El resultado más importante de estas elecciones es que la política de las medidas unilaterales de definición de la frontera y del levantamiento de una barrera de protección ha obtenido finalmente un mandato claro. Ya sea Kadima o los laboristas, todos se han comprometido a emprender medidas unilaterales y para ello han recibido una mayoría en la Knesset.
Olmert realizará su proyecto por etapas. Se ha comprometido a terminarlo antes de fin de la legislatura. Los pequeños asentamientos aislados –con cerca de 50 000 habitantes– serán disueltos. Olmert quiere que la gente sea reasentada en asentamientos mayores, lo que costará muy caro. La evacuación de la franja de Gaza y de sus 8 000 habitantes costó 11 mil millones de dólares. Eso da una idea del costo de la evacuación de una parte de Cisjordania, pero lo hará. A continuación se terminará el Muro de Seguridad alrededor de los asentamientos y se habrá terminado el asunto.
Claro, los opositores a esta política dicen que el proyecto de Olmert no aporta nada a Israel en materia de política exterior: ni los palestinos ni la comunidad internacional aceptarán estas medidas. Sin embargo, hay que comprender que ningún israelí aceptará volver a las fronteras de 1967 y abandonar Cisjordania. Si hacemos eso, el ancho de Israel no superaría los 20 km. La línea de demarcación de 1967 debe ser modificada mediante negociaciones y los asentamientos deben permanecer. A cambio, los palestinos obtendrán otras zonas pobladas por árabes, pero mientras Hamas esté en el poder, Olmert no tiene que preocuparse por negociar.
Europa debería presionar a los palestinos suprimiéndoles la ayuda. Una vez bloqueado el dinero, Hamas no tendrá más alternativa que cambiar su posición y reconocer a Israel. De lo contrario, dentro de un año habrá nuevas elecciones en los territorios palestinos y Al Fatah ganará de nuevo la mayoría, pues, sin el dinero aportado por Europa, Hamas no podrá cumplir sus promesas electorales.

Fuente
Der Standard (Austria)

«Ein Mandat für einseitige Grenzziehung und Sperrwall», por Shlomo Aronson, Der Standard, 30 de marzo de 2006.