La controversia sobre el programa nuclear pacífico de Irán ha ocultado un aspecto importante: la crisis no es necesaria y una solución es posible.
Irán tiene gran interés en preservar el Tratado de No Proliferación, tanto por sus intereses estratégicos como por su doctrina espiritual e ideológica. El ayatolá Alí Jameine promulgó un decreto que prohíbe el desarrollo y la producción de armas nucleares. Irán define su seguridad nacional en un marco regional e internacional y considera que la estabilidad regional es indispensable para su desarrollo, de ahí que seamos signatarios de todos los tratados sobre el control de armas de destrucción masiva. En el pasado sufrimos ataques con armas químicas, pero nunca las hemos utilizado. No hemos invadido a ningún país desde hace 250 años.
Desde octubre de 2003 hemos aceptado un amplio sistema de inspección y hemos dado respuestas satisfactorias a todas las dudas. No existen pruebas de un programa nuclear iraní. Hay otro aspecto en el que tampoco se ha sido claro en la actual crisis: ¡Irán está dispuesto a negociar! Desde 2004 Irán ha hecho ocho proposiciones en este sentido y ha tenido numerosos gestos de buena voluntad como la suspensión voluntaria de su programa de enriquecimiento durante dos años, entre otros. Irán propuso recientemente la constitución de un consorcio regional de enriquecimiento de uranio que será puesto bajo el control de agencias internacionales.

Fuente
New York Times (Estados Unidos)
El New York Times aspira a convertirse en el primer diario mundial por medio de sus ediciones extranjeras.

«We Do Not Have a Nuclear Weapons Program», por Javad Zarif, New York Times, 7 de abril de 2004.
«إنعاشا لذاكرة مشوّشة: ليس لدى إيران برنامج تسلح نووي..!», por Jawad Zarif, Asharqalawsat, 7 de abril de 2006.