por Ernesto Linares Mascaro*
2-11-2015
Pisagua era un antiguo puerto peruano. Si bien para 1879 era pequeño, dos mil habitantes, fue muy importante para las exportaciones de salitre. La principal característica de Pisagua es que cerca a la playa empezaba un escarpado de cerros que forma parte de la cordillera de los Andes. El ferrocarril que unía Pisagua con la oficina salitrera de Agua Santa, subía 650 metros en zigzag para llegar a Hospicio.
Fue la mañana del domingo 2 de noviembre de 1879, se presentaron frente a Pisagua 19 buques chilenos, entre transportes y buques de guerra, que bombardearon el puerto para facilitar el desembarco del ejército chileno. Esta acción dio inicio a la invasión chilena y desde entonces Perú perdió esa parte de su territorio.
Para defender el puerto de una probable invasión chilena se colocaron dos cañones Parrott, uno al sur de la bahía en la batería llamada 18 de Abril y otro en una batería al norte. La plaza estaba al mando del teniente coronel Isaac Recavarren, quien contaba con 200 hombres de guardia nacional, y también tenía el refuerzo de dos batallones bolivianos que totalizaban 790 hombres.
Por casualidad, el día del desembarco chileno estuvieron presentes en el puerto el general peruano Juan Buendía, Jefe del Ejército del Sur, y el general boliviano Pedro Villamil, jefe de la Segunda División boliviana.
Los partes oficiales peruanos sobre esta acción de armas son los del general Buendía y del comandante Recavarren, ambos muy difundidos (ver aquí y aquí). También existen los partes bolivianos del general Villamil y del coronel Ezequiel de la Peña. Un parte poco conocido es del marino peruano José Becerra, quien en aquella fecha era capitán de puerto y estaba al mando de la columna naval, integrante de la guardia nacional de Pisagua.
Hace siete años encontré el manuscrito del parte oficial de Becerra en el Archivo Histórico de la Marina de Guerra del Perú. Becerra escribió dos partes oficiales de Pisagua, una dirigida al prefecto de Tarapacá, general Ramón López Lavalle, y otra dirigida al Comandante General de Marina, contraalmirante Antonio de la Haza. Ambos son similares y el primer de ellos fue publicado en el libro “Guerra con Chile: Campaña del Sur, Memorias del General Buendía y Otros Documentos Inéditos” de Ruben Vargas Ugarte, aunque yo no leí ese libro sino hasta un año después de mi descubrimiento.
El parte de Becerra muestra lo terrible del combate y el caos que vivieron los combatientes por la dificultad del uso de armas. La columna naval usaba dos tipos de rifle: Chassepot y Peruano. El primera era un rifle anticuado para la época, pues usaba cartucho de papel, el segundo era una modificación del primero pero usaba cartucho metálico. Ambos fusiles tenían el mismo defecto, la aguja percutora se desgastaba después de algunos tiros, por lo que se tenía que cambiar, una operación difícil de ejecutar en pleno combate.
A continuación, trascribo el parte oficial de Becerra que encontré en el Archivo de Marina:
PARTE OFICIAL DE BECERRA
Callao, Noviembre 19 de 1879
Señor Capitán de Navío
Director de Marina
Acabo de recibir el parte oficial que pasa á este despacho el Señor Capitán de Navío y del Puerto de Pisagua, hoy en Arica, Don José Becerra, dando cuenta de los acontecimientos habidos en ese puerto el día 2 del presente, con la llegada de la Escuadra y Ejército enemigo. Dicho parte que original me es honroso pasar al despacho de US. lo pondrá al corriente así como al Señor General Ministro, de los verdaderos acontecimientos en esa jornada.
Dios Gue. á US.
Antonio A. de la Haza
Capitanía del Puerto
de Pisagua
Arica, Noviembre 8 de 1879
Señor Contra Almirante
Comandante Gral. de Marina
S.C.G.
