No vamos a rechazar las discusiones sobre una posible coalición negro-amarilla-verde si la Unión nos invita a ello, pero no seremos los garantes de una política en la cual la Unión y el FDP no obtuvieron la mayoría. No puedo imaginarme ministra con Merkel como canciller: promoverá la tecnología nuclear, las técnicas de modificación genética, la supresión de los logros sociales y el desarrollo de una política exterior arriesgada.
No estamos a favor de la disminución de impuestos, sino de la simplificación del sistema tributario. Si el Estado toma en serio su tarea, no podemos permitirnos esa reducción. No quiero un Estado débil incapaz de ayudar a sus ciudadanos tras de una catástrofe natural, como en los Estados Unidos.
Debemos ocuparnos de los programas y de las personas que existen en la actualidad, es decir, Merkel y Westerwelle. Lo que sí es seguro es que el capítulo rojo-verde en la esfera federal está totalmente cerrado. Perdimos la mayoría, debemos regresar a los comienzos, al papel de oposición. Es muy importante dar respuestas claras sobre la tendencia a la individualización de la sociedad y sobre la necesidad de estructuras sociales para el hombre. La Unión perdió porque se descuidaron esos puntos.
Las nuevas mayorías negras ya fueron sancionadas en Schleswig-Holstein y en Renania del Norte-Westfalia debido a sus políticas selectivas y a su rigor social. Por esa razón, proponemos soluciones para las próximas municipales y para las elecciones de los parlamentos de los estados.
«"Keine Minister unter Merkel"», por Bärbel Höhn, Die Tageszeitung, 20 de septiembre de 2005. Texto adaptado a partir de una entrevista.
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