ser precedido de una tensa calma.
En lo que considera “uno de los peores escenarios” para Estados Unidos, dos Estados podrían verse en un rápido y repentino “colapso”: Pakistán y México. En Pakistán prevé una “sangrienta” guerra civil en la que incluso puedan ser utilizadas armas nucleares. Señala que, en ese caso, Estados Unidos intervendrá militarmente.
Respecto de México, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, a través del JOE 2008, señala que la posibilidad de que termine por convertirse en un Estado fallido “puede parecer menos probable; pero el gobierno, sus políticos, las policías y el sistema judicial están bajo la presión sostenida y el asalto de bandas criminales y cárteles de la droga”.
Asegura que este “conflicto interno” podría mantenerse a lo largo de los próximos años con un “gran impacto en la estabilidad del Estado mexicano”. Agrega que en caso de que México “caiga en el caos” habrá “una respuesta” estadunidense, pues estarán “implicadas” graves consecuencias para la seguridad de ese país.
Estados Unidos reacciona
En su edición de diciembre de 2008, la revista Forbes consideró que este país se encaminaba hacia el “caos criminal y económico”, y retomó la idea de que el mexicano podría ser un Estado fallido, como Pakistán. El 11 de febrero de 2009, Dennis C Blair, a cargo de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, dijo que México no era capaz de controlar partes de su territorio.
Las declaraciones tanto de los analistas de Forbes como de los funcionarios del gobierno estadunidense –que generaron ríspidas respuestas en los medios de comunicación de parte de funcionarios mexicanos, entre quienes se encontraron el presidente Felipe Calderón, el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont y la secretaria de Relaciones Exteriores Patricia Espinosa– estuvieron basadas en los dos últimos informes JOE, aunque no citaron los documentos.
—El JOE es un documento de doctrina y, por lo tanto, tiene un impacto posterior en todo lo que hace Estados Unidos en materia de seguridad. Lo que señala el JOE se traduce en números y en estrategia. Si la institución militar estadunidense está considerando riesgosa la situación política de México, este país estará en la mira de los estrategas de seguridad nacional de Estados Unidos –explica Jorge Luis Sierra.
En efecto, el 15 de junio pasado, en una conferencia conjunta del secretario de Hacienda y Crédito Público de México, Agustín Carstens Carstens, y de la secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, Janet Napolitano, se anunció la puesta en marcha de un “acuerdo” de cooperación para garantizar la seguridad fronteriza “sin precedentes”. El acuerdo prevé mayor intercambio de información de inteligencia, capacitación para los mexicanos y la instauración de “comités de seguridad binacionales”.
Además, el presupuesto de egresos en materia de seguridad interior para el ejercicio fiscal de 2010, aprobado el 30 de junio pasado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, contempla una nueva marca en los dineros utilizados en la frontera con México: se trata del 25 por ciento del total de los recursos que se destinarán, además, a la lucha antiterrorista dentro del territorio estadunidense y el fortalecimiento de la seguridad en aeropuertos, puertos marítimos y sectores estratégicos.
—Aún falta conocer la posición del Senado y aún falta para que se convierta en ley; pero la intención de que el 25 por ciento del presupuesto en materia de seguridad interior se destine a la frontera con México no es más que el reflejo de lo que señala el JOE –considera Jorge Luis Sierra.
Descalificado todo el sistema
Aunque el informe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos identifica como única causa del posible colapso mexicano a las bandas del narcotráfico, la descalificación es para el sistema político mexicano en su conjunto.
El especialista Jorge Luis Sierra explica que el JOE no necesita identificar a las otras causas como la desigualdad económica y social, la pobreza, la marginación o la falta de legitimidad de los políticos, porque la crítica es hacia la incapacidad del sistema político. “Si se revisan los informes con detenimiento, el más reciente y el del año anterior, los estadunidenses están destacando el futuro político”.
