Hace un año Estados Unidos intentó amedrentar al mundo para que apoyara una guerra no provocada, afirmando que quien no creyera en las armas de destrucción masiva iraquíes era o tonto o cómplice de los terroristas. Ahora sabemos que el gobierno estadounidense y sus pocos aliados fueron o tontos o mentirosos.
Pero el comportamiento cerril del gobierno de George W. Bush se mantiene. Estados Unidos podría emplear su fuerza para bien. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demuestra que podría financiar el control de muchas otras enfermedades mortales (como el sida, la malaria o la tuberculosis) por una fracción del dinero que malgasta en Irak.
Y, sin embargo, da a los pobres del mundo un porcentaje de la renta nacional menor que el de cualquier otro país donante, mientras su presupuesto militar anual -unos 450.000 millones de dólares- equivale aproximadamente al resto del mundo sumado. A pesar de su riqueza y de su poder militar, la capacidad de Estados Unidos para proyectar su poder -para bien y para mal- descenderá en años futuros, al menos por cinco razones:
– Crisis presupuestaria. Gracias a los recortes fiscales y al gasto militar de Bush, que produce déficit presupuestarios de 500.000 millones de dólares anuales. Estados Unidos tendrá que subir los impuestos y limitar el gasto. Habrá que recortar el presupuesto militar, que aumentó 150.000 millones de dólares desde que Bush asumió el cargo.
– Enorme deuda externa. Los bancos centrales asiáticos conservan cientos de miles de millones de dolares en bonos estadounidenses. Sólo Japón tienen unas reservas de divisas exteriores que rondan los 750.000 millones de dólares, buena parte de ellos letras del Tesoro estadounidenses a corto plazo. China, Hong Kong, India, Corea, Singapur y Taiwan tienen en conjunto otros 1,1 billones de dólares en reservas extranjeras. Solo los bancos centrales asiáticos han impedido que el dólar cayese todavía mas vertiginosamente.
– El mundo le está alcanzando. La gran ventaja tecnológica estadounidense respecto a Brasil, China, India y otras jgrandes regiones económicas en vías de desarrollo diminuirá. China tendrá tendrá una economía mayor que los Estados Unidos dentro de 25 años; y posiblemente un 50% mayor en 2050. India también recortará el desfase de riqueza, con una economía que probablemente alcance el tamaño de la estadounidense en el año 2050.
– Descenso relativo del poder geopolítico. China e India, que sumadas equivalen al 40% de la población mundial, empezarán a desempeñar papeles muchos mas importantes a escala mundial. Con o sin el proteccionismo estadounidense, la capacidad tecnológica y la renta asiáticas aumentarán. De esa forma más extendida, aun cuando el ego estadounidense salga herido en el proceso.
– La demografía debilitará el militarismo estadounidense. Buena parte del respaldo que tiene Bush procede de hombres blancos cristianos fundamentalistas: un grupo social que libra una batalla en retirada contra el creciente poder social de las mujeres, los inmigrantes, otras religiones y el laicismo, como la enseñanza de la biología moderna y de la teoría evolutiva.
La agenda retrógrada de la derecha religiosa -y su visión maniquea del mundo- está destinada ala fracaso. Hacia 2050, es probable que la población blanca estadounidense sea sólo la mitad del total, frente al 69% actual. Hacia 2050, el 24% de la población será hispana; el 14%, afroamericana, y el 8% asiática.
Antes estos factores, es probable que los sueños de imperio global se desvanezcan. Esto podría ocurrir antes si resulta que Bush pierde unas elecciones que ciertamente se acercan. Sea cual sea el resultado, Estados Unidos no puede posponer para siempre su declive relativo.
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