Las explicaciones dadas por George W. Bush el martes por la noche me resultaron muy familiares. Eran, palabra por palabra, expresiones utilizadas por Kennedy, Johnson o Nixon con respecto a Vietnam. Sin orgullo alguno, debo admitir que determinadas expresiones son mías.
En 1965, yo escribí los discursos de Robert McNamara. Utilicé la palabra «terrorista» tal como lo han hecho los actuales redactores de los discursos de Bush. Al igual que los asesores de Bush, sentí la necesidad de designar a un adversario superior al que realmente combatíamos como nuestro verdadero enemigo. Como adversario, escogí a China y no a los norvietnamitas para justificar nuestra falta de victoria inmediata. Hoy se acusa a Al Qaeda en vez de a los nacionalistas iraquíes.
Mi proyecto de discurso fue aprobado en 1965, pero Johnson le añadió mentiras sobre el número necesario de tropas para justificar el despliegue de los reservistas. También en esa época, yo presenté a Vietnam como una prueba para los Estados Unidos. Los redactores de Bush utilizan actualmente la misma artimaña. Por último, al igual que Kennedy, Johnson y Nixon, el presidente es evasivo en cuanto a la duración del conflicto.
Ese nuevo uso de los viejos argumentos me disgusta mucho.
«I Wrote Bush’s War Words — in 1965», por Daniel Ellsberg, Los Angeles Times, 3 de julio de 2005.
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