El primero de enero de este año el mundo amaneció sin que la
Organización Mundial de Comercio (OMC) adquiriera nuevos
poderes sobre el destino del planeta, y nuestro continente se
despertó sin la calamidad de un Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), como lo tenían planeado y nos pretendían
imponer las grandes corporaciones trasnacionales, el gobierno
de Estados Unidos y sus gobiernos subordinados en la región.
Quizás no se ha valorado lo suficiente el significado de este
traspiés para los planes imperiales y el que se haya podido
detener, al menos por ahora, estas verdaderas amenazas para
nuestros pueblos. Esto ha sido posible por la emergencia en
la región de gobiernos que se distancian de la hegemonía
norteamericana y, sobre todo, porque estos mismos se deben a
la creciente resistencia y el impulso del movimiento social
que se extiende incontenible por el continente,
principalmente en el Sur, frustrando los proyectos de los
poderosos y poniendo en su lugar a quien, beneficiándose
primero de él, le da luego la espalda. Después de años de
lucha contra el proyecto del ALCA celebramos aquí, desde
Cuba, Territorio Libre de América, esta primera victoria.
Pero el imperio no duerme. La plaga del mal llamado "libre
comercio" -esa divisa de la globalización neoliberal que
busca abrir a nuestros países al saqueo indiscriminado y les
niega su derecho al desarrollo- se expande por todas partes y
en todas las formas que le es posible. Si bien en Cancún se
descarrilaron las negociaciones para dar nuevos mandatos a la
OMC, las grandes potencias siguen trabajando para someter a
sus reglas y sus intereses aspectos vitales para la humanidad
como la agricultura, la biodiversidad y servicios básicos
como la educación, la salud y la seguridad social.
El próximo
mes de diciembre, la OMC tendrá una nueva cumbre en Hong
Kong
y existe el peligro de que ahí logren profundizar la agenda
neoliberal. No lo permitamos! Debemos salir a luchar
nuevamente a escala global para frustrar esas negociaciones,
para impedir que la OMC adquiera más poderes, para detener la
agenda corporativa. Convocamos a participar el próximo 10 de
septiembre, aniversario del sacrificio del compañero Lee en
Cancún, en la jornada mundial contra la OMC que está
organizando la Vía Campesina.
Además de acompañar desde el continente a quienes se movilizan en todo el mundo contra la OMC, en diciembre estaremos luchando en Hong Kong como lo hicimos antes en Cancún.
Tampoco podemos decir todavía que la victoria sobre el ALCA
es definitiva. Las negociaciones del ALCA pueden estar
entrampadas, congeladas, pero el ALCA no ha muerto. Estados
Unidos puede intentar revivir ese "cadáver" en cualquier
momento, especialmente si no consigue avanzar sus intereses
todo lo que desea en los escenarios globales o bilaterales.
Pero aun si lo consiguiese, Estados Unidos no renunciará tan
fácilmente a su objetivo estratégico de colocar las piezas
del rompecabezas de su dominación en el marco de una sola
área hemisférica bajo su hegemonía. Debemos mantenernos
vigilantes y movilizados continentalmente contra el ALCA, y
exigir a los gobiernos que se precian de ser dignos e
independientes el no ceder a las presiones norteamericanas y
no poner en juego, así sea con mediaciones, el futuro y el
derecho al desarrollo sustentable de nuestras naciones.
Pero el escenario más grave que enfrentamos se encuentra
actualmente en Centro América, el Caribe y la región andina.
Al ver frustrado el proyecto original del ALCA, Estados
Unidos giró inmediatamente su estrategia para avanzar por la
vía de los hechos en tratados bilaterales o subregionales de
libre comercio. La tesis es que si la mayor parte del
continente está bajo tratados de libre comercio con Estados
Unidos, el advenimiento del ALCA será sólo un trámite, o los
países que se resistan queden aislados. Así, Estados Unidos
se ha dedicado a presionar a los países centroamericanos y a
República Dominicana en el Caribe, así como a los países
andinos, para que se sometan a tratados de libre comercio
leoninos, injustos, expoliadores, que los subordine
definitivamente a los intereses de las grandes corporaciones
norteamericanas y cancele para siempre sus posibilidades de
desarrollo independiente.
