Como siempre, (texto dirigido -2-11- a Marco Flores Villanueva) tus análisis son de importancia y actualidad. Este último “Globalización redefinida: Nuevos desafíos para América Latina”, me lleva a las siguientes reflexiones:
1.- Estoy de acuerdo contigo con respecto a que la clase política latinoamericana necesita un reajuste ético. Se pudre la gestión gubernamental en gran parte de nuestros países y nuestros líderes políticos, entienden a la política, no como la ciencia del ejercicio del poder, sino como el ejercicio de la soberbia y vanidad del poder. Se encumbran en decisiones dubitativas de opiniones o planteamientos que se desdicen o niegan todos los días, no dialécticamente -como lo hacen los estadistas-, sino por conveniencia u oportunismo, pretendiendo con ello, reforzar el liderazgo, cada vez más endeble, perdiendo credibilidad y confianza.
Por los errores cotidianos de dominación política partidaria, el líder, por muy carismático que éste sea, en el lenguaje weberiano se vuelve tradicional, por feudalizar a sus partidos políticos, sujetándolos a su ritmo y acomodo, a su voluntad, a su soberbia y a su dominio, digitando con ello las cúpulas dirigenciales partidarias, que son bien festejados por sus acólitos de turno del entorno asesoral, casi siempre, ayayeros expectaticios de futuros palaciegos, causantes, en la mayoría de los casos, de pragmatizar la corrupción gubernamental reinante.
Enfáticamente sostengo, que lo que más se ha globalizado es la corrupción del poder. Con prescindencia y excepción honrosa de los menos, los más, aquellos presidentes, ex -presidentes; senadores, ex -senadores; diputados, ex -diputados; magistrados, ex -magistrados; alcaldes ex -alcaldes; ministros ex -ministros; o los llamados congresistas o ex -congresistas, sobresalen en América Latina por estar bien orlados con el Código Penal en diversas tipologías delictivas. Estas “preseas” que lucen sin vergüenza ni arrepentimiento cívico alguno, han contribuido a que la juventud contemporánea tenga el peor concepto del antropomzoon politikom aristotélico.
Insisto, lo que tanto necesitamos, la globalización tecnológica, la globalización económica; la globalización cultural en América Latina, es lamentablemente intrascendente en la actualidad. Lo trascendente -por desgracia-, es la globalización de la corrupción. En estos momentos lo estamos comprobando en la negociación con el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de Norteamérica: patentes impuestas, franja de precios decididos unilateralmente; subsidios agrícolas en la que republicanos y demócratas se unen en contra de nuestros intereses. Además, negociadores como el caso vergonzoso del peruano, comprados por las transnacionales a vista y paciencia de todos, hace prevalecer la globalización de la corrupción. Aquí radica las terribles desigualdades que caracterizan a la globalización, según los juicios de Paul Kennedy que citas al referirse a nuestros países. Aquí radica la doble moral de los países industrializados. Pregonar bondades del libre mercado y su plena “apertura”, a la par de condicionamientos inaceptables provenientes del nuevo imperio. Así se da y encontramos la ambivalencia de la globalización, que nuestros gobernantes ni líderes latinoamericanos observan, reparan o cuestionan, confundiendo inversión económica con sujeción y dominio absolutos. Cuando nos referimos a que hace falta impulsar y atraer decisivamente la nueva inversión que desarrolle las tierras, las minas, las carreteras, los aeropuertos, nos olvidamos de plantear y sostener la ecuación de deberes y derechos con el capital extranjero. Bienvenida la inversión, bienvenido el capital extranjero, pero no para someternos a él, sino para que se adecúen a los intereses recíprocos dentro de las normas y leyes nacionales porque propugnamos un antimperialismo constructivo. Por estas razones, no permitamos que George W. Bush o John Kerry, herederos del Consenso de Washington, nos inpongan en el siglo XXI el no equivocado y contemporáneo concepto kautskyano de ultraimperialismo, es decir, la explotación general del mundo por el capital financiero unido internacionalmente por el fenómeno de la globalización que vivimos.
