Al Norte de Comalcalco, Tabasco, una zona cercana a la costa, donde el agua del mar ya está entrando desde el Golfo de México en un proceso que los oceanógrafos llaman “transgresión” y los lugareños explican como resultado de que los ríos y lagunas están totalmente azolvados, los ingleses de Petrofac acaban de descubrir importantes extensiones del viejo campo Santuario; la evaluación de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) asciende a 62 millones de reservas probadas. Una buena noticia para el gobierno de Enrique Peña, pero no para Tabasco y menos para la población de la que llamábamos La Chontalpa Chica. Esta nota intentará describir las paradojas del “desarrollo” petrolero en esta nueva etapa.
El campo Santuario se extiende, parcialmente, en una zona desolada que casi cada año se inunda, en la temporada de nortes. En los caminos de terracería que apenas se elevan del nivel del agua, todavía pueden observarse algunas vacas con la mitad de las patas hundidas en el pantano; la población indígena, casi de sobrevivientes, pues los chocos (tabasqueños) han emigrado masivamente y sólo quedan ancianos, niños y algunas chocas, madres solteras, que se trasladan diariamente a ganar unos pesos en las cantinas de la cabecera municipal o a Paraíso, en pequeñas marisquerías cuya especialidad son los ostiones “asados al tapesco, tipo Garrido Canabal”, el cacique que en la década de 1930 frecuentaba la región, bastión de las Ligas de Resistencia.
En Santuario, primer contrato (casi) de producción compartida
Como se recordará, el área contractual Santuario comprende, además del campo del mismo nombre, también a Caracolillo, al Sur, y El Golpe, al Norte, más cerca de la costa. El área fue licitada en un paquete con el área de Magallanes, en la ribera de la laguna y el campo Carrizo, ubicado a unos kilómetros de Villahermosa.
El tipo de contrato diseñado fue llamado “integral de exploración y producción” (CIEP), resultado de la reforma de 2008; es el antecedente inmediato de los de “producción compartida” de la actual Ronda 1. La licitación se llevó a cabo en Villahermosa a lo largo de casi todo 2011. El licitante ganador fue la empresa Petrofac Facilities Management, por cuyas oficinas en Londres se le cree inglesa. En realidad, los principales inversionistas son de la India.
Incentivos para buscar ahorros
Conforme al clausulado, toda la inversión la realiza el contratista privado, pero el 75 por ciento de los costos le son reembolsados. En los actuales contratos de producción compartida de la Ronda 1, el Estado sólo devuelve el 60 por ciento de los costos.
Los neoliberales argumentan que si el contratista puede recuperar sólo una parte de los costos, es un incentivo para que busquen ahorros de costos. En la antigua empresa estatal, al tener asegurado el pago del ciento por ciento, se gastaba sin preocupaciones.
Incentivos para acelerar la producción
Además, en el CIEP hay otra “contraprestación” para el inversionista privado: se le paga una tarifa por cada barril producido, es otro incentivo, para aumentar no sólo el volumen de producción, también para acortar el ciclo descubrimiento-producción, acelera el tiempo en que la empresa comienza a recibir ganancias. Por esta razón a estos contratos también se les llama “incentivados”.
Con los nuevos contratos de producción compartida se modifica la contraprestación del contratista y ya no recibirá una tarifa por barril producido, sino un porcentaje de la producción; para ello, desde la firma del Pacto por México, quedó establecido el acuerdo de modificar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Desde luego, Petrofac ya solicitó migrar al nuevo esquema contractual.
Es pertinente aclarar que el descubrimiento de los 60 millones de barriles de Petrofac en Santuario es el primer resultado positivo de los CIEP en el Sureste.
En Magallanes no se observan elevaciones significativas de producción; en El Golpe han fracasado las nuevas tecnologías de rehabilitación; Caracolillo sigue cerrado sin ningún pozo con producción y, como se sabe, el contrato del campo Carrizo fue suspendido. Vale la pena agregar unas líneas sobre este último caso.
El contrato de Carrizo fue ganado por una empresita colombiana que… ¡no se presentó a firmar el contrato! Ante esa situación se lo otorgaron a la que quedó en segundo lugar en la licitación, que fueron los churumbeles (como los petroleros llaman a la empresa Schlumberger Limited) pero 1 año más tarde se anuló el contrato, porque aunque usted, lector, no lo crea, nadie había visitado físicamente el campo, y cuando los franceses pretendieron tomar posesión encontraron que al lado de los viejos pozos ya había crecido toda una nueva “colonia”, con calles, casas habitadas, iglesia y hasta panteón.
Es increíble lo ocurrido en el campo Carrizo, tomando en cuenta que, como dijimos, está ubicado tan cerca de Villahermosa, que hasta hay una “rutera” saliendo por la carretera hacia Cárdenas, la cual hace parada frente al campo, pasando el llamado Puente de los Monos.
