Los choques entre manifestantes palestinos y la policía israelí comenzaron en Jerusalén a mediados de abril de 2021, a raíz de la expulsión de familias palestinas residentes en el barrio Cheikh Jarrah.
Los lanzamientos de cohetes del Hamas hacia Israel y los posteriores bombardeos israelíes contra Gaza ordenados por el gobierno de Benyamin Netanyahu no comenzaron hasta el 10 de mayo.
Pero el 5 de mayo, o sea 5 días antes, la administración Biden había informado al Congreso que entregaría a Israel bombas de alta precisión por un monto ascendente a 735 millones de dólares.
Además de los domicilios de jefes del Hamas y de los túneles utilizados para introducir mercancías de contrabando en Gaza, los bombardeos israelíes destruyeron sistemáticamente las instalaciones de desalinización de agua y las centrales eléctricas.
Durante los bombardeos, Estados Unidos bloqueó en la ONU toda posibilidad de intervención del Consejo de Seguridad.
Washington impuso el alto al fuego sólo cuando Israel agotó las municiones que tenía en su poder… que serán rápidamente reemplazadas gracias al suministro garantizado por la administración Biden.
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