Al observar el comportamiento de la tasa anualizada del índice inflacionario venezolano en las últimas tres décadas y media inmediatamente golpean a la vista los perfiles de una montaña con varios picos de alta intensidad.
El año 1996 muestra la mayor elevación al haber alcanzado la cifra record de 103,2% luego se encuentra el segundo pico más alto en 1989 con 81%, acompañado con varios valores, menores que los anteriores pero igualmente de significación con 70,8% en 1994, 56,6% en 1995, 45,9% en 1993, y 40,3% en 1987. De esa manera dentro del período comprendido entre 1987 y 1996 se encuentran varias elevaciones de los picos inflacionarios con valores que superan el 40%.
Zona toda ella de una inflación media alta con el máximo histórico ya indicado sobre las tres cifras en 1996. Ni antes ni después de esa zona así identificada se encuentran tasas de inflación anualizada que alcancen el 40%. Previo a 1987 la tasa anual de inflación tuvo un pico relativo en 1979 con 20,4%, acompañada con un 19,7% de 1980, salvo en 1984 cuándo alcanzó 15,7%. Hasta ese año de 1986 los valores fueron cercanos o menores al 10% como tasa anual.
Previo al boom petrolero que se dio en 1973 se encontraron tasas de inflación menores inclusive al 3% anual, para no ir más allá en la serie que actualmente consideramos desde 1970. El último año que en Venezuela se observó una tasa anual de inflación inferior a 10% fue en 1985 con 9,1%. Desde allí hasta la fecha el logro de una tasa de inflación de solamente un dígito se ha convertido en una meta no tan fácil de alcanzar. Lo más cercano a la misma ocurrió en el año 2001 cuándo llegó a 12,3%.
Siete lustros de un horizonte temporal que ha visto al país con un fenómeno inflacionario de una cierta importancia. Los números de por sí ya expresan un resultado de ese complicado fenómeno de un alza generalizado de precios. El perfil más arriba indicado en algunos de sus puntos más relevantes ha acompañado algunos períodos de gobierno.
Por ejemplo la cima más pronunciada se dio en el período 1993-1998 con un promedio cercano al 60%, si bien para los últimos dos años de ese mismo período se muestra un declive desde esa cima histórica sobre los tres dígitos para culminar en un 30% en 1999. El promedio durante el período anterior al ahora mencionado fue menor alcanzando un 45,2%. En esta comparación de los últimos tres quinquenios la tasa disminuye al compararse su total con la del período 1999-2004 cuándo la misma estuvo por debajo del 20%, más exactamente un 19,0% tasa que coincidencialmente fue similar a la anualizada alcanzada durante el año 2004.
Si se ha llegado a tasas que alcanzan los tres dígitos ello solamente ha ocurrido en un año, 1996. Los valores comprendidos entre el 20% y el 40%, frecuentes luego del 1987, podrían considerarse a un nivel medio alto, mientras que por debajo del umbral del 20% se encontrarían en una escala menor, apareciendo como deseables con cada vez mayor intensidad aquellos por debajo de un solo dígito, como tasas anuales de inflación que constituyen un reto si observamos el comportamiento de esta serie de las últimas tres décadas y media.
Inflación 2004
De nuevo las predicciones agoreras sobre los cambios generalizados de precios resultaron superadas en ese año, para bien, al contrastarlas con las cifras señaladas por el Banco Central de Venezuela (BCV) para el año 2004, inclusive si se les relaciona con las propias metas propuestas por el Ejecutivo, las cuales fueron igualmente superadas. La inflación total para el año medida en el Area Metropolitana de Caracas fue de 19,2%. Con la medición correspondiente al mes de diciembre de 1,6%, se obtuvo ese resultado final anualizado.
El aumento de precios fue menor que el correspondiente a noviembre de 2004 e inferior también al 1,8% de diciembre del año pasado. Salvo los valores de 2,5% para enero y 2,1% para marzo todos los otros valores estuvieron dentro de la franja entre 1 y 2%, inclusive durante septiembre y octubre resultaron en 0,5 y 0,6% respectivamente. Total ocho valores de la inflación intermensual dentro de la banda, dos por encima y dos por debajo.