En el JOE 2007, la cúpula militar de Estados Unidos manifiesta su “preocupación legítima de que estas organizaciones (los cárteles de la droga) puedan crear narcoestados en algunas de las entidades federativas de México y en partes de Afganistán y tal vez Haití”. Los narcotraficantes buscan asegurar las conexiones trasnacionales para producir, envasar, mover y enviar sus productos en todo el mundo. “Es evidente que los cárteles han evolucionado y seguirán evolucionando en respuesta a las amenazas a sus negocios”.
El 5 de julio pasado, en uno de los procesos electorales que arrojaron “triunfadores” con alto déficit de credibilidad –debido al abstencionismo y el voto nulo–, se eligieron cinco gobernadores: de San Luis Potosí, Sonora, Nuevo León, Colima, Campeche y Querétaro. También estuvieron en disputa 479 ayuntamientos de estas entidades, de cinco estados más (Jalisco, Estado de México, Guanajuato, Morelos, Tabasco, Coahuila) y las 16 delegaciones del Distrito Federal.
—El JOE 2007 habla del Estado fallido en algunas regiones de México, provocado por la penetración del narcotráfico en las entidades políticas de esas regiones del país. Estamos hablando de estados de la república que están renovando sus gobiernos en actuales procesos políticos –considera Sierra.
México, futuro cancelado
El informe JOE no sólo resulta una advertencia a México por lo que señala directamente, sino también por lo que de este país omite. Mientras que es uno de los protagonistas del apartado dedicado a los Estados débiles y fallidos, en el espacio destinado a América Central y del Sur, donde lo ubica, apenas le concede dos renglones para advertir de la capacidad de los cárteles de la droga y para “recordar” que la inestabilidad de México es un asunto de seguridad nacional estadunidense.
En cambio, señala a Brasil como el país que estaría en el camino de convertirse en una “potencia mundial” y una “superpotencia regional”. El JOE estima que, para la década de 2030, otros países que habrían de mantener un crecimiento sostenido detrás de Brasil serían: Chile, Argentina, Perú y Colombia.
Jorge Luis Sierra dice que el estancamiento económico del país se explicaría porque “la carta principal de México frente a Estados Unidos y frente al mundo era el petróleo. Ya lo está dejando de ser y en el largo plazo va a carecer de petróleo; dejará de ser exportador y pasará a ser consumidor. Y si el modelo mexicano sigue basándose en el petróleo como la principal fuente de ingresos, vamos a estar en problemas en unas cuantas décadas”.
En efecto, en el apartado en el que se analiza el futuro de las fuentes de energía mundiales, México tampoco se encuentra entre los países con reservas petroleras para la década de 2030. Destacan el Estrecho de Hormuz (Irán, Emiratos Árabes Unidos, Omán); Estrecho de Malacca (Indonesia, Malasia y Singapur); Canal de Suez (Egipto); Bab El Mandeb (Eritrea); Estrecho Turco (Turquía); Oleoducto Bakú Tiflis Ceyhan (Turquía, Azerbaiyán y Georgia), y el Canal de Panamá (Panamá).
La naturaleza del JOE
El informe JOE es elaborado año con año por el centro de estudios prospectivos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (United States Joint Forces Command). Se trata de uno de los comandos activos de ese país y cuenta con el mismo rango jerárquico y de responsabilidad que el Comando Central, que lleva las guerras de Irak y Afganistán. El Comando Conjunto tiene como misión principal proteger la seguridad nacional de Estados Unidos.
El informe JOE es un análisis de las amenazas a la seguridad de ese país en los próximos 25 años. A partir de la doctrina del JOE, todas las fuerzas armadas y el gobierno federal estadunidense planifican el desarrollo de sus estrategias.
El JOE informa los conceptos a desarrollar y a poner en práctica por el Departamento de Defensa en todas sus partes. Su objetivo es proporcionar una perspectiva sobre futuras tendencias, choques, contextos, y las implicaciones para las Fuerzas Conjuntas y otros líderes y profesionales del campo de la seguridad nacional.
Además –según palabras del general James N Mattis, comandante del Comando Conjunto, en el Prólogo del informe– el JOE “busca discernir con mayor precisión los desafíos que enfrentaremos en el plano operacional de la guerra”. Señala que Estados Unidos preservará sus intereses a través de “la intimidación y la inspiración”.
