La visita de la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Condolezza Rice, a Brasil, no parece haber obtenido resultados visibles. Sus dos pleitos principales no fueron atendidos: a) buscar la intermediación de Brasil para moderar al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela y b) solicitar la participación de un observador del gobierno estadounidense en la reunión entre el MERCOSUR y los países árabes a realizarse en el mes de mayo.
En cuanto al ALCA, ya había algunos movimientos para desbloquear las negociaciones aunque sin muchas perspectivas de avances.
La elite del poder en Estados Unidos nunca se dedicó a un estudio profundo de América Latina. Han reaccionado a situaciones concretas y han buscado el apoyo de la región siempre que tuvieron que enfrentar crisis importantes así como buscaron bloquear gobiernos de fuerte base popular y nacional y se presentaron situaciones de avance democrático popular. Con esto, los Estados Unidos ganaron definitivamente el rechazo de los pueblos de la región, a pesar de las simpatías que unieron las Américas en la lucha contra el colonialismo inglés y español.
La propuesta de Monroe de una “América para los Americanos” fue acrecentada por la palabra para los (norte)americanos. El proyecto Panamericano se transformó en la expresión de objetivos imperialistas y llegó a su punto de ruptura total hasta con los conservadores y derechistas que lo apoyaron debido al respaldo de los Estados Unidos a la invasión de las Malvinas por los ejércitos de la Sra. Thatcher. Se rompía así el tratado militar panamericano que comprometía a los países de la región a apoyarse mutuamente contra todo enemigo externo.
Hoy día, los Estados Unidos solo tienen aliados en la región en función de su fuerza económica y militar. El gobierno Bush hijo ha llevado esta hostilidad a un punto extremo. Para el latinoamericano medio, los Estados Unidos insisten en colocarse como jefe del mundo al cual todos tienen que seguir. No es sin razón que recientes estudios de opinión en la región indican a Fidel Castro, Hugo Chávez y Lula como las principales personalidades en la región a pesar de las campañas de los medios de comunicación contra los dos primeros.
En este contexto, el gobierno norteamericano se ve en una situación complicada cuando van creciendo los gobiernos de centro izquierda en América Latina aislando a los aliados de Estados Unidos como consecuencia de verdaderas rebeliones populares. En este contexto se hace muy complicado para los Estados Unidos abrir frentes de hostilidad activa en su patio interno. El gobierno de Estados Unidos necesita de aliados en la región, aún cuando sabe que esas alianzas pueden convertirse en factor de debilitamiento de los mismos.
Queda claro así que los Estados Unidos necesitan del apoyo de gobiernos que mantengan algún grado de apoyo popular, al mismo tiempo que guardan una cierta distancia de sus bases populares. En la jerga norteamericana actual se trata de gobiernos democráticos y no “populistas”, como lo consignó claramente la secretaria de Estado norteamericana. Falsas democracias, a ser corregidas por la intervención de los Estados Unidos. Pero este no sería el momento para iniciar una acción de este tipo a no ser que se necesite desviar definitivamente los ojos de la opinión pública mundial y de Estados Unidos del Oriente Medio donde las intervenciones del imperio se muestran cada vez más insostenibles.
Y ahí está la complicación que significa un movimiento en la dirección de una alianza más permanente y estratégica entre el MERCOSUR y los países del Oriente Medio. Debemos señalar que el portugués es la tercera lengua más hablada en el Líbano donde libaneses brasileños y brasileños libaneses interactúan fuertemente. Es necesario considerar también que durante los años setenta y parte de los ochenta la dictadura militar y los gobiernos de transición democrática intercambiaron acciones diplomáticas y cooperación militar y estratégica además de la fuerte presencia de empresas brasileñas de construcción civil en los países árabes.
Parece muy claro que una retomada de las relaciones entre estos países tendrá efectos importantes en el comercio, en las inversiones, en la cultura y en la diplomacia. Se debe considerar también que la presencia venezolana, como importante productor petrolero, a estos entendimientos una dimensión especial. La posible cooperación entre PDVSA , Petrobrás, una revitalización de la empresa argentina de petróleo y hasta la PEMEX puede crear condiciones para la transformación de la región en un importante poder petrolero.
Cuando la política norteamericana de Bush hijo tiene olor a petróleo se entiende porque la Secretaria de Estado incluyó a Latinoamérica en su ruta en general tan exclusiva. Si nuestra política externa continúa firmemente en esta dirección, la integración latinoamericana tendrá también olor a petróleo. En este momento, Lula podrá tomar la mano de Bush y conducirlo a su propia residencia como lo hace con naturalidad y firmeza el príncipe heredero de Arabia Saudita. Mientras la honorable señora se deshace en sonrisas.
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