Tengo el honor de poner en conocimiento de US. que el día 2 del corriente á las 4.h 45. m A.M. se divisaron dos humos por el Noroeste del puerto de Pisagua, en momentos que el vijía anuncio buques enemigos á la vista. En el acto personalmente puse en conocimiento del Jefe Político y Militar de la plaza y otras autoridades locales y General en Jefe del Ejército que se hallaba en el puerto, trasmitiendo esta noticia por telegrama á S.E. el Presidente Director de la Guerra, Jefe del Estado Mayor General, Prefecto y Capitán de Puerto de Iquique. A las 6.h A.M. volví á dar aviso á S.E. el Presidente y demás autoridades de Iquique, que se veían dose buques enemigos y se dirijían al puerto. Me concrete luego á poner expedita la Columna Naval de mi mando, municionándola y esperar ordenes del Jefe Político y Militar de la Plaza, para operar convenientemente. Esta fuerza compuesta de dos compañías de sesenta individuos cada una de los matriculados del puerto, fue distribuida conforme orden del Jefe Militar de la plaza. La 1ª Compañía con rifles peruanos en el muelle principal y sus alrededores entre las rocas norte y sur. La 2ª Compañía armada con rifles chaspot,(sic) dominaba las rocas desde la playa caleta del mercado hasta el muelle del ferrocarril. En tal estado me encontraba con esta 2ª Compañía en este puerto con mi ayudante, el Teniente de la guardia nacional D. Victor Loaiza.
Próximos los buques enemigos al fondeadero, desprendieron los trasportes sus embarcaciones menores y con las señales que hizo una de las corbetas que abanzaba reconociendo el puerto, cruzaron entre los buques dos lanchas de vapor contándose en estos instantes el mismo número total de buques enemigos hasta diez y ocho, inclusive un solo blindado, y lo seguían dos vapores aparejados de Corbeta, que después vi, uno tenía pabellón inglés y otro francés en circunstancias de dirijirse al fondeadero acia á barlovento del puerto, luego que los enemigos habían tomado el puerto.
Despues de hacer alto los trasportes y demás buques enemigos, á las 7.h A.M., avanzó el Blindado y tres Corbetas frente á la Batería del Sur, rompiendo el primero sus fuegos sobre esta Batería, secundándolo las Corbetas. Sostubieron un fuego nutrido de toda clase de proyectiles de cañón por más de una hora, que apagaron los fuegos de dicha Batería y a la población incendiada en la parte Sur, el Blindado y Corbetas cargaron sus fuegos acia el Norte del puerto, las Corbetas sobre la Batería 18 de Abril, la que solo contestó con dos tiros de cañón, ignorando el suscrito, la causa que impidió continuar funcionando el cañón.
Tan luego que los buques de guerra enemigos se aproximaron al lugar espresado, tres trasportes se le unieron y de allí estrechando la línea procedieron á acercarse lo más próximo a tierra y las embarcaciones menores abanzaban haciendo fuerza de remo sobre Playa Blanca, situada á sotavento del Ferro-Carril. Luego que se aproximaban dichas embarcaciones nuestros valientes y patriotas matriculados de la Columna Naval, de la 2ª Compañía, disputaban el terreno con denuedo en unión de 25 hombres de los trabajadores del Ferro-Carril, Columna Gendarmes del puerto al mando del Sargento Mayor graduado D. Manuel Zeballos y una Compañía del Batallón Independencia de Bolivia apostados todos convenientemente en las rocas, repelieron á los invasores, quedando casi el total de ellos tendidos en la playa, otros arrojaronse al mar, y escondiéndose entre las rocas y dos lanchas varadas inútiles.
Los enemigos no volvieron á desembarcar por el espresado lugar, y se dirijieron á la caleta de Guata; pues con la repulsa anterior apesar de la lluvia general de proyectiles por todas direcciones, tubieron que buscar otro punto conveniente para alcanzar su objeto.
