Nunca acepté la muerte de mi madre, asesinada hace cuatro años, durante los acontecimientos del 11 de septiembre. Desde el día de su muerte y la de 3 000 personas, el 11 de septiembre ha ocupado el centro de nuestro diálogo nacional. Cuando se habla del 11 de septiembre suele hablarse de heroísmo, bravura, patriotismo, pero, más recientemente, los temas han sido la división, la pertenencia partidaria y la explotación. Justo después del 11 de septiembre, el momento era de unidad, pero poco a poco, ese hecho ha tomado una orientación política. Karl Rove atacó a los liberales acusándolos de ser demasiado conciliadores con los terroristas del 11 de septiembre y Cynthia McKinney realizó una campaña ante las pantallas con Fahrenheit 9/11.
Ese 11 de septiembre, que antes nos unía, nos está dividiendo. A pesar de que necesitamos estar unidos para enfrentar al formidable enemigo que asesinó a mi madre, luchamos entre nosotros. Imagínense lo que pudiéramos hacer si estuviéramos todos unidos. La semana próxima, los miembros de la Comisión Investigadora sobre los sucesos del 11 de septiembre se reunirán para analizar la acción de la administración Bush. Esos análisis no deben convertirse en un pretexto de lucha política. Hay que sacar las lecciones del 11 de septiembre y trabajar juntos. Todos somos estadounidenses, y eso es lo más importante.

Fuente
The Boston Globe (Estados Unidos)

«Divided (by 9/11) we stand», por Carie Lemack, Boston Globe, 9 de septiembre de 2005.