El movimiento yemenita Ansar Allah inició en noviembre una campaña de ataques contra barcos mercantes israelíes o vinculados a intereses israelíes que transitan por el Mar Rojo.
El movimiento yemenita precisó en ese momento que los ataques continuarían hasta que Israel ponga fin a la masacre contra la población de Gaza. Cuando las potencias occidentales manifestaron su apoyo a Israel, Ansar Allah extendió los ataques a los barcos de esos países –los mercantes chinos y rusos nunca han sido atacados.
Estados Unidos anunció el inicio de la Operación Prosperity Guardian, con una nueva “coalición” internacional, para proteger el tráfico marítimo occidental en el Mar Rojo.
Francia y España, países que inicialmente integraron la “coalición”, posteriormente anunciaron su retirada de la Operación Prosperity Guardian.
El movimiento yemenita Ansar Allah –peyorativamente designado en Occidente como “hutis” o “hutistas”, o sea “la banda de la familia al-Huthi”– organizó esta semana una gigantesca manifestación de apoyo al pueblo palestino. En el siguiente video puede verse una muestra de lo que Occidente denomina “la banda de los al-Huthi”.
El 10 de enero de 2024, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió para discutir el asunto y condenó los ataques contra los barcos mercantes. Argelia, China, Mozambique y Rusia se abstuvieron durante la votación.
Sin embargo, a propuesta de Rusia, la resolución del Consejo de Seguridad precisa que la paz sólo podrá restablecerse actuando sobre «las causas profundas, principalmente los conflictos que alimentan las tensiones regionales y que contribuyen a perturbar la seguridad marítima».
Al día siguiente, el 11 de enero, Estados Unidos y Reino Unido realizaron una amplia operación de bombardeo contra Yemen (73 golpes aéreos) y al parecer destruyeron una docena de posiciones de Ansar Allah. Australia, Bahréin, Canadá y Países Bajos participaron en los bombardeos. La operación se desarrolló bajo la supervisión del jefe del mando de las fuerzas de Estados Unidos en el Medio Oriente (CentCom).
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció haber ordenado los bombardeos contra Yemen para proteger «una de las vías navegables más vitales del mundo».
Sin embargo, la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU no autoriza ningún tipo de acción militar. Al contrario, la resolución llama a fortalecer el embargo sobre las entregas de armas a las diferentes facciones yemenitas, lo cual permite señalar la operación de Estados Unidos y sus socios occidentales como un intento de extender el conflicto de Gaza.
La agencia de prensa Reuters reporta que los bombardeos alcanzaron objetivos en todo Yemen, principalmente en la capital, Sanaa, en las ciudades de Saada y Dhamar y en la gobernación de Hodeida.
El movimiento yemenita Ansar Allah acaba de salir victorioso de una cruel guerra de 9 años con Arabia Saudita e Israel, que contaron con el apoyo activo de Emiratos Árabes Unidos. Durante 8 años de bombardeos, los yemenitas han aprendido a protegerse y es muy poco probable que la agresión de los anglosajones logre intimidarlos.
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