La variación intermensual constante para el año 2004 fue de 1,5% en contraste con el 2,0% para el año anterior. Si tomamos como referencia el pico de la variación anualizada para febrero de 2003 cuándo llego al valor de 38,7% desde esa cima hasta el último valor conocido de diciembre de 2004 de 19,2% la tasa inflacionaria se redujo a la mitad. Cuestión esta que ha marcado una tendencia a lo largo de estos dos últimos años desde que se implantó prácticamente el control de cambios. Ese pico de 38,7% no se observaba desde septiembre de 1997. Y es conveniente recordar una vez más que al inicio del gobierno la actual tasa anualizada era de 30,2% para descender a 20,0% en 1999, a 13,4% en el 2000, y a 12,3% en el 2001 para luego desencadenar un aumento que llegó a la cifra antes indicada.
Al revisar el aumento de la inflación en los diferentes grupos durante el año 2004, 5 de un total de 13 estuvieron por encima de la media de 19,2%, ellos fueron 28,4% para los alimentos y bebidas no alcohólicas, 26,6% para restaurantes y hoteles, 24,2% para el transporte, y con igual valor de 19,9% tanto para el grupo de las bebidas alcohólicas y tabaco, así como los pertenecientes al equipamiento del hogar.
El resto de los grupos se encontró por debajo de la media. De ellos los que tuvieron menor aumento fueron las comunicaciones con 6,0% y el alquiler de viviendas con 8,4%. De todos ellos dada la diferente ponderación que tienen en la canasta, el de los alimentos y bebidas no alcohólicas con un peso de 26,02% contribuyó en el total con 7,38, esto es un 38,4% del aumento total. La contribución del transporte con una ponderación de 24,2% llegó a 3,37 un 17,5% del total. En cambio el tercer rubro que más pesa, el alquiler de viviendas, cuyo peso es de 11,68%, contribuyó mucho menos dado que el aumento de precios durante el 2004 apenas llegó al 8,4%, siendo de ese modo su incidencia menor, de un 0,98% apenas un 5% del total.
De estos valores a los cuales debe ponérsele mayor atención corresponde a los de alimentos y bebidas no alcohólicas y el transporte, particularmente por la incidencia que tienen en los sectores de menores ingresos.
En cuanto a los alimentos la mirada del Ejecutivo Nacional se ha visto reflejada en la política de distribución de alimentos a través de la Misión MERCAL e igualmente en el esfuerzo por la obtención de recursos y aumento de la producción agrícola. Estas acciones deberán continuar a lo largo del año 2005 con el objeto de seguir racionalizando un sector productivo que estuvo a las puertas de su eventual desaparición por la política de puertos abiertos. Se llegó inclusive hasta perder el cúmulo de información acerca de aspectos productivos tan importantes como son los costos, la vigilancia sobre las cadenas de comercialización, y la misma cartelización de las importaciones.
En cuanto al transporte los ajustes autorizados en junio de 2004 para las tarifas del Metro y Metrobus, así como los ajustes realizados al final de año para el transporte urbano contribuyeron al alza observada.
Si se toman los precios de los grupos desde el inicio del gobierno los que han tenido mayores elevaciones han sido los de salud y los servicios educativos. Respectivamente para la salud el aumento ha sido de 2,78 veces desde 1999 hasta finales de diciembre de 2004, y para los servicios de educación el aumento ha llegado a 2,43 veces.
Estos valores han tenido una respuesta importante sobre todo para los sectores populares cuándo desde el mismo inicio del gobierno se evitó el pago de la matrícula para los colegios públicos y durante los dos últimos años, en particular, con los logros alcanzados por las diferentes Misiones ¨Barrio Adentro¨ para la salud, y las Misiones educativas ¨Robinson I y II¨, Ribas y Sucre. Misiones que han impactado a millones de ciudadanos tanto en cantidad como en la calidad de los servicios prestados. Durante el último año 2004 los servicios de educación tuvieron un aumento de 17,3% y los de salud con 16,2% ambos por debajo de la media de 19,2%. Debe tenerse en cuenta la ponderación media de ambos con un 5,45% para la salud y un 4,21% para los servicios de educación.
Dentro de las perspectivas que se presentan para el año 2005 no hay duda de la necesidad de no bajar la guardia ante el fenómeno inflacionario. El cuál, de mantenerse las políticas actuales, debería continuar su tendencia descendente para dejar atrás el umbral del 20% y acercarse al del 15% o menos al final del año. Especial consideración deberán tener los precios de los rubros alimenticios al igual que el referido al transporte que afecta sin duda el bolsillo de los que menos tienen. A todo ello podrá contribuir positivamente el continuado aumento de la producción agrícola nacional que ya ha mostrado señales importantes de recuperación.
