Según la información que ha publicado el investigador y periodista sonorense Humberto Musacchio López (autor de los diccionarios Milenios de México), Popocatépetl es el nombre náhuatl con el que fue bautizado este volcán, el segundo más alto del país, pues el Citlaltépetl o Pico de Orizaba lo rebasa. Los indígenas le apodaron Gregorio-Goyo, para que el intérprete-mago designado para hablar con el volcán, lo hiciera por medio de su nombre. Y a pesar de que al cercano Iztaccíhuatl se le conocía como doña Manuela, a los gachupines-colonizadores les pareció mejor lo de la Mujer Dormida, por la fantasía visual. Ambos volcanes formaban una pareja, por ese afán de encontrar la relación mujer-hombre hasta en las cosas más inapropiadas. Y cuando no había esmog ni tantos edificios, se podían mirar a simple vista desde la ciudad de México, Puebla, Morelos y el Estado de México.
Autor: Álvaro Cepeda Neri *
Sección: Conjeturas
9 mayo 2012
Éste ha sido un volcán activo, que deja escapar humo, cenizas y, como en estos días, grandes fumarolas con vistosas y amenazantes llamaradas durante la noche alarmando a más de 100 mil mexicanos que viven en sus alrededores pero que se niegan a evacuar sus casas, arraigados a “su volcán”. Lleva semanas provocando temblores y su actividad se aceleró –dicen los investigadores– a raíz del sismo de 7.4 grados que cimbró a la mitad del país el pasado 14 de marzo, con sus respectivas réplicas. Esos choques han removido el magma debajo del Popo y éste, más que humo y cenizas, está dispuesto a dejar escapar una erupción de consecuencias imprevisibles.
Se han establecido, con muchas fallas, salidas de emergencia para escapar y que poco se sabe si serán seguras ante la expulsión de todo lo que hay dentro del volcán y sus profundidades que llegan al centro del planeta y cuyo fuego mantiene cierta temperatura en la superficie de la Tierra que se complementa con las radiaciones del Sol. El caso es que a los males humanos que hemos creados los mexicanos y los malos gobiernos, los funcionarios pillos, los narcotraficantes matones, la pobreza terrible y el angustioso desempleo, don Goyo le quiere sumar una erupción, como nos ha estado advirtiendo.
Desde marzo pasado, el Popocatépetl expulsa vapor, fumarolas (volcán de humo, al fin), ceniza e incandescentes luces que son reflejo del magma ya en su cráter. La Mujer Dormida, afortunadamente, no ha despertado de sus nevados sueños (escasos, por cierto, por el cambio climático). Empero, Don Goyo está despierto, furioso y se impone con sus rugidos y temblores que han puesto en alerta al centro geográfico del país. Se instalan albergues en la confluencia del Estado de México, Puebla y Morelos. Y precauciones allá por la delegación Milpa Alta… Sin embargo la vida debe continuar, como asevera la ópera trágica de Ruggiero Leoncavallo Los payasos, donde se encuentra la letra de “ríe, payaso, ríe…”.
El Popocatépetl nos tiene entre la posible tragedia y la continuidad de los quehaceres de la vida que van entre la risa y el llanto. Entonces, “ríe, payaso, ríe”…
*Periodista
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