El plan de retirada de la franja de Gaza y del Norte de Samaria [1] prevé la evacuación de todas las colonias y de todas las instalaciones militares que allí se encuentran. Para que esa retirada sea un éxito, es necesario una gran cooperación entre Israel y la Autoridad Palestina.
Los objetivos de ese plan de retirada son reducir las fricciones entre israelíes y palestinos, permitir a los palestinos salir del ciclo de violencia, poner fin a las quejas palestinas sobre la responsabilidad de Israel respecto de la suerte de las poblaciones palestinas y favorecer la negociación de un estatus final. Además, el plan prevé medidas para ayudar a la economía palestina. En Israel ha habido una fuerte resistencia a ese plan. Sabemos que numerosas vidas de israelíes de Gaza y del Norte de Samaria van a cambiar de forma dramática. El gobierno israelí comprende sus temores y hará todo lo posible por resolver los problemas que podrían afectarlos. Sin embargo, pese a esos problemas, el plan de retirada es la política correcta. Es un paso hacia la paz y la coexistencia.
Israel es el primero en tener el coraje de hacer una concesión significativa, a pesar de los sufrimientos por los que ha atravesado mi país desde los años 90 debido al terrorismo. Para fortalecer nuestra seguridad, la evacuación de Gaza fue concebida como un plan unilateral, pero no por ello contraviene la paz; al contrario, el reforzar la seguridad, puede ayudarnos a lograr la paz a largo plazo.

Fuente
The Australian (Australia)

«Retreat with peace in mind», por Naftali Tamir, The Australian, 15 de agosto de 2005.

[1Nombre israelí de una parte de Cisjordania