El general Joseph Dunford, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, se reunió el 6 de enero de 2016 con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu. El general estadounidense y el primer ministro turco reiteraron la voluntad de sus países de luchar contra el Emirato Islámico, a pesar de la creciente acumulación de pruebas del respaldo que Ankara aporta a esa organización terrorista.
Sin embargo, cuando el general estadounidense expresó su satisfacción por las victorias de las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), el primer ministro turco denunció enfáticamente la progresión de estas y la limpieza étnica que están realizando.
Las siglas FDS son una nueva denominación tras la cual se esconden los kurdos del YPD, kurdos de Siria encabezados por Salih Muslim. En realidad, Salih Muslim viajó a París el 31 de octubre de 2014 y concluyó allí un acuerdo con el presidente francés Francois Hollande y con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. En virtud de ese acuerdo secreto, Salih Muslim se separó del PKK –el partido encabezado por el líder histórico de los kurdos de Turquía, Abdullah Ocallan– y se comprometió a crear un seudo Kurdistán en territorio sirio con ayuda de los pershmergas del gobierno regional kurdo de Irak, bajo la dirección de Masud Barzani.
Desde hace 3 meses, las FDS y los peshmerga iraquíes están tratando de tomar el control de la franja de territorio sirio colindante con la frontera turca y de expulsar de allí a los pobladores árabes, cristianos y turcomanos. El objetivo es anexar esa franja de territorio sirio al Kurdistán iraquí y obligar a los kurdos de Turquía a buscar refugio en esa zona.
En 1989, en el marco de un acuerdo verbal entre Ankara y Damasco, y en aras de evitar una guerra entre Turquía y Siria, la República Árabe Siria se comprometió a poner fin al asilo político concedido en su territorio al líder independentista kurdo Abdullah Ocallan y desmilitarizó una franja de territorio sirio de 30 kilómetros de profundidad a lo largo de la frontera turca en la que Turquía podría intervenir para evitar los ataques con morteros contra territorio turco. Desde 2011, Turquía ha abusado de ese derecho, tomando el control de esa franja de territorio a través de milicias turcomanas sirias, que actúan bajo las órdenes del MIT (los servicios de inteligencia turcos) y de la organización turca de extrema derecha conocida como los Lobos Grises.
La enfática negación de Ankara de su responsabilidad en el expansionismo de las FDS es muestra de las posiciones divergentes de Turquía y Estados Unidos sobre el tema kurdo.
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