Igualmente la contraloría social en su expresión de observar el comportamiento de los diferentes precios tendrá su aporte al reforzar los mecanismos para que se cumplan los precios controlados. MERCAL como franquicia con su crecimiento importante volverá a tener un rol de primera línea en esta batalla, igualmente la contribución de aquellos productores como resultado de su propio esfuerzo. A cada quién le tocará una aliquota para derrotar el flagelo inflacionario, mientras tanto la tendencia del aumento generalizado de precios ha continuado su descenso...
Enero 2005
Con el inicio del nuevo año vemos crecer la inflación en enero un 1,9% superior a la de diciembre del año pasado con 1,6% e inferior a la de enero de ese mismo año cuando alcanzó un 2,5%. Lo anterior hizo que la variación anualizada continuara su ruta de descenso desde 33,8% en el 2003 y 26,5% en el 2004 para culminar a final de año en 19,2%. La variación intermensual constante que reproduce la variación de enero desciende una décima para llegar a 1,4% comparada con un 1,5% que se tuvo durante el año pasado o menor aún al 2% correspondiente a la del año 2004. De esta manera se observa una tendencia declinante de la tasa de inflación después de alcanzar un pico a principios del 2003.
En cuanto a las variaciones intermensuales durante los dos últimos años con la excepción de la tasa de inflación de febrero del 2003, cuándo llego a 5,5%, la casi totalidad de los valores se encuentra contenida al interior de la banda entre 1 y 2%. Sobre el valor promedio del mes de enero con 1,9% se encuentran cuatro grupos: los alimentos y bebidas no alcohólicas con 3,2%, las comunicaciones con 2,9%, la salud con 2,8% y el transporte con 2,4%, de ellos por su ponderación los alimentos y bebidas no alcohólicas con un 26,38% y el transporte con 14,09% tuvieron la mayor incidencia con 0,84% y 0,34% respectivamente. Todo ello para que ambos grupos contribuyan con un 62% del aumento correspondiente a la inflación en enero.
Por sobre la tasa anualizada promedio se han mantenido por encima de la misma cuatro grupos, encabezando la mayor inflación el relativo a los restaurantes y hoteles con 26,4%, luego le siguen los alimentos y bebidas no alcohólicas con 25,6%, en tercer lugar el transporte con 24% y el último grupo por encima de la media lo representa el equipamiento del hogar con 20,4%. Los otros nueve grupos tienen una tasa anualizada menor que la media de 18,5%. En el otro extremo los grupos con un menor crecimiento de la tasa de inflación corresponden al alquiler de viviendas con 8,1% y las comunicaciones con 8,7%.
El aumento correspondiente a los alimentos fue de 3,2% en enero y su contribución a la tasa promedio de 1,9% provino significativamente de los alimentos no controlados de tipo vegetal que tuvieron una incidencia de 0,57 sobre dicho total. En particular las hortalizas por su menor oferta de cebollas, papas, zanahorias, pimentón, verduras y ajos contribuyeron al aumento producto de la presencia de lluvias inusuales para el período y también por la falta de adecuadas importaciones, adicionalmente se autorizó el aumento de los precios de la leche pasteurizada. Por el lado de los servicios se autorizaron igualmente los de transporte, servicio de telefonía celular, los servicios de electricidad y el aseo urbano.
Debe notarse que el aumento de los precios de los alimentos se viene dando desde mayo del 2004 de una manera sistemática con un promedio intermensual cercano al 2,8% salvo los meses de septiembre y octubre de 2004 cuando se tuvo un decrecimiento de la inflación de -0,4% y -0,3% respectivamente. Cuando menos tres factores vienen operando para sostener ese incremento de los precios de los productos agrícolas.
El primero referido al factor costo relativo a la producción nacional. El segundo tiene que ver con el aumento de la demanda en un sector prioritario al tratarse del consumo de alimentos. El tercer componente se refiere a la especulación. Los caminos para enfrentar tales cuestiones tienen naturaleza diferente. Las ineficiencias de la producción agrícola nacional tienen muchos orígenes y formulaciones y se ven encuadradas en el cuadro de eficiencia estructural de su aparato productivo, mayormente de carácter rentístico. Su solución será de mediano plazo y en esa dirección apuntan una serie de políticas que ha venido emprendiendo el gobierno nacional.
