La elección de Mahmud Ahmadineyad es la mayor sorpresa ocurrida durante los 26 años de la República Islámica. Es uno de los acontecimientos más importantes del Irán posrevolucionario.
Por detrás de la elección de Ahmadineyad hay dos factores determinantes. Ante todo, lo que ha influido es su discurso social. Con ese discurso, Ahmadineyad ha seducido tanto a las clases populares como a las clases medias. Asimismo, cuenta con una trayectoria personal intachable y es conocido por su lucha contra la corrupción. Su otra carta de triunfo es el apoyo del Abadqarán Irán-e-Islami (los constructores del Irán islámico), un grupo vinculado a la memoria de Jomeini que venció a los reformistas en 2003 y en 2004.
Esta elección resulta esencial por otras dos razones. En primer lugar, por todas partes se eliminó a los reformistas. El discurso sobre la reforma de Irán pasó a un segundo plano, precedido por las cuestiones sociales. Además, el avance del Abadqarán muestra la pujanza creciente de una nueva generación de dirigentes revolucionarios, distintos a los conservadores tradicionales sin ser mulahs. Por ese motivo, los conservadores tradicionales serán tal vez los más firmes opositores de Ahmadineyad.
El nuevo presidente no quiere reformar la revolución islámica, sino hacer que alcance su verdadero objetivo. El gobierno de Bush debe aceptar que ya no es posible un cambio de régimen en Irán.

Fuente
Daily Star (Líbano)

«Ahmadinejad may end up being the clerics’ bane», por Mahan Abedin, Daily Star, 30 de junio de 2005.