En su discurso de West Point, el 28 de mayo de 2012, el presidente Obama mencionaba su estrategia anterior... para acabar recurriendo a la estrategia de su predecesor, George W. Bush, de «guerra total contra el terrorismo». Después de declarar que Rusia no era una amenaza militar, Obama anunciaba la creación de un Fondo de Lucha Antiterrorista con un presupuesto anual de 5 000 millones de dólares.
El 26 de junio de 2014, el mismo Obama anunciaba que 500 millones asignados a ese fondo se destinarían al entrenamiento de 5 400 rebeldes sirios al año. Poco después, se precisaba que esos nuevos soldados no serían utilizados contra la República Árabe Siria sino contra el Emirato Islámico.
Hoy en día, o sea al cabo de un año completo, resulta que de 6 000 voluntarios, 4 500 fueron descartados porque estaban vinculados a grupos terroristas (principalmente al-Qaeda), 1 500 candidaturas aún están en estudio, menos de 100 hombres están entrenándose y ninguno ha terminado aún el entrenamiento [1].
[1] “US program to train Syrian rebels losing ground”, Robert Burns, Associated Press, 29 de junio de 2015.
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