Ejemplarmente, los países del CARICOM siguen resistiendo a las presiones estadounidenses.
Pero Centroamérica y Dominicana representan el paso siguiente
a consolidar por parte del imperio. Falta la ratificación de
Costa Rica, Nicaragua, Dominicana y el propio Congreso de
Estados Unidos. En la región andina, gobiernos frágiles
plegados a las presiones estadounidenses, divididos entre sí
y con una creciente oposición del movimiento popular,
negocian a la carrera su adhesión al tratado, pero sacudidos
por acontecimientos como la caída del coronel Lucio Gutiérrez
en el Ecuador, que les dificultan aún más el "trámite".
Ahí, en Centroamérica y la región andina está hoy el
principal campo de batalla contra los planes de dominación
del imperio. Si logran pasar estos tratados de libre
comercio, el ALCA estará más cerca de hacerse realidad. No lo
podemos permitir! Los pueblos de Centroamérica y la región
andina están resistiendo, movilizándose, librando duras
batallas y haciendo nuevos sacrificios para detener esta
amenaza. Así está siendo en Guatemala, donde la represión ha
vuelto a aparecer cobrando la primera víctima mortal en
nuestra lucha contra el libre saqueo por parte del imperio.
Desde aquí rendimos homenaje al compañero maya Juan López,
hermano guatemalteco ejecutado por el terrible crimen de
luchar por la soberanía de su país (pedimos un minuto de
silencio en su memoria) (pedimos ahora un minuto de aplausos
a su lucha).
Todos los pueblos de América debemos unirnos
para apoyar la resistencia de nuestros hermanos y hermanas de
Centroamérica y la región andina contra los tratados de libre
saqueo! Esta es hoy nuestra prioridad en esta lucha!
Por si fuera poco, y no conformes con los desastrosos
resultados de más de diez años de TLC, en América del Norte
los gobiernos derechistas pretenden ahora avanzar a un TLC
plus. Además, Estados Unidos y sus aliados continúan
impulsando proyectos regionales como el Plan Puebla Panamá,
el Plan Colombia y la militarización de la Triple Frontera.
Todos ellos, piezas del rompecabezas de la dominación
imperial. Es vital también que la resistencia popular detenga
su avance.
Y los tratados de libre comercio no son las únicas amenazas
que seguimos enfrentando. Todos los días, sin esperar a los
tratados, las trasnacionales y sus "socios locales" trabajan
para privatizar lo que todavía no han terminado de adueñarse.
Ahora van sobre la energía, la educación, la salud y la
seguridad social, la biodiversidad, el agua, la privatización
de la vida. Y junto a los intentos privatizadores, sigue
pendiendo sobre nuestros países el peso y el chantaje de la
deuda, cuando la hemos pagado tantas veces que más que
deudores somos acreedores y nuestras naciones deberían ser
compensadas. Lo más ominoso, sin embargo, es que para
empujar
esa agenda, para imponer sus planes, Estados Unidos es cada
vez más intervencionista, más colonialista, más belicista y,
bajo el mando —ratificado desafortunadamente para el mundo—
de George Bush, busca imponer ahora la visión de seguridad
del imperio como si fuese la seguridad de todo el mundo,
pretendiendo subordinar a los países del hemisferio a su
mando también en este terreno, además de promover y apoyar la
militarización de regiones enteras.
