La mítica ciudad prehispánica declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO hace 19 años está amenazada por la contaminación, la urbanización y la especulación de empresarios y gobernantes. Sin un proyecto de conservación integral y sin el interés de las autoridades federales y de Veracruz para conservar, investigar y salvaguardarla,la zona arqueológicaTajín se ve afectada irreversiblemente. Supuestos proyectos culturales intensifican los daños
Autor: Elva Mendoza
Sección: Cultura
2 AGOSTO 2011
La declaratoria de protección, emitida en 2001, y el reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad –que le dio la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por su sigla en inglés)–no han evitado que la ciudad antigua El Tajín enfrente la negligencia yel desamparo de las autoridades responsables de su protección y conservación. Tanto, que está a merced de los especuladores.
Desde 2000, el gobierno de Veracruz promueve la explotación comercial del sitio a través de la Cumbre Tajín, Festival de las Culturas. Dicho Festival se realiza durante cinco días en tres sedes: la zona arqueológica, la ciudad de Papantla y el parque temático Takilhsukut, ubicado a 1 kilómetro de la zona.
El proyecto comercial con supuestos fines culturales, sociales, educativos y de salvaguarda del patrimonio está auspiciado por el gobierno de Veracruz, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Universidad Veracruzana y la iniciativa privada.
Este año, Cumbre Tajín convocó a cerca de 400 mil asistentes. El turismo masivo en la zona la colocó en 2009como la segunda más visitada del país con incrementos de hasta 600 por ciento, pues a decir de Salomón Bazbaz Lápidus,productor ejecutivo del Festival,hasta el año 2000, al sitio asistían anualmentesólo 200 mil visitantes.
Entre las actividades que se ofrecen están el espectáculo de luz y sonido “Tajín Vive”, el cual se desarrolla en siete momentos y espacios de la zona arqueológica: Plaza del Arroyo, Juego de Pelota, Dios Tajín, Pirámide de los Nichos, Juego de Pelota Norte y Plaza del Edificio 22, al que por órdenes del INAH no pueden acceder un máximo de 500 personas; el ritual de los voladores de Papantla,talleres, medicina alternativa, artesanías, juegos autóctonos, danzas,rituales,y un programa de conciertos con invitados como Ely Guerra, Miguel Bosé, Pantera, Jumbo o Kinky.
Por siete años consecutivos, investigadores, arqueólogos, estudiantes y organizaciones civiles se manifestaron frente a la zona y al parque temático para demandar que se detenga el daño y la explotación comercial del sitio arqueológico.
Felipe Echenique March refiere que en 1999 el entonces gobernadorde Veracruz y empresario Miguel Alemán Velasco, hijo del expresidente Miguel Alemán Valdés, comunicó a los medios la existencia de un proyecto turístico para recibir el milenio y el siglo con un gran evento la noche del 31 de diciembre en El Tajín. El mal tiempo detuvo la “celebración”. Alemán Velasco entonces planteó recibir la primavera en la zona arqueológica. “Se comenzó a idear la Cumbre Tajín”.
Frente a los daños en los monumentos arqueológicos que se causaban en favor del “proyecto cultural”, su explotación comercial y su uso con fines distintos a lo establecido en la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, el investigador del INAH y ahora secretario general del Sindicato Nacional de Académicos del Instituto, Felipe Echenique March, interpuso una serie de denuncias de hechos y solicitudes de amparo.
Las denuncias y amparosseñalaban como responsables al presidente de la República, al secretario de Educación Pública, al director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia, a los gobernadores Miguel Alemán y Fidel Herrera, al empresario y productor general Salomón Bazbaz y a las autoridades que resultaran responsables por omitir realizar las gestiones necesarias para impedir el daño del sitio.