2.- Llamo globalización de la corrupción a aquellas acciones en la que los países poderosos promueven la adopción de políticas de libre mercado, de libre comercio hacia nuestras naciones, mientras que dentro de sus fronteras siguen aplicando medidas para proteger sus industrias y su agricultura. Aquí radica el gran problema de las actuales negociaciones con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, al extremo de que en la reciente cita comercial en Guayaquil, la jefa del equipo norteamericano de negociaciones, Regina Vargo, solicitó a los representantes de los países andinos, mayor flexibilidad en el tema agrícola. Esperemos que esa “solicitud” sea respondida sin inclinar la cerviz, sino con realismo y equidad.
3.- Parcialmente es cierto lo que sostienes al considerar que hay un deterioro de las inversiones internacionales productivas en la región. Sí, parcialmente, porque es consecuencia de setiembre 11 del 2001, coordinar con los países centrales antes que con los de la periferia para consolidar su dominio estratégico. Las doscientas cincuenta corporaciones más grandes del planeta son norteamericanas y dirigen el mundo financiero. No hay duda que se está dando inicio a la Tercera Guerra Mundial, lo que yo llamo La Guerra Líquida. Comenzó esta guerra en el Medio Oriente como en Irak, Afganistán, para el dominio total del líquido negro, el petróleo, continuará en la segunda década de este siglo el dominio total del líquido incoloro, el agua. Por ahora, el Grupo de los 8 (G8), focaliza sus capitales en áreas como la biotecnología, la ingeniería espacial, la informática y los medios de comunicación que es la producción y el manejo científico de los países centrales o desarrollados. Por consiguiente, repito, se guardan para más adelante, como ya se está dando, por ejemplo, con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, la disimulada penetración a nuestra rica Amazonía y a su reserva acuífera incalculable. La Guerra Líquida pronto nos avasallará. Son los recursos financieros para consolidar la guerra y no la paz, lo que lleva a los países centrales dirigidos por Estados Unidos, a deteriorar sus inversiones en nuestra región.
4.- En cuanto a la declinación de la tasa de natalidad en los países desarrollados que es otra de las preocupaciones contemporáneas demográficas que analizas, dado que constantemente la gente nace (fertilidad), muere (mortalidad) y traslada (migraciones) su lugar de residencia, si ayer por Kinsley Davis eran determinadas socialmente, a su vez, determinantes sociales; en la actualidad, sostengo que son determinadas por decisiones políticas y militares de los países desarrollados. La advertencia, radica en las políticas poblacionales que nos vienen imponiendo con el cuento que el “mundo se está superpoblando”, especialmente el Tercer Mundo y que el hombre cada día se hace más “eterno” con los adelantos y descubrimientos científicos, por consiguiente, mientras en América Latina impera el neomalthusianismo, especialmente desde el ex presidente Johnson como preludio de futuros genocidios con su tristemente pensamiento o declaración: “El que no nace nos cuesta cinco dólares y el que nace, nos cuesta noventa dólares”. Aquí tienes una diferencia de cómo opera la globalización entre los países desarrollados y los nuestros en el aspecto demográfico. Te lo graficaré mejor con una anécdota que cuenta el sociólogo José Consuegra. Estos neomalthusianos pregonando su apostolado en nuestros países, invitaron a algunos campesinos para adoctrinarlos y como carnada llevaron sombreros de regalo a la reunión. Se contó el número de concurrentes y eran diez campesinos, pero sólo habían ocho sombreros. Ante el apremio, a un intruso se le ocurrió sugerir que se fabricaran dos sombreros más, esta proposición fue rechazada de plano por los neomalthusianos, por complicada e inoperante, “ya que la solución lógica era la de cortar las dos cabezas que sobraban” y asunto solucionado. Desde la perspectiva de los países desarrollados y, muy especialmente de los Estados Unidos de Norteamérica, con esta política demográfica estratégica que nos imponen, es para asegurar su nuevo hábitat, su nuevo espacio vital: nuestra Amazonía, riqueza ecológica actual y del futuro. Recuerda, son los neo-Pizarros pronto a conquistarnos con su Guerra Líquida.