El JOE 2008 consta de un prólogo, firmado por Mattis; una introducción y seis partes, las cuales a su vez se dividen en varios apartados: “I. Las constantes”: a) La naturaleza de la guerra, b) La naturaleza del cambio, c) El desafío de las interrupciones, y d) Gran estrategia; “II. Tendencias que influyen en la seguridad del mundo”: a) Demografía, b) Globalización, c) Economía, d) Energía, e) Alimentos, f) Agua, g) Cambio climático y desastres naturales, h) Pandemias, i) Cibernética y ciberespacio, j) Cosmos; k) Conclusión; “III. El contexto mundial”: a) Competencia y cooperación entre poderes convencionales, b) Los desafíos y las amenazas potenciales: 1) China, 2) Rusia, 3) Océanos Pacífico e Índico, 4) Europa, 5) América Central y América del Sur, 6) África, 7) El centro de inestabilidad: el Medio Oriente y Asia Central, c) Estados débiles y fallidos, d) Las amenazas de poderes no convencionales, e) La proliferación de armas de destrucción masiva, f) Tecnología, g) La batalla de narrativas, h) urbanización; “IV Las implicaciones para las fuerzas conjuntas”: a) La guerra en el siglo XXI, b) Preparación para la guerra, c) La realización de operaciones militares en el siglo XXI, d) Educación militar profesional; “V. Algunas preguntas”: a) políticas de defensa económica, b) el personal del sistema; “VI. Reflexiones finales”.
Islam y “machetes”, enemigos de EU
Desde la introducción, el JOE establece como un hecho que durante los próximos 25 años Estados Unidos enfrentará guerras regulares e irregulares en “tierras lejanas”; además, desarrollará operaciones de “socorro” y “reconstrucción” en zonas de crisis. Dice que sus principales enemigos con capacidad de hacer daño en las próximas décadas serán los “terroristas suicidas”, las explosiones a control remoto o guiadas por el ciberespacio y los ataques con misiles. Las amenazas de destrucción masiva –de armas nucleares, biológicas y químicas– podrían provenir no sólo de Estados-nación estables, sino de Estados-nación inestables e incluso de redes no estatales.
El JOE permite observar que la criminalización de una religión o una cultura se mantendrá en la política de Estados Unidos, pues no duda en calificar al Islam como “una doctrina de los que secuestran y explotan”. Además, prevé que dentro de los siguientes 25 años continuarán existiendo “oponentes” al libre acceso “a los bienes comunes que son cruciales para la economía mundial”, es decir, al petróleo y a los recursos hídricos.
Reconoce la guerra como “un acto político con fines políticos”. Y en esa dimensión política se mantendrá la guerra en los próximos 25 años, aunque pueda ser originada por acciones de grupos trasnacionales no estatales.
El informe considera que “en muchas partes del mundo no hay actores racionales”. Entre los “enemigos” de Estados Unidos señala a quienes son “capaces de movilizar un gran número de hombres y mujeres jóvenes con machetes” o quienes convencen a jóvenes para actuar como “terroristas suicidas”.
Según el JOE, se trata de “enemigos deseosos de morir en nombre de ideales radicales, religiosos o étnicos; enemigos que ignoran las fronteras nacionales y se mantienen independientes de las convenciones del mundo desarrollado”. Agrega que con esos “enemigos” se tiene “poco margen para la negociación o compromiso”.
Demografía y desestabilización
El JOE estima que “el mundo agregará aproximadamente 60 millones de personas cada año y llegará a un total de 8 mil millones en la década de 2030. Noventa y cinco por ciento de ese aumento se producirá en los países en desarrollo”.
En contraste, en “el mundo desarrollado” la población crecerá muy lentamente y, el algunos países, decrecerá. “Esto plantea serias preocupaciones sobre la sustentabilidad del crecimiento económico en esas regiones”.
