Luis Britto García es periodista de opinión e investigador en
Ciencias Sociales y autor de una vasta obra sobre el discurso
político y las contraculturas, es también un importante analista
sobre los medios en Venezuela: “Venezuela golpeada. Mediocracia
contra democracia. Investigación de unos medios por
encima de toda sospecha”. Ha recibido varios premios, entre los
que se destacan los de la Casa de las Américas en 1970 por la
colección de relatos Rajatabla y en 1979 por su novela Abrapalabra;
y el Premio de Literatura Humorística Pedro León Zapata
por Me río del mundo en 1981.
Consultado acerca de la comunicación en Venezuela, Britto
García opina que
“durante medio
siglo los partidos
políticos por aquí
actuaron como
mediadores entre
la oligarquía y las
masas… para
tranquilizar a las
masas y arrancar
pequeñas concesiones
de las oligarquías.
Ahora,
con la quiebra de
los partidos políticos,
la disminución
de sus porcentajes electorales… los
empresarios -agrupados en un gremio patronal
llamado FEDECAMARAS- tuvieron
la idea de dominar el cuerpo político a través
de los medios de comunicación. Vale
decir que los actores políticos debían ser
los medios y esos actores debían ser de
propiedad privada. Y el resultado fue la
operación de ‘antipolítico’ para intentar
derrocar a Chávez a través de una oposición
esencialmente mediática”. Y agrega:
“Hubo una experiencia dramática. Por un
lado, el intento fallido de los medios de
usurpar lo político… Pero por otro, cómo
las masas se convirtieron en medios de comunicación
alternativos instantáneamente”.
Durante la entrevista, también reflexiona
sobre el rol de los comunicadores, y dice
que “es muy bueno que los comunicadores
reciban su reconocimiento por el
hecho de que lo hagan mejor en condiciones
de entrenamiento. Pero no se puede
confiscar una función humana para un
gremio y mucho menos para un pequeño
grupo de propietarios”. Y advierte que
“en todo el mundo se está viendo un movimiento
de pueblos que no le hacen caso
a los medios masivos de comunicación. El
voto de la constitución europea, por ejemplo,
en todos los países europeos donde se
sacó a votación, los medios estaban a favor
de la constitución europea y los pueblos
votaron contra ella… Yo no diría que
los venezolanos estamos dando un ejemplo,
sino que el mundo está dando el ejemplo
de que hay una situación nueva en la
cual sí hay posibilidad de una resistencia,
incluso espontánea, de los pueblos a la
manipulación mediática”.
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