Como podrás apreciar, esta política neomalthusiana es y ha sido orientada en nuestras naciones. Paradojalmente, en la actualidad, en los países desarrollados, esta política ha influido en la mente de millones de adolescentes y jóvenes de ayer, -ahora profesionales o gobernantes-, educados en las escuelas y universidades de las naciones desarrolladas, especialmente de los E.E.UU, pues en su educación se les ha inculcado, se les ha martillado y han crecido con la advertencia de que “si quieres seguir viviendo, evita que otros vengan al mundo” .
Esta advertencia político-militar, repetimos, -paradojalmente-, está ocasionando la declinación de la tasa de natalidad en los países desarrollados y el envejecimiento de su población. Con mucha propiedad analizas el tema, oponiéndote al pronóstico de Elhrich que predecía exactamente como Robert Malthus, un mundo super-poblado e infra-alimentado. En el mundo globalizado esta fórmula o ecuación demográfica, sin embargo, prevalece en nuestros países pobres, pero en los ricos, la preocupación no es el hambre, es la infrapoblación y la ausencia de juventud. Se está produciendo en estos países un tránsito de la explosión a la “implosión” demográfica. Así, por ejemplo, Italia que tiene actualmente 60 millones de habitantes, según estimados de la Unión Europea, tendrá 40 millones en cincuenta años y menos de 20 dentro de un siglo y, serán, 20 millones de viejos. Japón que tiene 125 millones de habitantes, declinará en el transcurso de este siglo a 55 millones. Como apreciamos, mientras la preocupación en los países desarrollados es el aumento de la población de la tercera edad, declinando con ello la fuerza laboral, por consiguiente, la caída del crecimiento económico y el “impacto de los ingresos del gobierno por concepto de tributos”. En nuestros países latinoamericanos, con políticas de planificación familiar y control de la natalidad, propiciados por los países desarrollados, estamos aún muy lejos de la “implosión” demográfica, pero muy cerca , -y eso es lo preocupante-, de servirles de “reserva ecológica”, de su nuevo espacio vital pronto a conquistar la Amazonía, bajo el pretexto de la acción terrorista y el narcotráfico. Las razones y pretextos para bombardear y someter a Irak, es más que elocuente. Por último, en relación a este tema, vamos a ver si John Kerry o Goerge W. Bush al ganar la presidencia, cumplen sus ofrecimientos electorales de reunificar a las familias latinoamericanas, legalizando a la población ilegal. Y no nos hablen de libre mercado cerrando sus fronteras a los migrantes, muchas veces, violando los derechos humanos.
5.- No obstante que sostienes que “en los próximos años los países centrales en general dirigirán sus recursos económicos hacia sus agendas domésticas en perjuicio de la cooperación internacional con otros países, especialmente América Latina”; en el caso específico de los Estados Unidos tu juicio se va a confirmar, por tener el control y la hegemonía del dominio del mundo. Su política imperialista, desde fines del siglo XIX planteó dos tendencias bien marcadas, los que seguían al representante del Partido Republicano Alfred Thayer Mahan, es decir los pro imperialistas como Cabot Lodge y Theodore Roosevelt, que impusieron la política del big-stick o del garrote, quienes en 1903 ocuparon Panamá y los antimperialistas dirigidos por William Jennings Bryan, tribuno que dio nacimiento al “espíritu del brayismo” con que el Partido Demócrata triunfó con Franklin D. Roosevelt, instaurando la política del “buen vecino” en relación a la América Latina.
