Esta semana, en la Cumbre del G-8 en Edimburgo, la Comisión Europea abogará por un fuerte aumento de las ayudas al desarrollo para los países en vía de desarrollo. África necesita ese dinero y esa ayuda debe ir acompañada de una anulación de la deuda y de una política que finalmente permita a este continente beneficiarse del comercio mundial. La anulación de la deuda y la ayuda humanitaria cuentan con el apoyo de las estrellas del rock. Desafortunadamente, la ayuda al comercio no cuenta con un apoyo tan glamoroso. Sin embargo, esta cuestión es esencial para el desarrollo de África. Si este continente participase un 1% más en el comercio internacional, eso le aportaría siete veces más fondos que la ayuda al desarrollo.
Christian Aid ha demostrado en un informe que 20 años de libre comercio han sido perjudiciales para esos países. Es cierto, pero las conclusiones de la ONG contra el comercio son erróneas. Hay que dar a los países pobres los medios para comerciar diversificando sus economías, abriendo nuestros mercados a sus exportaciones y desarrollando sus infraestructuras y medios de transporte. También es preciso que ellos desarrollen sus infraestructuras financieras.
Deben aplicarse las medidas de las negociaciones de Doha. Según el Banco Mundial ello aportará 269 mil millones de dólares anuales a África. Este es el reto del G-8.
«To erase poverty, Africa needs both trade and aid», por Peter Mandelson, The Independent, 4 de julio de 2005.
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