No partimos, sin embargo, de cero en la resistencia a todas
estas amenazas y calamidades. En las diferentes regiones del
continente se libran cada vez más luchas, muchas veces con
éxito, contra la privatización y entrega de la energía, del
agua, de la educación, de la salud; crece la oposición al
pago de la deuda y la resistencia a la militarización; se
lucha contra el perverso modelo de "libre comercio", por la
tierra y la soberanía alimentaria; crece la rebeldía de los
jóvenes, las mujeres, los negros, los pueblos indios; cada
vez en más países nuestros pueblos, por su voluntad, ponen y
deponen gobiernos. Bajo este impulso, por primera vez en
muchos años, el surgimiento de gobiernos latinoamericanos no
serviles a Washington está contradiciendo y complicando sus
proyectos colonialistas. Se perfila cada vez más la idea de
una integración distinta, de bloques del sur de países en
desarrollo para encarar juntos el poderío y las ambiciones
desmedidas del norte. Desde Venezuela ha surgido la
iniciativa del ALBA, que no sólo es una propuesta, sino que
comienza a concretarse en acuerdos de solidaridad y
cooperación entre países del sur, incluso en áreas tan
importantes como la comunicación y la energía. Porque no
basta con otra integración, la del sur con el sur, sino que
es indispensable que ésta esté basada en un modelo
radicalmente distinto de desarrollo e intercambio, para que
realmente redunde en beneficio de nuestros pueblos y
naciones.
Y precisamente el nivel y la unidad que han alcanzado las
luchas de nuestros pueblos nos permite y nos exige, sin
abandonar las luchas de resistencia, pasar cada vez más a
proponer y construir desde abajo una visión propia de
integración y desarrollo, alternativa al neoliberalismo y el
"libre comercio", que ponga por delante la complementariedad
de las naciones antes que la competencia; que ponga por
delante los derechos humanos, económicos, sociales,
culturales, ambientales y de igualdad de género; que parta de
reconocer las desigualdades y asimetrías; que reconozca el
derecho de las naciones a proteger y desarrollar sus recursos
estratégicos y naturales, las áreas vitales para su
sobreviviencia; que haga posible, en fin, otra América más
justa, libre y verdaderamente democrática.
El nivel y la unidad que han alcanzado nuestras luchas a
escala hemisférica nos exige dar un paso más en los procesos
de articulación y en nuestra agenda. Por todo esto es que
desde aquí, desde esta ciudad de La Habana, convocamos a la
Tercera Cumbre de los Pueblos de América, a realizarse en
noviembre en Mar del Plata, Argentina. Ahí, los días 4 y 5,
estará reunida la IV Cumbre de las Américas, a la que
asistirán los 34 presidentes de los países miembros de la OEA
—de la que está excluída honrosamente Cuba—, incluyendo al
conocido terrorista George. W. Bush. Más allá de la
simulación de buenas intenciones y de la retórica oficial de
la Cumbre de las Américas, convocamos a nuestros pueblos a
encontrarse en su propia cumbre, para enterrar de una vez por
todas al ALCA, para decir ya basta de tratados de libre
comercio y de privatizaciones, para hacer oir su voz y sus
reivindicaciones, para pasar a un nivel superior de unidad en
la lucha.
Convocamos a encontrarnos también en el Foro Social Mundial
que tendrá lugar en Caracas, Venezuela, primera línea de la
resistencia actualmente a los planes imperiales, en enero del
año entrante, para avanzar en la construcción de nuestra
agenda y alternativas al modelo neoliberal.
Hermanas y hermanos de toda América,
Con enormes esfuerzos y grandes sacrificios, estamos
avanzando. No es la hora de desmayar, sino de redoblar
nuestra organización y nuestras luchas: contra los TLC de
Centroamérica y la región andina; contra la OMC y por
enterrar definitivamente el ALCA; contra las privatizaciones,
la deuda y la militarización; por una alternativa desde los
pueblos a la globalización neoliberal, por una integración
distinta con comercio justo y derecho al desarrollo.
Convocamos a todas las organizaciones y movimientos sociales
y civiles a encontrarnos en la III Cumbre de los Pueblos de
América en Mar del Plata en noviembre de este año; en el Foro
Social Mundial de Caracas en enero del año entrante; y de
nuevo aquí, en la tierra de Martí, en el V Encuentro
Hemisférico de Lucha contra el ALCA, el "Libre Comercio" y
por la Integración de los Pueblos, para dar un nuevo impulso
a las luchas de nuestros pueblos por la libertad, la justicia
y la igualdad.
Seguros, como estamos, de que por este camino iremos,
!Hasta la victoria siempre!
Otra América es posible.
LA HABANA, 30 DE ABRIL DEL 2005
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