El segundo elemento resulta del proceso de reactivación que tiene el aparato productivo nacional, particularmente en los últimos cinco trimestres. El incremento de la relativa capacidad de compra del venezolano propende a presionar por la vía de la demanda a la insuficiente producción nacional. Finalmente el fenómeno de la especulación tiene sus raíces tanto en la ineficiencia del propio aparato productivo como en las lagunas de control social que permitan proteger a los consumidores.
Febrero 2005
La tasa correspondiente a este mes resultó la más baja en los últimos 17 años. Fue 0,2% y más exactamente 0,17% con ello la variación acumulada alcanzó un 2,1% para el 2005 y en términos anualizados llega a 16,9% mucho menor a la correspondiente del 2004 con un 21,9% y todavía más con respecto al 2003 con 38,7%. De nuevo el aumento generalizado de precios asume una tendencia descendente al reducirse en un 44% en estos dos años. Con esta nueva cifra anualizada la variación intermensual constante se acerca al 1,3%.
Lo más significativo del mes de febrero se refiere a la contribución negativa, deflacionaria de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas con una incidencia de -0,51% dado su peso relativo de 26,71% y una tasa para febrero de -1,9%. Mientras el aumento de los servicios de gas para la vivienda tuvo una aceleración importante para febrero de un 50,1% en ese mes su incidencia fue relativamente baja en el índice dado su relativo menor peso en la canasta de 3,83%. Este rápido aumento es sólo puntual y concentrado en esta parte del año calendario.
Marzo 2005
Durante los últimos años en Venezuela, sobretodo en las últimas décadas, el nivel anualizado de la tasa de inflación ha sido superior al 10% y más precisamente sólo durante un par de años en el 2000 y en el 2001 alcanzó un 13,4% y un 12,3% respectivamente. Bajar del umbral del 15% anual o más aún del 10% se ha venido estableciendo como una tarea ardua de realizar para no decir titánica. Ese reto que implica mejorar las condiciones de vida de la población de quienes menos tienen sigue siendo un imperativo a alcanzar dentro de las metas macroeconómicas de cada año.
La variabilidad de las tasas anuales de inflación muestra un rango considerable en las dos décadas pasadas al tener al reconocer a los picos a los cuales se alcanzó, primero en 1989 con un 81%, y posteriormente al llegar a la cima histórica de un 103,2%, rompiendo por primera y única vez la barrera de los tres dígitos.
En cuanto a las tasas de inflación mensuales la variabilidad si bien no tan amplia como el rango de las tasas anuales anteriores, para el último año, alcanza precisamente en marzo del 2005 un 2,1%, en contraste con el valor del año anterior para el mismo mes, cuánto llegó a 1,2%. Aparte de ese pico inflacionario de 2,1% sólo durante dos meses en junio 2004 y enero 2005 la tasa de inflación tocó un 1,9%. En contraste a esos máximos otros comienzan a aparecer en el otro lado del espectro con valores de 0,5%, 0,6%, en los meses de septiembre y octubre del 2004, y el record a la baja de 0,17% en febrero de 2005.
La variación acumulada para el 2005 llega a 3,3% casi la mitad de lo que se tenía en el 2004 y una tercera parte del correspondiente al mismo período del 2003. Tasas descendentes cada año. Igualmente al comparar las variaciones anualizadas con el nuevo 15,8%, quedaron atrás los valores de un 22,9% para el 2004 y más abajo todavía al tener como referencia el 34,8% relativo al 2003. Por donde se le vea se notan valores cada vez menores en la tendencia inflacionaria, acercándose a la meta pautada para el año 2005.
Durante el mes de marzo de 2005 la incidencia mayor la tuvo el aumento del sector transporte con 0,38% del total dado su peso relativo del 14,25% con un crecimiento para el mes de 2,7%. En primer lugar con 3,5% para el mismo período, correspondió al servicio de vivienda que excluye al servicio telefónico, pero dada su relativa baja ponderación, la incidencia sólo alcanzó el 0,14% del total del mes. El grupo de los alimentos y bebidas no alcohólicas cuya contribución llega al 26,15% tuvo un crecimiento de la tasa de 0,08%, lo cual junto al decrecimiento del mes de febrero ayuda a mantener a raya ese rubro tan importante para los sectores populares.