Entre los actos reclamados estánla edificación de una serie de construcciones de grandes dimensiones imperecederas en el predio El Cristo, las cuales, se lee en el documento,son totalmente ajenas a la zona arqueológica yhan dañado irreversiblemente los materiales arqueológicos que yacen bajo el subsuelo de ese predio ubicado dentro de la poligonal de 1 mil 221 hectáreas protegidas por el decreto presidencial de la zona arqueológica de El Tajín.
Además, se menciona quedichos funcionarios autorizaron,en forma anómala y bajo subterfugios, el arrendamiento o concesión comercial de la Zona Arqueológica de El Tajín para efectuar la denominada Cumbre Tajín.
El cobro por concepto de entrada a la Cumbre constituyó también un acto reclamado en el proceso judicial. En 2011, durante el festival, el costo por entrar al parque temático en el horario matutino fue de 150 pesos y en el vespertino, de 250 pesos, mientras que la entrada al espectáculo de luz y sonido en la zona arqueológica tenía un precio de 170 pesos.
Echenique refiere que el cobro es un acto ilegal y privatizador, toda vez que la Ley Federal de Monumentos prohíbe la comercialización de los bienes del dominio público yel acceso a las zonas arqueológicas es libre todos los días para menores de 13 años, estudiantes, maestros y personas de la tercera edad con credencial vigente.
La vía jurídica “no ha prosperado. Los jueces nos declaran incompetentes bajo el argumento de que no tenemos personalidad jurídica propia para levantar una demanda. El derecho mexicano pone a los habitantes del país como tutelados del Poder Ejecutivo federal. Los únicos que tienen interés jurídico para hacer denuncias son las instancias del Ejecutivo”.
Aunque la Cumbre se llevó a cabo ese año y los siguientes, a través de los amparos se logró alejar las actividades de los monumentos. “Se fueron del otro lado dela carretera, pero están dentro de la poligonal”, advierte Echenique March.
A partir del cuarto añose comenzó a construir el parque temático Takilhsukut –un complejo de 17 hectáreas– sobre vestigios arqueológicos, dentro de las más de 1 mil hectáreas protegidas mediante decreto presidencial.
Takilhsukut cuenta con capacidad para 40 mil visitantes, un área de campamento para albergar a 1 mil 200 personas en tiendas de campaña con todos los servicios, aulas para talleres y proyecciones, locales para restaurantes, tiendas y espacios techados para conciertos y graderías.
Para su construcción –que se administra mediante el Fideicomiso Público de Administración y Operación del Parque Temático Takilhsukut–, el gobernador y la entonces directora del INAH, Teresa Franco, acordaron poner terraplenes, montículos de cinco a seis metros de tierra aplanada, sobre los que se levantaron las estructuras. “Ellos decían que con esto no dañaban lo que pudiera haber abajo; aseguraban que era reversible, desmontable”. Sin embargo hoy, refiere Echenique, los terraplenes ya están a nivel de piso, lo cual quiere decir que lo que había es polvo. “Abajo ya no hay más que talco y polvo”.
Los funcionarios, dice Echenique March, pueden ser acusados de destrucción, “pero de eso ya nada se puede comprobar”.
Daño por contaminación
Ubicada al Norte de Veracruz, El Tajín se extendió 1 mil hectáreas sobre las laderas de la sierra papanteca. En su apogeo la población alcanzó alrededor de 20 mil habitantes. Con 17 juegos de pelota, el complejo arquitectónico totonaca es el segundo en Mesoamérica con más canchas para la práctica del juego sagrado, tan sólo después de las 24 que se pueden apreciar en Cantón, Puebla.
Su belleza e importancia fueron motivo para que en 1992, la UNESCO la nombraraPatrimonio Cultural de la Humanidad. Sin embargo, fue hasta 2001cuando mediante decreto presidencial sele declaró zona de monumentos arqueológicos.
En El Tajín se desarrolló un estilo artístico único:la ciudad estuvo cubierta de un gran número de frisos en los que se representaban escenas de contenido artístico y simbólico. Dioses, sacerdotes, seres fantásticos y hombres fueron tallados en los bajo relieves creando un lenguaje público.
