Durante los incidentes del 19 de septiembre de 2005 en Basora (Irak), un enfrentamiento entre dos miembros de las fuerzas especiales británicas (SAS) y la policía local, ampliamente controlada por las milicias chiítas, provocó heridas a varios civiles y la ira de la población local. En efecto, los dos agentes británicos detenidos a raíz del tiroteo estaban disfrazados de milicianos partidarios de Moqtada al-Sadr y en posesión de explosivos sofisticados. El Estado Mayor británico, que se hallaba en una posición incómoda por la mediatización del acontecimiento, las fotos de los dos agentes prisioneros que intentaban esconder sus rostros y las informaciones que podrían suministrar se aprestó a organizar una liberación violenta y echó abajo los muros de la prisión con la ayuda de blindados. Se vieron entonces imágenes de los habitantes de Basora rebelándose con razón y lanzando cocteles Molotov a los soldados de Su Majestad.
En pocas palabras, la operación psicológica de contrainsurgencia que tenía como objetivo dividir a los grupos religiosos iraquíes, la víspera de una gran concentración chiíta, había resultado un fracaso, revelando la verdadera relación ocupantes-ocupados y la naturaleza de las actividades de la coalición en Irak.
Para intentar restablecer la apariencia de soberanía en cuanto a la responsabilidad por el incidente, el gobierno títere iraquí exigió recientemente una indemnización a la Corona para los heridos y por los daños causados a la Comisaría. Por su parte, el diario tabloide británico Daily Mail del miércoles 12 de octubre de 2005 no ve en ello más que una insoportable injusticia, una afronta al orgullo nacional. Considera que los dos agentes habían sido «secuestrados» y que sus vidas estaban amenazadas. Al asociar directamente a la policía de Basora con Al-Qaeda, el autor estima que «de no haber sido por la operación de salvamento, los dos miembros de las fuerzas especiales hubieran podido ser decapitados».
Por supuesto, el artículo no olvida acusar a los iraníes de ser los responsables de la intensificación reciente de los ataques contra las tropas de ocupación en un recuadro en el que explica que las propias fuerzas especiales iraníes forman a quienes ponen las bombas. También puede leerse que Irán abrió cerca de su frontera con Irak «un puesto encargado de controlar las operaciones terroristas en el Sur de Irak» lo que nos hace recordar el discurso habitual de la prensa atlantista como preludio de las campañas de bombardeos.
En ningún momento los periodistas del Daily Mail se detienen a pensar que la preparación de atentados y el ataque a una comisaría iraquí por parte de blindados británicos constituyen actos de guerra según el derecho internacional, y, por lo tanto, están sometidos a reparaciones.
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