Durante una comparecencia el 2 de febrero pasado, en el Club Nacional de Prensa en Washington, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, comparó al Presidente venezolano Hugo Chávez con Hitler
Durante una comparecencia el 2 de febrero pasado, en el Club Nacional de Prensa en Washington, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, comparó al Presidente venezolano Hugo Chávez con Hitler y declaró: “Tenemos a Chávez en Venezuela con mucho dinero del petróleo. Es una persona que fue elegida legalmente, igual que Adolfo Hitler fue elegido legalmente, y luego consolidó el poder y actualmente está, por supuesto, trabajando en estrecha vinculación con [el líder cubano] Fidel Castro y el Sr. Morales [el Presidente boliviano Evo Morales] y otros. Me preocupa.”
De manera coincidente, en el testimonio que brindara ante el Comité
Selecto del Senado sobre Inteligencia del Congreso de los Estados Unidos, John Negroponte, director de Inteligencia Nacional, que supervisa los 15 organismos de inteligencia del Gobierno de los Estados Unidos, afirmó:
“En Venezuela, el Presidente Chávez, si gana la reelección a finales de este año, parece estar dispuesto a utilizar su control de la asamblea legislativa y de otras instituciones para continuar sofocando a la oposición, reducir la libertad de prensa y afianzarse mediante medidas que son técnicamente legales, pero que de todas maneras restringen la democracia. Esperamos que Chávez profundice su relación con Castro (Venezuela abastece aproximadamente
dos tercios de las necesidades de petróleo de la isla en condiciones de
crédito preferencial). Chávez también está procurando vínculos
económicos, militares y diplomáticos más estrechos con Irán y Corea del Norte. Ha disminuido la cooperación contra narcóticos con Estados Unidos. El incremento de los ingresos del petróleo ha permitido a Chávez emprender una política exterior activa en América Latina que incluye el suministro de petróleo a tasas de reembolso favorables para ganar aliados, la utilización de canales de comunicación recién creados para generar apoyo a sus objetivos
bolivarianos e inmiscuirse en los asuntos internos de sus vecinos
apoyando a determinados candidatos a cargos electivos.”
Aparte de la peligrosa distorsión de la realidad de la vida social y
política venezolana y de la absurda comparación con Hitler, con quien
Estados Unidos fue a la guerra mundial, estas declaraciones evidencian una temeraria escalada de la agresión contra el Gobierno y el pueblo venezolanos por parte del Gobierno de Bush. Rumsfeld y Negroponte representan las dos entidades en los Estados Unidos que hacen la guerra: el Departamento de Defensa y la Inteligencia. Sus posiciones van más allá de la retórica diplomática del Departamento
de Estado que ha caracterizado las relaciones entre Venezuela y los Estados
Unidos durante los últimos años y suben la apuesta del incremento de la posibilidad de una guerra entre las dos naciones. Mientras Estados
Unidos se prepara para tomar medidas contra Irán en el futuro muy cercano, la declaración pública de un vínculo entre Venezuela e Irán, y también con Corea del Norte, da la justificación para una inclusión de Venezuela en la lista de naciones que el Gobierno de Bush ha tomado como objetivos de la intervención militar.
Durante los últimos días, el Gobierno de Venezuela ha hecho pública la evidencia concreta de un caso de espionaje que ha traído como
consecuencia la expulsión de un agregado militar estadounidense, el Capitán de la Marina John Correa, de esta nación sudamericana. El Capitán Correa había estado
reclutando oficiales de la Marina venezolana durante un período de más de doce meses, con el propósito de obtener información interna de las fuerzas armadas y las estrategias políticas del gobierno venezolano, y presionando a los oficiales para que se pusieran en contra del Presidente Hugo Chávez.
Aunque la Embajada de Estados Unidos en Caracas y su Embajador, William Brownfield, han negado tener conocimiento de cualquier fechoría por parte de los funcionarios diplomáticos estadounidenses, la evidencia de penetración ilícita de las fuerzas armadas venezolanas por los agregados militares de Estados Unidos ha sido suministrada a esta autora.
