En su edición del 7 de septiembre de 2005, el Financial Times, diario británico de referencia en lo que se refiere a análisis financiero y económico, retoma por su cuenta las nuevas afirmaciones del International Institute for Strategic Studies (IISS), centro de investigación, propaganda y divulgación de ideas de Londres, según el cual Irán sería capaz de producir bombas atómicas en un plazo de cinco años.
Tanto en sus publicaciones como en su sitio Internet, el Instituto se presenta como el «líder internacional en materia de conflictos político-militares», calificativo que utiliza igualmente el Financial Times.
No obstante, aunque el IISS esté formado por prestigiosas personalidades, su credibilidad es nula. En septiembre de 2002 publicó un informe de la misma naturaleza en el que afirmaba, apoyándose en diferentes detalles, que en Irak había «armas de destrucción masiva». Este fue el documento que Tony Blair presentó como validación independiente de las investigaciones de sus servicios y que permitió justificar el ataque preventivo de Irak, en franca violación de la Carta de Naciones Unidas. Los expertos del IISS invadieron los platós de televisión de Estados Unidos a Francia, pasando por Alemania, para «venderle la guerra» al público. Hoy sabemos que todos los argumentos eran falsos y que las armas de destrucción masiva no existían.
Al igual que en 2002, las afirmaciones del IISS contradicen las de los expertos de la ONU (en este caso las del Organismo Internacional de la Energía Atómica) que hablan de una decena de años. Al igual que en 2002, el IISS trata de desacreditarlos (antes la emprendía con Hans Blix, hoy lo hace con Mohammed El Baradei).
Al decidir repetir las fantasiosas acusaciones de un grupo de presión que ha dado pruebas de su mala fe y al sembrar la duda respecto de las meticulosas inspecciones de la ONU, el Financial Times toma partido junto a los «vendedores de guerra».
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