Mientras Washington supervisa la derrota de Arabia Saudita en Yemen y en Riad corren rumores de golpe de Estado, la Casa Blanca nombró un enviado especial de Estados Unidos para temas vinculados a la energía. El cargo quedó en manos de Victoria Coates, quien al parecer ya se encuentra precisamente en Riad, la capital de Arabia Saudita, y residirá allí.
La señora Victoria Coates fue acusada de haber sido la autora del texto titulado «Yo soy parte de la resistencia dentro de la administración Trump», publicado en 2018 por el New York Times [1], y de un libro publicado al año siguiente bajo el título A Warning (“Una alerta”) [2].
Considerada cercana al ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, al Pentágono y a Israel, Victoria Coates fue consejera del senador Ted Cruz antes de convertirse en segunda del actual consejero de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, y se dedicaba a dar seguimiento al expediente iraní.
La Casa Blanca parece plantearse sobre todo tomar el control directo de Saudi Aramco (Saudi Arabian Oil Company), la compañía saudita [3] que controla la extracción, tratamiento y comercialización del petróleo de Arabia Saudita y que en diciembre de 2019 vendió un 1,5% de su capital.
La Casa Blanca privaría así a la familia real saudita de su única fuente de ingresos a cambio de la promesa de mantenerla en el poder en uno de los cinco países que surgirían del desmembramiento del actual Reino de Arabia Saudita.
[1] «Je fais partie de la résistance au sein de l’administration Trump», The New York Times (Estados Unidos), Red Voltaire, 5 de septiembre de 2018.
[2] A Warning, Anonymous, Twelve, 2019.
[3] Aunque es presentada oficialmente como una compañía “publica”, Saudi Aramco es manejada en realidad como una propiedad más de la dinastía reinante en Arabia Saudita. Nota de la Red Voltaire.
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