La variación intermensual constante de los doce meses previos viene disminuyendo desde 1,7% para encontrarse en marzo del 2005 en 1,2%. Foco alrededor del cual se mantienen la mayoría de los valores de los meses restantes del último año. Variaciones intermensuales entre un máximo de 2,1% y un mínimo de 0,2% son todavía muy amplias y reflejan cuando menos la inestabilidad del fenómeno inflacionario, sobre el cual actúan elementos estacionales, es cierto, pero también debe tomarse en cuenta que la inflación venezolana con su alto contenido inercial, baste pensar en lo ocurrido en los últimos cuando menos veinte años; se encuentra sujeta a factores de carácter estructural. Múltiples causas la originan, siendo la base petrolera de nuestra economía y la ausencia de una real diversificación productiva, algunas de las características que más pesan en la balanza. La ambivalencia de la economía petrolera y no petrolera en el fondo sigue actuando como un contrapeso a este complejo fenómeno.
Históricamente debemos notar cómo durante largos años el fenómeno inflacionario no tuvo estos efectos que estamos observando ahora. Sin embargo, fue posterior al boom petrolero de los setenta cuándo se comenzaron a percibir tasas anuales superiores al 10%, y luego de 1986 esta ha sido una constante hasta nuestros días. En 1974 se superó el umbral de los dos dígitos con un 11,8% de tasa anual. Los ingresos petroleros actuaron a esa fecha como un contenedor del fenómeno inflacionario.
Al subsistir al día de hoy diferenciales con los países con los cuales Venezuela mantiene sus mayores vínculos comerciales, como es el caso de Colombia con una inflación en un 5,4%, o los Estados Unidos de Norteamérica con valores aún menores de un 3,0%, la diferencia produce efectos en nuestra balanza comercial, por los precios relativos de varios productos.
La diversificación de nuestra economía sigue siendo un desideratum a alcanzar. Fácil resulta importar gracias a las divisas provenientes del ingreso petrolero, más complejo es producir lo que resulte comparativamente y competitivamente al interior del país, para no mencionar los factores ligados a la soberanía ya trágicamente sentida durante los hechos del golpe de Estado y el sabotaje petrolero.
Nos encontramos ante un mundo capitalista globalizado muy diferente al que vivieron los padres de la Economía Política Clásica. Tampoco se explica nuestro fenómeno inflacionario con los solos supuestos de la teoría monetaria. Vencer el componente inercial ligado al fenómeno de las expectativas tanto las ¨racionales¨ como las ¨irracionales¨ podría aportar luces a esta situación que vivimos. El logro de una diversificación productiva no es cuestión del corto plazo, para ello basta examinar los esfuerzos realizados desde el descubrimiento del petróleo en nuestro territorio.
Ni la sustitución de importaciones primera, ni aún la pretendida diversificación de exportaciones después, han logrado llegar a la deseada meta, al menos, en cuanto se relaciona con el tema de la inflación. Su contención sigue siendo tema constante de la acción de gobierno y le incumbe igualmente a toda la colectividad, particularmente al sector privado en sus aportes productivos, y en la superación de las limitaciones del mecanismo del mercado.
Perspectivas 2005
Las cifras iniciales correspondientes a los primeros meses del año 2005 reflejan una tendencia en línea con los objetivos planteados de lograr una tasa anualizada en el entorno del 15-18%. La batalla continúa sin cesar y no debe desmayar ni un segundo y ya son conocidas las razones que en parte la motivan.
Mantener un clima de una inflación descendente con un crecimiento del aparato productivo y una tendencia a la baja de la tasa de desempleo abierto constituyen algunas de las metas que se vienen persiguiendo durante el 2005, ya se tiene en vista la conclusión del primer trimestre y con ello los valores en línea con las predicciones realizadas. Se hace camino al andar y se debe estar atentos a cualquier tipo de señales que puedan perturbar el reto planteado.
El diablo inflacionario anda permanentemente suelto, seguirle las huellas es obligación no solamente de la autoridades gubernamentales sino también de quienes actúan como productores o consumidores en un aparato productivo dónde la captación de la renta petrolera entra en contraposición a la necesidad de mejorar su distribución más equitativa, y de cómo superarla a través de un sistema más productivo en sintonía con los tiempos que corren.
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