Supongo que son estas las razones que indujeron a Haya de la Torre a sostener que: “las voces “imperialismo y antimperialismo” y la locución “diplomacia del dólar” son de troquel norteamericano. No son invenciones indoamericanas y mucho menos rusas... El antimperialismo aprista tiene sus precursores. No solamente en el, para nosotros distante movimiento norteamericano finisicular del bryanismo -promotor en los Estados Unidos de las campañas cívicas que hubieron de repercutir a tiempo como un aldabonazo de admonición en este lado del hemisferio-, sino porque Bryan actualizó o americanizó con inopinada semántica una terminología que más de una treintena después hicimos nuestra” (Treinta Años de Aprismo, págs.39-43). Creo que con estos juicios se equivoca Haya de la Torre. Sostengo que él es el creador del término antimperialismo. El mérito es suyo y no de otro. Es cierto que el bryanismo fue una corriente que como candidato presidencial en las elecciones de 1900, planteó el problema del imperialismo como plataforma electoral combatiendo la política colonialista de los republicanos, que más adelante posibilitaría al presidente demócrata Franklin D. Roosevelt terminar con los protectorados norteamericanos de Cuba y Haití. La actitud de todo este grupo fue antimperialista, pero la creación, el análisis conceptual del término y la praxis revolucionaria del mismo, corresponden exclusivamente a Haya de la Torre. En todo caso, a modo de reto hipotético confirmatorio lo planteamos.
6.- Es cierto, “el mundo se mueve y se organiza en torno a la guerra después del 11 de setiembre del 2001” y, en ese movimiento y organización quien manda y se impone por el momento, son los Estados Unidos. Es lamentable que la Unión Europea no sea el contrapeso, sino su acólito. El tránsito del bipolarismo de ayer que enfrentó al capitalismo privado y al capitalismo de Estado representado por la ex Unión Soviética, ha permitido el surgimiento de un multicentrismo político en el ámbito internacional, que ha devenido hegemónico a favor de Estados Unidos de Norteamérica. Esta situación provocará en un futuro cercano, la tríada de un nuevo dominio mundial integrado por la unión de China, con la India y Rusia. Cuando llegue ese momento, recién Estados Unidos y la Unión Europea tomarán en cuenta a la América Latina, para formar otra tríada de poder mundial, no porque nos quieran, sino por necesidad estratégica. Esta es una de las razones más que suficientes, por la que no debemos doblegarnos ante el nuevo imperio contemporáneo, ni dejarnos engatusar para que dentro de esa tríada posible, sigamos siendo el patio trasero de su dominio universal. Por eso, con precisión citas a Michael Shiffer que “Washington ha respondido al prospecto de una renovada turbulencia (en esos países) con una mezcla de indiferencia y fatalismo: indiferencia porque Perú, Ecuador y Bolivia son considerados largamente como países sin importancia para los intereses de Estados Unidos. Fatalismo, porque muchos ven (a esos países) como naciones sin remedio”, por lo tanto, agregaría Bush, es hora de invadirlos para apoderarnos de la Amazonía, dando inicio a la Guerra Líquida por la causa del espacio vital de los países ricos. Ojalá no gane las elecciones, aunque lamentablemente, la reaparición de Osama Bin Laden en un video donde se responsabiliza por los sucesos del terrorismo criminal del 11 de setiembre, lo favorecen en las elecciones, con el sambenito de que si no es reelecto, nuevas torres gemelas se desplomarán. ¡Que ironía, el mejor aliado de las elecciones de mañana que tiene Bush es Bin Laden!. ¡Ojalá Gane John Kerry y humanice la política norteamericana!
7.- Por último, para ese “reajuste ético” y para enfrentar a la globalización de la corrupción gubernamental tan creciente en América Latina que nos preocupa, hace algún tiempo sostuve la posibilidad del surgimiento de una nueva ciencia: La Ecología Política, que defino como una disciplina que estudia el comportamiento humano en el medio social en que vive, condicionando el ejercicio del poder a la libre decisión de las grandes mayorías que aspiran que sus gobernantes, sus legisladores, los jueces y magistrados, los funcionarios del Estado, los representantes de los empresarios, de los trabajadores y de la sociedad civil en general, dirijan los asuntos públicos y privados en un ambiente axiológico y ético para preservar la cultura moral y democrática de los hombres.
Amigo y compañero Marco Antonio: Me despido reiterándote mi complacencia plena por tus juicios y análisis tan acertados. Tu capacidad intelectual y tu formación moral, me indican que eres un aprista hayadelatorreano. Sabrás que en esta época hay pocos. Fraternalmente, tu amigo y compañero Alfonso Ramos Alva. Saludos a tu familia.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter