Después del viaje del presidente ucraniano, Wolodimir Zelesnki, a Washington, a mediados de diciembre, los anglosajones han decidido cambiar de estrategia en Ucrania, sobre todo ante el fracaso de la “contraofensiva”.
Debido al equipamiento heteróclito que Ucrania ha estado recibiendo a través de las “donaciones” de sus aliados –en vez de haber constituido un arsenal de manera coherente–, el ejército de Kiev está enfrentando graves problemas de logística.
El ejército de Kiev también está teniendo graves problemas de falta de personal –ya no es posible ordenar grandes movilizaciones, la mayoría de sus soldados son demasiado viejos y no están en óptimas condiciones físicas. Pero el problema más importante en cuanto al personal es probablemente la falta de formación –los soldados han recibido entrenamiento, pero en realidad ignoran las reglas básicas del arte militar.
En el bando opuesto, en cambio, el ejército ruso ha consolidado una línea defensiva infranqueable y dispone de armas nuevas que le permiten atacar al enemigo sin tener que arriesgarse a entrar en su terreno y, sobre todo, su nuevo material militar le permite perturbar las comunicaciones y la transmisión de las órdenes de la OTAN.
Rusia se apoya además en una industria militar sin parangón a nivel mundial y su economía se mantiene en plena expansión, a pesar de las “sanciones” occidentales.
Ante esas realidades, los anglosajones han perdido la esperanza de ver a Kiev recuperar los territorios perdidos y han optado por concentrarse en no seguir perdiendo terreno –sobre todo preparándose para una posible ofensiva rusa sobre Odesa– mientras emprenden operaciones de sabotaje en suelo ruso.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, estuvo en Washington el 11 y el 12 de enero, pero no logró convencer al Congreso estadounidense para que aprobara nuevas subvenciones. Los republicanos han llegado a la conclusión de que Zelenski ha perdido la guerra y de que ya es inútil seguir desperdiciando dinero en el conflicto ucraniano.
Fue precisamente después del viaje de Zelenski a Washington que los anglosajones cambiaron de estrategia. El Departamento de Estado se vuelve ahora hacia la Unión Europea para que sus miembros se encarguen de compensar las “ayudas” estadounidenses ya no llegarán y el Pentágono ha inventado una «fórmula de Atenas» para hacer llegar armamento a Kiev de manera indirecta.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, viajó a Kiev, pronunció un discurso ante el parlamento ucraniano, firmó un nuevo acuerdo de seguridad para los 10 próximos años y anunció que su gobierno aumentará el financiamiento militar a Ucrania para la compra de drones, tanto aéreos como marítimos. También anunció que Londres se implica en una larga guerra contra Rusia, Irán y Corea del Norte.
Victoria Nuland, la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, llegó con urgencia a Kiev para resolver la crisis militar y política. En la capital ucraniana, la señora Nuland sólo dio una conferencia de prensa improvisada y ni siquiera se publicaron fotos de su visita.
El general Valeri Zalujni, a quien el presidente Zelenski ve ahora como un rival, aceptó renunciar a su cargo como jefe de las fuerzas armadas ucranianas para convertirse en embajador en Londres. El general Zalujni es presentado ahora como responsable del fracaso de la “contraofensiva” –contraofensiva que todos habían decidido juntos. Pero, justo antes de irse, Zalujni publicó en el sitio web de CNN un texto donde plantea que no será posible ganar la guerra en Ucrania con medios clásicos y que Kiev y sus aliados tendrán que adaptarse a las nuevas armas de Rusia, principalmente a sus drones y a sus medios de guerra electrónicos, que interrumpen las comunicaciones e impiden la transmisión de las órdenes de la OTAN [1].
Por ahora, el presidente Zelenski anunció en televisión una amplia reorganización de las fuerzas armadas y de su gobierno, pero sin aportar precisiones.
El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, también estuvo en Kiev. Tomó nota de los cambios en las necesidades de armamento que impone la nueva estrategia anglosajona y aseguró al presidente Zelenski que la Unión Europea le suministrará un millón de obuses en 2024. Las diversas instancias europeas se han puesto de acuerdo para aportar a Kiev una ayuda de 50 000 millones de euros (33 000 millones en préstamos y 17 000 millones en subvenciones), durante los 3 próximos años, pero esas sumas están lejos de las “donaciones” estadounidenses que ya no llegarán.
En París se supo que el presidente francés, Emmanuel Macron, viajará próximamente a Kiev. Durante esa visita, el presidente Macron revelaría el papel que asumirá Francia en la estrategia de los anglosajones.
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[1] “Ukraine’s army chief: The design of war has changed”, Valeri Zalujni CNN, 8 de febrero de 2024.
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