El Senado de los Estados Unidos ha rechazado una vez más la nominación de John Bolton como embajador en la ONU. Mientras los republicanos multiplican las iniciativas contra las instituciones internacionales y cuentan con Bolton para hacer añicos a las Naciones Unidas, los demócratas, por el contrario, tratan de preservar una forma de derecho internacional y se oponen a esta nominación.
Sin embargo, el presidente George W. Bush no puede esperar por mucho tiempo. Para esquivar a su oposición, podría utilizar el pretexto de las vacaciones parlamentarias y hacer uso de una de sus prerrogativas constitucionales. Pasaría así por encima del Senado mientras que los congresistas celebran la fiesta nacional del 4 de julio.
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