El JOE estima que para la década de 2030 la población de Estados Unidos se incrementará en más de 50 millones, para llegar a un total de aproximadamente 355 millones. Este crecimiento no será sólo resultado de los nacimientos en las familias actuales, “sino también de la continua inmigración, especialmente de México y el Caribe, lo que ocasionará un importante aumento de la población hispana de América”. Agrega que “en 2030 al menos el 15 por ciento de la población de cada estado será de origen hispano, en algunos estados llegará a más de 50 por ciento”.
En las conclusiones del apartado sobre demografía, señala que mientras el problema del “mundo en desarrollo” se encuentra en su juventud, “el mundo desarrollado enfrentará el grave problema del envejecimiento”. En la década de 2030 el número de personas mayores en los países desarrollados se duplicará. “En Japón habrá 63 ancianos por cada 100 trabajadores, y en Europa 59 por cada 100”. Estados Unidos tendrá 44 ancianos por cada 100 trabajadores.
“Tales tendencias demográficas harán menos probable que las naciones en el mundo desarrollado sacrifiquen su juventud en aventuras militares, a menos que las amenazas parezcan extraordinarias. Regiones como el Oriente Medio y el África subsahariana, donde la juventud llegará a más de 50 por ciento de la población, tendrán menos inhibiciones acerca de la participación en un conflicto”.
Al mismo tiempo, las migraciones, en todas partes del mundo, serán hacia las ciudades. Además, trabajadores calificados, médicos e ingenieros abandonan el “mundo subdesarrollado” tan rápido como pueden para ganarse la vida en el mundo desarrollado. “Cada vez más, estas diásporas se conectan a través de internet y por teléfono a sus países de origen. A menudo, el dinero que envían a sus familias forman parte importante de las economías locales de sus comunidades de origen”.
Impulso a la globalización
El Comando Conjunto, a través del JOE, señala que “un mundo más pacífico y cooperativo sólo es posible si el ritmo de la globalización continúa”.
Agrega que “los críticos” a menudo muestran el lado oscuro de la globalización: desigualdad entre ricos y pobres. Reconoce que esto podría explicar en algunos casos “el aumento del resentimiento y la violencia”.
Economía genera revueltas
En el apartado dedicado a la economía mundial, la inteligencia militar estadunidense señala que el mundo tendrá que ofrecer 50 millones de empleos al año si desea incorporar al mundo laboral a los jóvenes que alcanzan la edad de trabajar. Señala que si el crecimiento económico es suficiente para ofrecer tal cantidad de empleos, “se estará avanzando mucho” en la desactivación de conflictos sociales.
Advierte que “la verdadera catástrofe puede ocurrir si el crecimiento económico se ralentiza o se invierte, ya sea a escala mundial o dentro de una potencia emergente”.
Reconoce que el poderío militar estadunidense está intrínsecamente relacionado con la fortaleza económica. Y “si este elemento central del poder estadunidense se debilita, es muy probable que las capacidades militares se reducirán o se verán disminuidas a consecuencia de ello”.
También señala que para 2030 es posible que haya concluido la era de una sola superpotencia: Estados Unidos. China, Rusia y la India podrían desarrollarse más rápido que otras naciones del Tercer Mundo, países a los cuales dedica los análisis más profusos.
Agrega que Nigeria, Turquía, Brasil, Vietnam y Egipto, además de los países de Asia meridional, podrían aumentar su poder militar de manera notable. “Estos países probablemente no podrán desplegar fuerzas sobre el terreno en el nivel mundial, pero están en condiciones de construir las fuerzas militares para estabilizar o desestabilizar sus regiones y podrían desafiar la capacidad de Estados Unidos”.
Señala que la Unión Europea podría conjuntar una fuerza similar a la de Estados Unidos, pero no ha tenido esa voluntad: se ha sometido a un programa de desarme. Existe la interrogante de si Europa decidirá rearmarse ante una expansión de Rusia o del “islamismo radical”.
Considera que también es “concebible” que potencias regionales emergentes destinen dinero a la construcción de armas de precisión capaces de desafiar a Estados Unidos e impedir que este país acceda a “los bienes comunes” del mundo.
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