Un ex agente especial de la FBI, contó a Newsweek los detalles de cómo la CIA le impidió a él y a otro agente ayudar a prevenir los atentados del 11 de septiembre.
La información de que la CIA le impidió a Mark Rossini y a Doug Miller, agentes especiales del FBI, notificar sobre los terroristas apareció por primera vez hace unos años en una película documental, informa Newsweek.
Rossini y Miller contaron cómo habían averiguado que uno de los futuros autores del ataque, Khalid al-Mihdhar, tenía en su pasaporte saudita visados de de entrada múltiple a Estados Unidos. Pero cuando Miller preparó un borrador del informe para el FBI, un miembro de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) le dijo que esperara. Miller y Rossini se vieron obligados a callarse.
Durante todos estos años, Rossini todavía se arrepiente de haber obedecido. «Es un dolor permanente que me persigue todos y cada uno de los días de mi vida», confiesa Rossini a Newsweek.
Los informes oficiales estadounidenses sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 atribuyen el ataque terrorista a una «falla de inteligencia». Pero sigue sin aclararse por qué un oficial de la CIA, Michael Anne Casey, le ordenó al compañero de Rossini, Miller, no informar al FBI sobre al-Mihdhar, o por qué otros jefes de la CIA no alertaron el FBI u otras agencias de seguridad sobre la llegada de Nawaf al-Hazmi, que la agencia había seguido.
Rossini recuerda su encuentro con Miller después de su conversación con el agente de la CIA Casey: «Me miró como si estuviera hablando en un idioma extranjero… Los dos nos quedamos pasmados y no podíamos entender por qué al FBI no se le iba a informar sobre eso.»
Rossini confesó que cuando se inició una investigación, ellos no revelaron la información.
«Nos pidieron no decir nada», admite Rossini. A la pregunta de quiénes fueron, contesta: «La CIA. No puedo dar los nombres. Simplemente en la oficina se entendía que no se podía confiar en ellos [los investigadores], que estaban intentando culpar a alguien, meter a alguien en la cárcel», cuenta Rossini a Newsweek.
«Dijeron que [los investigadores] no estaban autorizados a saber lo que estaba pasando en términos operativos», añade el ex agente. Fue en 2004 cuando Rossini contó al FBI lo que había pasado.
A pesar de las investigaciones y de la existencia de muchas teorías sobre lo ocurrido, durante todo este tiempo nadie`ha podido presentar una explicación verosímil de por qué a Rossini y Miller se les prohibió informar al FBI sobre la llegada de dos terroristas de al-Qaeda a Estados Unidos.
Fuente: RT, 18 de enero de 2015.
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