Mi fuerza y la Boliviana permaneció en los puntos dichos y habiendo llegado el Capitán D. Pablo Pome á comunicarme ordenes del Jefe Político y Militar de la Plaza, bajo un fuego nutrido de cañoneo de los buques enemigos pedí comunicarme á dicho Jefe Militar de la Plaza, que la 1ª Compañía de la Columna Naval situada en el muelle se replegase á la 2ª Compañía, pues que algunas individuos combatientes se habían acercado mostrándome sus rifles chaspot inutilizados y pidiendo permiso para ir al deposito de la Aduana para reemplazarlos, así lo hicieron regresando con otros.
Incendiado el salitre por una bomba que cayó inmediato al suscrito, y la cual me segó, retrosedí algunos pasos acia la izquierda, mas otra bomba dirijida casi al mismo punto, el aire que despidió me levantó á cierta altura en unión del Ayudante que entonces era D. Aroldo Stuard, por haber salido contuso el primero D. Víctor Loaiza. Era imposible penetrar mas adelante y la fuerza de la 2ª Compañía quedó en aquel puerto. El incendio del salitre crecía y el humo impedía hacer tiros certeros.
En tal situación y hallándose la 1ª Compañía de la Columna Naval en la primera curva del ferro-carril, defendiendo el terreno en unión de dos Compañías Bolivianas que descendieron de Hospicio á ayudar á repeler los invasores, tube que quedar con mi 2ª Compañía en la enunciada condición.
Dos compañías del Batallón “Victoria” Boliviano que descendían de Hospicio tubieron que quedarse al principiar el camino de cuyo punto hacían un fuego nutrido sobre los enemigos desembarcados en Guata, haciendo fuego hasta las 3.h mas ó menos P.M. que oí tocar retirada dirijiendose la fuerza de mi Columna en retirada. Encontré el pueblo todo incendiado por distintos puntos, hice curar algunos heridos y como se me dijese los enemigos nos seguían muy inmediato, tomé el camino de Junín, por donde me encontré con el Jefe de la Plaza y conseguí llegar á la altura á pesar de algunos tiros de cañon que nos hizo un trasporte que estaba frente al camino.
Mi primer objeto fue conocer donde estaban dos trasportes y dos corbetas que se apartaron del puerto, al efectuar el desembarque en Pisagua. Conosí se encontraban en Junín los dos trasportes y de regreso las dos corbetas que doblaban la Punta Pichalo.
Como la tropa y demás individuos que se hallaban en el Hospicio lo abandonaban por la proximidad del enemigo quemando víveres, peltrechos y pastos, seguí á dominar la cuesta del Arenal para tomar los rieles. Continué mi marcha hasta San Roberto acompañado de muchos individuos del pueblo. Jefe de la Plaza y tropas Bolivianas á la cabeza de sus Jefes y encontré que el tren había conducido hasta ese punto el Batallón “Aroma” con el General Villamil, el que según noticia lo hacían regresar á Haspampa en donde debía situarse el Cuartel General. Despues, puesto en San Antonio, me encontré con el Jefe de la Plaza, quien me impuso no se llevaba á efecto establecer el Cuartel General en Haspampa sino en Agua Santa y que debía pasar á ese punto la tropa que quedaba atrás: en tal concepto me determiné á seguir al puerto de Arica á ponerme á disposición de S.E. el Presidente Director de la Guerra, habiéndolo verificado en la mañana de hoy.
Me permito hacer presente á US. que al replegarse las fuerzas de mi mando sobre el Hospicio, han fallecido el Capitán de la 2ª Compañía Naval D. José Vicente Rodríguez, el Teniente de la 1ª D. Manuel J. Herrera, Alférez D. Higinio Morales, Inspector del Resguardo Basso, así como algunos individuos de la Columna, fuera de los que antes habían fallecido en el combate, en número mas de diez, sin incluir á los heridos que es probable hayan caído en poder del enemigo.
Quedó reducida á cenizas la Casa del Capitanía donde se encontraban los útiles y demás documentos que tenía á mi servicio y en playa varado el bote que lo tenía en compostura.
Dios gue. á US.
S.C.G.
José Becerra
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* elinaresm@yahoo.com
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