Los relieves tallados en piedra y los murales han sido fundamentales para lo que hoy se conoce de la cultura totonaca: ritos, conmemoraciones, apariencia y religión, incluido el culto a Quetzalcóatl, el cual refiere la importancia que daban los habitantes de esta ciudad a la vegetación, los astros y la lluvia.
Aunque aún hoy, la lluvia en la zona continúa como una presencia constante, estudios del Centro de Ciencias de la Atmósfera en la sección de Contaminación Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),a cargo del doctorHumberto Bravo Álvarez, han documentado desde 2002 el desgaste de los jeroglíficos de El Tajín por la lluvia ácida.
Tras el análisis de muestras de precipitaciónpluvial de la zona, el especialista documentó que la lluvia ácida en el sitio genera la pérdida de 10 micras por año (una micra es equivalente a la milésima parte de un milímetro), y advirtió que de no tomarse las medidas preventivas necesarias en 100 años podrían desaparecer los jeroglíficos patrimonio cultural de El Tajín.
“Nosotros vemos que cada año se pierde una cierta cantidad de piedra, los jeroglíficos son monumentos que están muy superficiales.Una pirámide nunca nos la vamos a acabar, pero los jeroglíficos sí”, dice el doctor.
La contaminación ambiental proveniente del Golfo de México, del Este de Texas y de los ingenios azucareros o termoeléctricas que se encuentran alrededor dela zona son las principales causas de la alta acidez en la lluvia que cae sobre El Tajín, explica Bravo Álvarez.
Para el investigador, es necesario evitar que continúe el deterioro por el crecimiento industrial y el crecimiento en las zonas urbanas, ya que son generadores de lacontaminaciónque afecta los monumentos arqueológicos, principalmente a aquellos que se construyeron a partir de piedra caliza.
También en la sección de Contaminación Ambiental se desarrolla un estudio sobre el biodeterioro, hongos o bacterias que se vuelven agresivos con la lluvia ácida y se alimentan de la roca de los monumentos.
El trabajo es parte de un proyecto amplio que tiene por objeto dotar a las empresas contaminantes de medidas de prevención, reducción y control de emisiones de óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno, precursores de la lluvia ácida, la cual sufre un proceso de neutralización con el carbonato de calcio de la roca caliza.
Urbanización sobre la zona
El impacto territorial que vive la zona arqueológica desde el inicio de la Cumbre, aunado al crecimiento urbano de las comunidades aledañas y el de las comunidades que están dentro de El Tajín, significan un riesgo constante a los monumentos y vestigios del centro ceremonial.
En el marco del anuncio de un estudio de conservación en 2008, Daniel Nahmad Molinari –investigador del Centro INAH Veracruz y responsable del proyecto Ordenamiento Territorial para la Conservación de la Zona de Monumentos Arqueológicos de El Tajín– señaló que la zona arqueológica se encuentra en riesgo debido al crecimiento poblacional desmesurado en las ciudades de Poza Rica y Papantla. Para él,la exploración y explotación de petróleo y el boom petrolero en la Cuenca del Chicontepec han contribuido a agravar el problema.
El equipo de investigadores del INAH buscaría, a través de un proyecto de ordenamiento territorial, alternativas para evitar que las comunidades de San Antonio Ojital, Ojital Nuevo, San Lorenzo Tajín y El Tajín asentadas dentro de la poligonal crezcan y con ello ejerzan más presión sobre la zona.
Explorada a partir de la década de 1930, la zona arqueológica de El Tajín apenas se encuentra descubierta en un 25 por ciento. Los vestigios y monumentos abiertos al público y aquellos que aúnpermanecen bajo el espesor de la selva veracruzana o su fértil tierra se ven constantemente amenazados y en riesgo de desaparecer.
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