Soy optimista en cuanto a las elecciones. Hoy día hay una incertidumbre que
no existía antes. Algunos analistas consideran que existe una desconexión entre el pueblo y las agrupaciones políticas pero no lo creo.
He viajado miles de kilómetros a través de todo el país para hablar con los ciudadanos, he desfilado con un millón de personas contra la guerra de Irak y he visto que si bien los electores están indecisos, ya no están desinteresados. Ha llegado la hora de reafirmar nuestra democracia y estas elecciones brindan la oportunidad de hacerlo.
La guerra de Irak ha conmocionado a la población, que está harta de que un gobierno electo no tenga en cuenta lo que ella quiere, le mienta, ignore los hechos y socave nuestra tradición liberal en nombre de la guerra contra el terrorismo. Sin embargo, la población ya no quiere que se agiten los fantasmas de la seguridad esgrimidos por los conservadores. Los laboristas ya no tienen una actitud digna en la campaña e intentan atemorizar a los electores al afirmar que los liberales demócratas se aliarán a los conservadores. Ese no es el verdadero debate en esas elecciones.
El verdadero punto importante es la justicia social; los liberales demócratas quieren un sistema de protección social más justo en la esfera de la salud, de
la ayuda a los padres y a los retirados. Somos una alternativa a los laboristas y a los conservadores. Nos oponemos a la guerra mientras que ellos la
apoyan. También hemos sido los primeros en pedir un referendo sobre el Tratado Constitucional, hemos combatido la legislación antiterrorista de Tony Blair y hemos luchado por los servicios públicos.
La próxima elección será un verdadero enfrentamiento entre tres partidos y todavía ignoramos el resultado.
The Guardian Referencia: «This edgy volatility will usher in a three-party era», por Charles Kennedy, The Guardian, 4 de abril de 2005.
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