El predio donde se encuentra Carrizo era un ejido. Don Isidro Sánchez, quien fue comisariado y delegado municipal, sostiene que, cuando en la década de 1970 el gobierno pretendía regularizar los terrenos, les ofrecía 14 pesos por hectárea; en esos años el salario mínimo era de 20 pesos diarios aproximadamente. El polígono de Carrizo tiene 387 hectáreas, es decir, el supremo gobierno iba a pagar a los ejidatarios 5 mil 418 pesotes. Dice don Isidro que los ejidatarios no aceptaron y no cobraron; el gobierno sostiene que el terreno fue “debidamente comprado” (este último entrecomillado lo tomé de una nota de El Universal, de 2011).
Las finanzas de Santuario
Tabasco ha sido prolífico en campos petroleros gigantes, pero, en esta etapa de la industria, ya se agotaron, como hemos repetido muchas veces en esta revista.
Los “ingleses” de Petrofac, como adelantamos, descubrieron 60 millones de barriles de aceite, que equivalen a poco más del 10 por ciento de un campo gigante, pero lo importante no es que sea modesto, pequeño o como se le quiera calificar. A continuación vamos a ver sus cifras de producción para mostrar que es un negocio de miles de millones de pesos, aunque sea un campito.
Las cifras son oficiales, tomadas de un documento de la Auditoría Superior de la Federación y de la Comisión Nacional de Hidrocarburos; no nos expondríamos a un fácil desmentido. Tengo la esperanza de que algún lector tabasqueño repita mis sumas y multiplicaciones para mantener un monitoreo constante, pero, sobre todo, que se utilice el mismo procedimiento para estudiar campo por campo y usar los estudios para desplegar la defensa cotidiana de las riquezas de Tabasco.
El 19 de octubre de 2011 se firmó el contrato de Santuario y el 1 de diciembre empezó el periodo de la entrega a los “ingleses”. Por las facturas cobradas como costos, puede afirmarse que de 2012 a la fecha son ellos los que lo manejan. El cuadro 1 muestra, mes a mes, los volúmenes que los “ingleses” extrajeron, en 2012, en Santuario.
Sumas y multiplicaciones
Multiplicando el volumen de la producción total en el año (1 millón 964 mil 939 millones de barriles) por el precio promedio en ese año de 2012, que fue de 102.13 dólares, la suma de las ganancias en dólares fue de 200 millones 679 mil 220 dólares. La cifra sobre el precio promedio también es oficial (http://portalweb.sgm.gob.mx/economia/es/energeticos/precios-historicos/695-seguimiento-precio-del-petroleo-mezcla-mexicana-mme-datos.htm).
Finalmente, convirtiendo los dólares a pesos de ese año (2012), cuya equivalencia fue de 13.17 pesos por cada billete verde, obtenemos la suma que, repito, a los chocos les parece fabulosa (yo coincido con ellos): 2 mil millones 641 mil pesos mexicanos. “Más de 2 mil millones de pesos en sólo 1 año, repetía en Paraíso un cantinero (de los pocos negocios que quedan para los mexicanos) que no podía creer que esa suma salía del pequeño campito parcialmente metido en el pantano al Oeste de Comalcalco. Pemex los llama “pozos lacustres”.
Los ingresos en 2013
En 2013, los “ingleses” lograron extraer volúmenes ligeramente mayores y los ingresos por la venta del aceite se incrementaron. El cuadro 2 repite las operaciones.
Sumando la producción mensual obtenida por Petrofac en 2013, asciende a 2 millones 157 mil 764 barriles, volumen que multiplicado por el precio por barril de la mezcla mexicana de crudo en ese año, de 98.79 dólares, arroja la cifra de 213 millones 166 mil dólares.
Finalmente multiplicado por 12.77 para convertirlo en pesos mexicanos obtenemos la cifra de 2 mil 722 millones 124 mil pesos.
2014: comienzo de la caída de la producción y de los precios
Finalmente, en 2014, la producción disminuyó levemente en Santuario, situándose en 2 millones 123 mil 405 barriles; los ingresos en dólares fueron de 186 millones 74 mil dólares y, expresados en pesos, de 2 mil 472 millones, repetimos, de pesos mexicanos (ver cuadro 3).
Evidentemente, en 2015 se presentarán disminuciones que ya se observan en los primeros meses, pero siguen obteniéndose sustanciales ganancias.
Conclusiones
Es claro que la política de entregar campos para que empresas privadas exploren y extraigan hidrocarburos es perjudicial, en este caso, para Tabasco y más para los habitantes de los municipios.
¿Por qué sólo hay beneficio para los extranjeros? ¿Cómo le hacemos para que también participen en las ganancias las pequeñas empresas de Tabasco?
Más importante aún: ¿y los chocos? ¿Están definitivamente condenados al desalojo de sus tierras hoy inmersas en el agua durante una buena parte del año? ¿Continuará “el negocio” petrolero sacrificando a la población de las regiones?
Evidentemente es necesario desplegar una defensa cotidiana en contra del saqueo, una lucha lo más unitaria posible, que requiere apoyarse en la información actualizada del problema.
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