Un pasaje del testimonio de un soldado venezolano reclutado por la
Embajada de Estados Unidos y que trabajaba como “doble agente” para el Gobierno Venezolano, que será publicado completamente en mi próximo libro, la continuación del Código de Chávez: Descifrando la intervención de Estados Unidos en Venezuela, dice así:
“Soy soldado alistado que pertenece al grupo comando de acción. Estoy testificando sobre las actividades de los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos [en Caracas]. Ellos procuran obtener información y análisis sobre determinadas actividades de los miembros de nuestras Fuerzas Armadas y tienen contactos con los oficiales que trabajan con el Ministro de Defensa y ellos les suministran información sobre las actividades de nuestras
Fuerzas Armadas. Mi trabajo es procurar y encontrar determinada información y vigilar diferentes organizaciones políticas, como los Tupamaros, Círculos Bolivarianos, la gente que trabaja con Lina Ron, así como información sobre la adquisición de armas en las Fuerzas Armadas. Observo que aquí estoy trabajando como un infiltrado en estos grupos, un agente secreto, yo no comparto los criterios anti-estadounidenses de estos grupos, solamente estoy
tratando de obtener la mejor información posible para mis superiores,
para la defensa de nuestra nación”.
“¿Qué te dan ellos a cambio?”
“Dinero, contactos políticos y la posibilidad de trabajar…”
“¿Qué es lo mejor que ellos te han dado hasta ahora?”
“Una visa de diez años para entrar en los Estados Unidos, cuando quiera y, según ellos, en el futuro puedo asistir a un curso en su agencia de inteligencia en los Estados Unidos y una vez que pruebe mi lealtad hacia ellos y ellos vean que de verdad tengo agallas, posiblemente pueda hacer un curso de inteligencia con la CIA, eso es lo que el agregado militar de la Embajada, [nombre borrado], me dijo personalmente.”
Las declaraciones del 2 de febrero hechas por Rumsfeld y Negroponte
simplemente confirman las intransigentes intenciones del Gobierno
estadounidense de continuar sus esfuerzos por derrocar al Presidente
Chávez del poder e impedir el desarrollo de la Revolución Bolivariana.
Durante los últimos años, el Gobierno de Bush ha invertido millones y
millones de dólares en edificar un movimiento de oposición al Gobierno de Chávez en Venezuela, utilizando los dólares de los contribuyentes estadounidenses que se desvían a través de Donación Nacional para la Democracia y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, y ha apoyado el fallido golpe de estado contra el Presidente Chávez y el sabotaje de la industria petrolera que ocasionó daños de miles de millones de dólares a la nación, aunque no logró derrocar al gobierno del poder.
Para el año 2006, el Congreso estadounidense ha asignado más de 9 millones de dólares a los grupos de oposición en Venezuela (una vez más, losdólares de los contribuyentes estadounidenses) y ha lanzado campañas de operaciones
psicológicas coordinadas desde el Comando de Operaciones Especiales del Pentágono en Tampa, Florida. En un documento publicado por el Ejército estadounidense en octubre de 2005, titulado “Doctrina de la guerra asimétrica contra Venezuela”, el Presidente Chávez y la Revolución Bolivariana fueron calificados como el “peligro más grande desde la Unión Soviética y el comunismo”.
Evidentemente, el Gobierno de Bush ha decidido que Venezuela y el
Presidente Chávez representan un “grave peligro” para la dominación estadounidense en la región y el control de Estados Unidos sobre los recursos energéticos en el hemisferio. Venezuela pudiera ser perfectamente la próxima en la lista de la “guerra preventiva” al estilo de Iraq. Los ciudadanos de los Estados Unidos necesitan estar conscientes de estas medidas peligrosas tomadas
por su gobierno contra una nación que ejerce su derecho democrático y soberano a decidir el tipo de sistema sociopolítico que desea. La democracia venezolana, participativa por naturaleza, está sustentada por más del 70% de su población. Las encuestas realizadas recientemente indican una popularidad del Presidente Chávez del 77%.
Los ciudadanos de todo el mundo tuvieron la oportunidad de presenciar directamente la floreciente revolución democrática en Venezuela durante el VI Foro Social Mundial que finalizó recientemente en Caracas. Cientos de miles de voces diversas de todo el mundo, junto con millones de
venezolanos, pueden atestiguar el hecho de que no existe dictadurani amenaza a la democracia en Venezuela. El único peligro que Venezuela representa para Estados Unidos es el del buen ejemplo.
Traducción: Cubadebate
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