Muchos afirman que la situación en Irak no deja de empeorar, y retoman el análisis sobre Zarkaui y sobre quienes están vinculados a él. En realidad los terroristas pierden terreno en Irak. La historia no la hacen las primeras planas de los periódicos que dan prioridad a los grandes ataques.
En tres años libramos a Irak de una brutal dictadura, organizamos elecciones, se eligió un gobierno democrático y se aprobó una constitución a pesar de las amenazas terroristas. El año pasado pudimos ver un gran aumento de la participación sunita en el proceso político. Desde entonces los jeques sunitas estimulan a la población para que se incorpore al ejército iraquí. Por su parte, los terroristas quieren desarrollar las tensiones sectarias para desarrollar una guerra civil, pero los dirigentes comunitarios iraquíes quieren conservar la unidad de su país. Al mismo tiempo, el ejército iraquí no deja de desarrollarse.
Las acciones terroristas retrasan nuestra acción, pero avanzamos. Hoy, como hace tres años, las razones de la guerra siguen siendo justas. Construimos un Irak libre y estable que ya no trabaja con los terroristas, no amenaza a sus vecinos, no recompensa a las familias de los kamikazes y no trata de matar americanos. Si abandonamos Irak ahora, los terroristas y sadamistas aprovecharán para hacerse del poder.
«What We’ve Gained In 3 Years in Iraq», por Donald Rumsfeld, Washington Post, 18 de marzo de 2006.
«Why we cannot retreat from Iraq», The Age, 20 de marzo de 2006.
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